Probamos el BYD Sealion 7, un SUV eléctrico que lo tenía todo para ser una compra redonda, pero que debería mejorar en consumo y dinamismo

Los nombres de fauna marina forman parte de la seña de identidad actual de BYD gracias a su serie Oceanic. Junto a los Seal (foca), Dolphin o Dolphin Surf, también propone el Sealion 7, o “león marino”.  Un modelo que pretende aportar al segmento todo lo mejor que el fabricante chino tiene para ofrecer. De hecho, la marca presenta el BYD Sealion 7 como una alternativa  a los fabricantes premium alemanes, sobre todo en términos de calidad percibida.

No obstante, los precios de este SUV están más en línea con la oferta de las marcas generalistas, gracias a un precio de partida de 46.780 euros. Veamos si el discurso de BYD tiene una base sólida. Lo averiguamos al volante de la versión del Sealion 7 con más autonomía y potencia de la gama (530 CV), el Sealion 7 Excellence AWD.

Lo mejor de BYD concentrado en un coche

El Sealion 7 es un poco a la berlina BYD Seal lo que el Tesla Model Y es al Model 3. El SUV bebe de la berlina a nivel técnico y estético. Así, el Sealion 7 retoma las líneas generales del Seal, rediseñado en formato de SUV. Con 4.83 m de longitud, 1.92 m de ancho y 1.62 m de alto, el Sealion 7 se enfrenta a modelos como el Tesla Model Y, el Skoda Enyaq Coupé y el XPeng G6, así como al Polestar 4 y al Cupra Tavascan, algo más compacto. Con una distancia entre ejes de 2.930 mm, debería ofrecer un espacio generoso.

BYD integra sus baterías (de producción propia) en la estructura del vehículo y forman parte de la rigidez estructural, ahorrando así peso y espacio. Se trata de baterías LFP (litio-hierro-fosfato) de 82,5 kWh para los acabados Comfort y Design o de 91,3 kWh para el tope de gama Excellence. BYD homologa 482 km de autonomía media en ciclo WLTP para la batería de 82,5 kWh y de 502 km para el Sealion 7 con la batería más grande.

Un interior amplio y premium

Ponerse al volante del BYD Sealion 7 es como entrar en territorio conocido. Los códigos estéticos son los mismos que en otros BYD, con dos pantallas, de 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos y de 15,6 pulgadas para la pantalla táctil central giratoria y con alguna que otra variación en el volante y en la disposición de la consola central.

No hay verdaderas novedades, sólo un conjunto coherente, bien diseñado y muy bien presentado. Los materiales directamente accesibles a la vista o al tacto son de calidad agradable, el diseño es fluido y a algunos detalles no les falta refinamiento, como el ante sintético en el cargador inalámbrico de 50 W del móvil que incluye una boca de ventilación para enfriar el móvil mientras se carga (y funciona de verdad).

Es más, los plásticos duros esparcidos aquí y allá no suenan tan huecos como en algunos de los SUV premium procedentes de Alemania. Aunque la presentación es convincente, la ejecución a veces lo es un poco menos. Es cierto que los reposabrazos y los laterales de la consola central están revestidos de cuero (sintético), pero no hay relleno debajo del cuero, y la multiplicación de los tonos de gris en todo el habitáculo sigue siendo un poco excesiva.

Los asientos están bien diseñados en cuanto a comodidad, pero no sujetan nada en las curvas. Además, encontrar una posición de conducción ideal no será fácil para algunas personas, pues el volante me ha parecido excesivamente inclinado hacia adelante, a pesar de ser regulable en altura y profundidad.

En todo caso, sentarse atrás puede ser más cómodo que delante. El espacio es muy generoso, el suelo no demasiado alto y los respaldos reclinables contribuyen al bienestar general que se siente en la segunda fila de asientos. Si a esto le añadimos que los asientos delanteros son refrigerados y calefactados y los traseros, calefactados, el panorama general es muy positivo.

En cuanto a los maleteros, el principal homologa 520 litros en la parte trasera, con un umbral de carga bastante alto, y que pueden ampliarse hasta 1.789 litros con el asiento abatido. Además, cuenta con un maletero delantero de 58 litros, ideal para dejar el cable de carga, por ejemplo.

Un coche que duda entre confort y dinamismo

A primera vista, BYD echó toda la carne en el asador con el Sealion 7 a nivel mecánico. Cuenta con suspensión de doble horquilla superpuesta delante y multibrazo detrás, combinada con amortiguadores de frecuencia selectiva. Una combinación a priori prometedora, pero que decepciona en carretera.

Rápidamente se da uno cuenta de que el coche está pensado para vías rápidas y aborrece de carreteras reviradas. Y eso a pesar de que la potencia disponible catapulta este SUV de más de 2.400 kg de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y de 80 a 120 km/h en 3,34 segundos.

