Probamos el Audi Q8 e-tron: un SUV eléctrico que cambia de nombre, mejora la autonomía y empata en calidades

El nuevo Audi Q8 e-tron ya está aquí, dispuesto a revolucionar el segmento de los SUV eléctricos premium. Pese a su nombre, nada tiene que ver a nivel mecánico con el Audi Q8, pues se trata de una puesta al día del que hace cinco años fue el primer eléctrico de serie de los de Ingolstadt, el Audi e-tron.

Entre los argumentos de este nuevo buque insignia eléctrico de Audi encontramos mejoras a nivel estético y sobre todo a nivel dinámico, para sus dos carrocerías (la convencional y la más deportiva Sportback). Además, presume de una larga lista de equipamiento tecnológico y nuevas baterías que mejoran uno de los talones de Aquiles de su antecesor: la autonomía.

Hemos tenido la oportunidad de tener una primera cita con la versión de acceso, el Audi Q8 50 e-tron quattro, y estas son nuestras impresiones.

Las claves del Audi Q8 e-tron: más allá de un simple cambio de nombre

Haciendo honor al eslogan de Audi “vivir con el progreso”, el sofisticado Audi Q8 e-tron es una evolución de su predecesor en términos de sostenibilidad, diseño y prestaciones que quiere plantar cara a rivales de la talla del Mercedes EQE SUV, o alternativas como el BMW iX, el Tesla Model X o el Polestar 3.

Mejoras técnicas. Más allá de su cambio de nomenclatura o de los ligeros retoques estéticos, con la actualización de este SUV eléctrico Audi ha hecho una apuesta contundente por las mejoras técnicas enfocadas a una dinámica de conducción superior, como por ejemplo a nivel de chasis, suspensión y dirección.

Dos carrocerías. Como en el caso de su antecesor, además del SUV más convencional el Audi Q8 e-tron está disponible con carrocería Sportback, con una línea “más de estilo coupé” por la caída de su techo. Las principales diferencias entre ambas se concentran en el plano estético y, por ende, en el espacio interior (eso sí, las variantes Sportback tienen un sobre precio de 2.500 euros respecto a sus versiones SUV equivalentes).

Gama simplificada. Hay tres versiones (todas con tracción total ‘quattro’, marca de la casa) y dos niveles de equipamiento: Advanced y S-Line.

La de acceso es la Audi Q8 50 e-tron que hemos probado, que pasa de 313 CV (230 kW) a 340 CV (250 kW). El par motor también sube, y ahora llega hasta 664 Nm. Esta versión cuenta con una batería de 95 kWh brutos y 89 kWh netos que homologa en ciclo WTLP una autonomía de hasta 487 km para el SUV (y 501 km en el Sportback).

Por encima de la versión de acceso se encuentra el Audi Q8 55 e-tron, también con dos motores (uno por eje), que suman 408 CV (300 kW) y están alimentados por una batería de 106 kWh netos que otorga hasta 576 km de autonomía al SUV y 595 km al Sportback.

El tope de gama será el Audi SQ8 e-tron, con tres motores que ofrecen una potencia de sistema de casi 503 CV (370 kW) y un par máximo de 973 Nm. En este caso, la autonomía homologada es de hasta 465 km para el SUV y 483 km en el Sportback.

Más autonomía. El nuevo Audi Q8 e-tron prescinde de la batería de 71 kWh y la sustituye por otra con una química mejorada y mayor capacidad, de tal forma que ahora la batería más pequeña de la gama, la del Q8 e-tron 50 que hemos probado, era antes la más capaz.

Además de su mayor capacidad, según Audi, esta batería se beneficia de “un aumento de hasta el 20 % en la densidad energética” gracias a las nuevas celdas sin manganeso y a una estructura por capas que producen mayor energía, manteniendo el mismo tamaño y peso (que no es poco, pues se cifra alrededor de los 700 kg).

Menor tiempo de carga. En condiciones ideales y utilizando corriente alterna de 11 kW, la batería del Audi Q8 50 e-tron (que admite una potencia de carga de 150 kW) puede recargarse por completo en unas 9 horas y 15 minutos. Con un cargador opcional de 22 kW, el tiempo de espera se reduce a unas 4 horas y 45 minutos.

La cosa cambia para las dos versiones más potentes del Q8 e-tron, que admiten cargas de hasta 170 kW. Según Audi, esto se traduce en cargas de unos 10 minutos a alta potencia para recuperar unos 120 km de autonomía, o de media hora para pasar del 10 % al 80 %. Además, la curva de carga ha sido optimizada, lo que permite evitar picos y mantener potencias de carga de más de 100 kW de forma casi continua hasta alcanzar el 80 % de la batería.

Cambios estéticos del Audi Q8 e-tron que mejoran su aerodinámica

Las considerables cotas del Q8 e-tron prácticamente no varían respecto al e-tron, pues mide 4,91 m de largo, 1,94 m de ancho y 1,63 m de alto (siendo el Sportback un centímetro más bajo). Haciendo un repaso por los cambios del diseño exterior del imponente Audi Q8 e-tron, resultan especialmente significativos en el frontal.

En este sentido llaman la atención elementos como la característica parrilla Singleframe, que está casi completamente cerrada, y presidida por el nuevo logo bidimensional de la marca.

