Audi RS3 Sportback, prueba (conducción y dinámica)

Ya hemos echado un vistazo tanto por fuera como por dentro al Audi RS3 Sportback que tenemos entre manos esta semana y sabemos que todos los detalles que nos llaman la atención de su estética exterior (entradas de aire, alerón, pasos de rueda…) o incluso de su interior (buckets, volante deportivo…) tienen una razón de ser.

Después de observar detenidamente el RS3 Sportback ahora nos toca entrar en la parte más interesante de la prueba (con un pequeño vídeo ilustrativo incluido), en la que toca hablar de su propulsor, de prestaciones y sobre todo de sensaciones al volante y cualidades dinámicas del modelo.

En la primera parte nos quedaba claro que las siglas RS tienen un significado claro en un Audi, aunque en otras marcas puedan no tenerlo. Vamos a intentar averiguar si este RS3 se merece estas dos letras o si por el contrario no está a la altura del resto de la gama RS. ¿Es tan rápido como debería? Vamos a verlo.

Dicen que las cosas no pueden salir mal si se cuenta con buenos ingredientes, ¿verdad? En este caso el Audi RS3 Sportback es una receta para la que se han usado los mejores ingredientes que Audi tenía a su alcance. ¿Lo más importante? La joya en forma de motor que esconde bajo el capó.

Motor y prestaciones

Heredado directamente de otro miembro de la familia RS, el Audi TT RS, nuestro RS3 monta el 2.5 litros TFSI, premiado en el año 2010 con el galardón Engine of the Year en la categoría de 2.0 a 2.5 litros de cilindrada. Podréis comprobar lo bien que suena más adelante, en el pequeño vídeo que os tenemos preparado en esta misma parte de la prueba.

Este 2.5 TFSI recupera la tradición de la marca de utilizar propulsores de cinco cilindros en línea, como los que montaban sus coches de rally (el mítico Audi Quattro, por ejemplo) de mediados de los años ochenta y también modelos de calle.

De sus 2.480 centímetros cúbicos de cilindrada obtiene una potencia máxima de 340 CV entre las 5.400 y las 6.500 RPM gracias a un turbocompresor de generosas medidas cuya presión máxima es de 1.2 bar. Consigue así una potencia específica de 137 CV/litro.

El par motor máximo de este cinco cilindros es de 450 Nm, pero lo mejor de todo es que lo ofrece entre las 1.600 y las 5.300 revoluciones por minuto, por lo que es un motor muy agradecido a la hora de ser conducido. Al estar turboalimentado no es necesario llevarlo alto de vueltas y en ciudad, por ejemplo, no nos obliga a recurrir al cambio de marchas más de lo deseado.

Es un motor muy alegre, que sube de vueltas sin apenas esfuerzo y que alcanza un régimen de giro máximo de 6.800 RPM. Tiene un sonido muy característico y un gorgoteo que lo hace un tanto especial. Homologa un consumo medio de 9,1 litros a los cien kilómetros y emite 212 gramos por kilómetro de dióxido de carbono.

Este 2.5 litros se combina con una transmisión automática de doble embrague S-Tronic de siete velocidades que cuenta con un modo de cambio secuencial (con la palanca), levas tras el volante y un modo Sport que agiliza los cambios de marcha. Una de sus mejores bazas es la suavidad con la que permite rodar al Audi RS3 si así lo queremos.

Gracias a todo lo anterior el Audi RS3 Sportback es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en sólo 4,6 segundos, por lo que es más rápido en aceleración (unas tres décimas) que su rival directo, el BMW Serie 1 M Coupé que ya probamos en Motorpasión (parte 1, 2 3 y 4). Con estos 4,6 segundos el RS3 acelera tan rápido como un Porsche 911 Carrera y es sólo dos décimas de segundo más lento que todo un Jaguar XK-RS, por ejemplo. Su velocidad máxima está limitada a 250 km/h.

La culpa de que el RS3 Sportback sea tan rápido acelerando desde parado la tiene la tracción integral Quattro pero también la electrónica, ya que la caja de cambios S-Tronic cuenta con un programa especial para salidas desde parado.

El denominado sistema Launch Control permite conseguir la salida perfecta, acelerando desde parado lo más rápido posible, evitando pérdidas de tracción. No saldremos haciendo sonar los neumáticos ni dejando una humareda detrás, pero aceleraremos tan rápido como el coche es capaz de acelerar.