El empuje no se agota nunca, pero en las primeras curvas el entusiasmo cae en picado. El Sealion 7 se tumba descaradamente sobre su lateral y empieza a subvirar. Pero el eje trasero no quiere la trayectoria y provoca un sobreviraje. Hay una descoordinación desconcertante entre los dos ejes. Y la dirección no ayuda en absoluto a corregir la situación, pues pierde consistencia a medida que aumenta el ángulo de giro.

En cuanto a los amortiguadores de frecuencia selectiva, diseñados para absorber las irregularidades del firme no cumplen con su cometido a baja velocidad. Como resultado, las pequeñas irregularidades se sienten claramente a bordo, en detrimento del confort. Las grandes llantas de 20 pulgadas del acabado Excellence tampoco ayudan, pero no son la causa.

Al final, el Sealion 7 muestra una amortiguación firme cuando debería ser más blanda, como en ciudad, y más blanda cuando debería ser más firme, como a gran velocidad o en curvas y esto hace que aumente el balanceo del coche. Así, se muestra muy cómodo en autopista, pero con una ligera sensación de que el coche va flotando.

Esta falta de coherencia y cohesión impone a los pasajeros (sobre todo en la parte trasera) un movimiento de balanceo constante que resulta bastante incómodo y menoscaba las cualidades de confort antes mencionadas. El comportamiento dinámico del coche también se resiente, con el tren delantero luchando por entrar en las curvas.

Así, el ESP y las diversas ayudas electrónicos están constantemente salvando el coche y restan naturalidad a la experiencia de conducción. En definitiva, el Sealion 7 no sabe si ser deportivo o cómodo, y sobre todo cuando ser uno u otro. Es preferible abordarlo como un SUV rápido y cómodo al que no le gusta que le metan prisa.

Por último, el sistema de frenado regenerativo, como siempre en BYD, sólo ofrece dos ajustes que en la práctica equivalen a nada y un poquito. Se puede uno olvidar de las deceleraciones potentes a lo Tesla o BMW al levantar el pie del pedal de freno.

BYD Sealion 7: consumo y autonomía

En términos de eficiencia, tampoco es una referencia. Pudimos probarlo a lo largo de 2000 km y el consumo no ha sido especialmente brillante gastando una media de 22,5 kWh/100 km. Si bien en ciudad ronda los 19 kWh/100 km, en autopista es casi imposible bajar de 26 kWh/100 km. Así, en viaje, la autonomía práctica -de 80% a 10%- no supera los 260 a 280 km. El punto positivo es que puede cargar a 230 kW. En nuestro caso, por ejemplo, pudo recuperar 77,4 kWh (casi el 85% de la capacidad total de la batería) en 34 minutos. Siempre y cuando demos con un cargador de al menos 250 kW, claro.

El punto negativo, además de las paradas frecuentes y el coste de recargar en autopistas, es un planificador de ruta en nuestra unidad casi inexistente. Y es que sencillamente no busca ni añade puntos de carga en el camino, en cambio nos indica que deberíamos reprogramar nuestro viaje porque la autonomía será insuficiente. Es algo que en principio, a fecha de hoy, ya estaría solucionado con una actualización remota. Al menos la conectividad inalámbrica con Apple Car Play y Android Auto es perfecta para poder usar apps de terceros a la hora de planificar rutas.

Precio y equipamiento del BYD Sealion 7

Hay un punto en el que el BYD Sealion 7 no pretende ser premium, el precio. Dicho esto con un precio de entrada de 47.990 euros, no es ninguna ganga, pero es más barato que muchos de los SUV premium alemanes del segmento. En el caso de nuestra unidad, equipado con la batería más grande y su mayor potencia de carga, el precio sube a 6.400 euros. El BYD Sealion 7 Excellence AWD cuesta 54.390 euros.

Por lo demás, es difícil superar a este BYD en términos de equipamiento, y es que lo tiene casi todo de serie. De hecho, las únicas opciones disponibles se limitan a los colores de la carrocería y del interior. Esto refuerza la fama de las marcas chinas en este sentido, el de una relación precio-equipamiento superior a cualquier rival europeo o surcoreano.

BYD Sealion 7: nuestra valoración

El BYD Sealion 7 es un SUV cómodo y espacioso que se presenta como un SUV de gama alta. A primera vista, su logrado y amplio habitáculo totalmente equipado, su funcionamiento silencioso y sus asientos bastante cómodos así como sus aceleraciones y su potencia de carga apuntan en ese sentido. Sin embargo, su elevado peso, su muy mejorable comportamiento dinámico, su alto consumo y autonomía simplemente correcta no están a la altura de lo que se espera del líder mundial de coches enchufables. Al final, todo ello le impide ser un auténtico premium o competir realmente con el líder del segmento, el Tesla Model Y.

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Imágenes | Motorpasión, BYD, Peugeot