Para hacer uso de este sistema lo único que tenemos que hacer es activar el modo deportivo del ESP (un modo especial que es más permisivo y deja que el coche sea un poco más juguetón), pisar el pedal de freno con ganas durante algo más de un segundo y acelerar a fondo con el otro pie.

El propio coche limita las revoluciones a 3.200 RPM y lo único que tenemos que hacer es soltar de golpe el pedal de freno para salir catapultados hacia delante como si nos fuera la vida en ello. Desde dentro la sensación de empuje es brutal, te pega literalmente al asiento, algo que no esperas de un coche así (un A3 al fin y al cabo). Desde fuera se ve y oye tal que así:

Al volante del RS3 Sportback

Una vez acomodados en los asientos tipo bucket (que por cierto recogen muy bien el cuerpo y son bastante cómodos, aunque el acceso no lo es tanto) metemos la llave, la giramos y el 2.5 litros TFSI cobra vida, haciéndose notar con su particular gorgoteo.

Nos ponemos en marcha y lo primero que nos sorprende es la suavidad con la que se mueve el coche si lo que queremos es pasear. Salvo por el sonido del motor (bastante grave a bajas vueltas) podríamos pensar que lo que tenemos entre manos es un A3 normalito, cómodo y con suficiente respuesta como para una conducción normal.

Ahora bien, sólo hay que hundir el pie derecho en el pedal del acelerador y el cinco cilindros comienza a enfadarse. Destapamos así el lado salvaje de este RS3 cuyo motor comienza a subir de vueltas acompañado de un sonido que nos hace sentir como si estuviésemos subidos en un deportivo con todas las letras.

Si queremos aprovechar toda la deportividad del RS3 disponemos de un botón Sport que mejora la respuesta del acelerador y del cambio, al mismo tiempo que abre una válvula del escape para conseguir que por las colas traseras salga un sonido todavía mas grave, más ronco, más demoledor. Entre otros detalles interesantes destaca un cronómetro para tomarnos tiempos en circuito, incluido en el sistema de información al conductor.

Una vez empezamos a trazar curvas con el RS3 nos damos cuenta de que es un coche tremendamente rápido, pero también muy fácil. Permite llevar ritmos salvajes ya que transmite mucha confianza a su conductor. En cerca de 1.000 kilómetros, casi todos ellos por carreteras interurbanas y/o puertos de montaña el coche no tuvo ningún gesto feo ni rechistó en ningún momento. La suspensión, aunque dura, consigue un buen equilibrio. Es eficaz a la hora de ir rápido pero no es especialmente incómoda para el día a día.

El RS3 obedece fielmente las órdenes del conductor, aunque siempre hay que tener en cuenta su carácter subvirador, que nos hará esforzarnos para meter el coche en una curva si la afrontamos a una velocidad excesiva. Frente al BMW Serie 1 M Coupé que probamos hace unas semanas probablemente el RS3 sea más eficaz en el paso por curva, aunque el BMW se lleva la palma en cuanto a diversión se refiere. Son conceptos diferentes, siendo el RS3 el que menos exige a su conductor.

Si pisamos el acelerador a fondo necesitamos fijarnos constantemente en el velocímetro si no queremos asustarnos con las velocidades que alcanza sin que nos demos cuenta. El sistema de frenos, con esos grandes discos delanteros de 370 milímetros, ofrece una gran mordida y detiene al RS3 con la fuerza que se espera en un coche de este tipo. Además, durante nuestros recorridos no fuimos capaces de notar ningún signo de fatiga.

A pesar de sus 340 CV, sus más de 1.600 kilogramos y haber llevado una conducción agresiva conseguimos una media de consumo en esos cerca de 1.000 kilómetros de 13,5 litros a los cien. De cualquier manera, si llevamos un ritmo rápido y hacemos mucho uso de su capacidad de aceleración llegaremos fácilmente a los 16 litros de media. No obstante, podemos hacer viajes por carretera a velocidades legales sin superar los 9 litros.

En definitiva, el Audi RS3 Sportback es un auténtico deportivo camuflado en la carrocería de un Audi A3 Sportback. No os dejéis engañar, es todo un RS. Es rápido, fácil de conducir, dócil si así lo queremos y muy eficaz en conducción deportiva (al menos fuera de un circuito, que es donde lo hemos probado). Además es de lo más divertido de la gama RS junto al TT RS.¿Lo mejor? Tiene más de 300 litros de maletero y plazas traseras. ¿Se puede pedir más?

Continuará...

Vídeo | Youtube
En Motorpasión | Audi RS3 Sportback, prueba (exterior e interior, equipamiento y seguridad, vídeo, valoración y ficha técnica)

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