Un marco une visualmente los faros (que opcionalmente pueden contar con la tecnología Matrix LED), acentuando la anchura del vehículo. Debajo, cuatro bandas horizontales crean la firma específica de las luces diurnas, que por primera vez se integran en los grupos ópticos.

Además, los alerones de nueva factura montados en los bajos de la carrocería ayudan a conducir el flujo de aire alrededor de las ruedas. También se ha implementado un sistema de lamas eléctricas activas, que se abren y se cierran automáticamente en función de las necesidades de envío de aire hacia el radiador.

Gracias a estos cambios, el SUV no solo gana en elegancia y empaque, sino en aerodinámica que pasa de pasa de un Cx de 0,28 a 0,27 en el Q8 e-tron quattro (y de un Cx de 0,26 a 0,24 en el Q8 e-tron Sportback). Aunque puede que haya a quien no le parezca una reducción considerable, son cifras particularmente reseñables en el caso de un SUV eléctrico como este, ya que influye en el consumo y la autonomía.

El elemento más llamativo en la vista lateral son los estribos (en la zona que indica la ubicación de la batería situada entre los ejes). Los paneles del umbral y de los pronunciados pasos de rueda pueden ir acabados en el color del coche o en ‘Gris Manhattan’ (al igual que el parachoques trasero). En el pilar B una inscripción en láser delata al modelo.

En nuestra unidad de pruebas también destacaban especialmente los retrovisores laterales, que en realidad son cámaras y son opcionales. De la zaga, nos gustó el paragolpes rediseñado y el blade por encima del nuevo símil de difusor, que dan pistas del lenguaje de diseño eléctrico de Audi de cara a los próximos modelos que vendrán.

En el apartado de personalización, el Q8 e-tron está disponible en once colores, incluyendo cinco nuevos (‘Rojo Soneira’ metalizado, ‘Gris Magnético’, ‘Marrón Madeira’ metalizado, ‘Plata Florete’ y ‘Azul Ultra’ metalizado, disponible solo para las versiones S). Además, se ha aumentado la oferta de llantas, ahora disponibles desde las 19” a las 22”.

Un diseño interior sin grandes sorpresas

Los cambios del interior del Audi Q8 e-tron son pocos respecto al e-tron, y aun así se sigue viendo tecnológico y muy actual. El cuidado del detalle, el ajuste impecable y la elevada calidad percibida son los que uno espera de un Audi como este, que ahora incluye materiales más sostenibles como las inserciones en un tejido técnico sostenible fabricado parcialmente con botellas de PET recicladas (opcionales).

En cuanto a diseño, el protagonismo se lo reparten hasta tres pantallas de gran tamaño: una de 12,3” para el cuadro de instrumentos que se puede personalizar (por ejemplo, para ver las indicaciones del sistema de navegación); otra en posición central, de 10,1” que aglutina principalmente el sistema multimedia y el ordenador de a bordo y, debajo de esta, una complementaria de 8,6” para la información del clima, que cuenta con mandos hápticos.

Las dos primeras (a todo color, con máxima resolución y cómodamente orientadas al conductor) cuentan con tecnología MMI touch response, a la que es fácil acostumbrarse rápidamente para las funciones básicas. Sacarles el máximo partido requerirá un poco más de adaptación, pero tienen un funcionamiento muy intuitivo. En el apartado de conectividad (Apple Car Play o Android Auto), el Q8 e-tron también saca muy buena nota.

A lo que nos ha costado acostumbrarnos un poco más es a las cámaras de los retrovisores que también tenía el Audi e-tron, que forman parte del equipamiento opcional (cuyo precio es de algo más de 1.600 euros) y cuya información se refleja en dos pequeñas pantallas OLED táctiles situadas en las puertas que son sencillas de ajustar.

Es cierto que ayudan con la aerodinámica y también reducen el ruido de rodadura en el habitáculo respecto a los retrovisores convencionales (sobre todo a buen ritmo). Además, ofrecen una imagen muy, muy nítida, especialmente cuando cae la luz del sol.

Sin embargo, al estar acostumbrados a mirar por espejos retrovisores convencionales, se nos hace algo raro tener que desviar la vista para mirar las pantallas al ir a efectuar maniobras, como por ejemplo, un cambio de carril. Sobre todo a la hora de mirar a la pantalla izquierda.

En cuanto a las plazas traseras, y gracias a una generosa distancia entre ejes de 2,92 m y a una banqueta ligeramente inclinada, hasta un pasajero de altura superior a la media viajará cómodo en las plazas de los extremos, con espacio de sobra para la cabeza y las piernas. La plaza central es algo más estrecha y dura, como es habitual.

Por último, el Audi Q8 50 e-tron cuenta con un maletero de 569 l de capacidad con todas las plazas disponibles (529 l en el caso del Sportback), que además tiene una práctica boca de carga ancha y elevada. Además, cuenta con un espacio de almacenamiento adicional de 62 l bajo el capó delantero, ideal para llevar los cables de recarga.

Al volante del Audi Q8 e-tron: máximo confort y mejoras evidentes

Nada más ajustar nuestra posición, nos ponemos en marcha con nuestro Audi Q8 50 e-tron quattro para completar una ruta corta pero muy exigente en la que predominan tramos de curvas reviradas, que parte desde los alrededores de Bilbao dirección Santander y pasa por parajes tan míticos como el de la subida al santuario de “La bien Aparecida”, tramo viejo conocido para los amantes de los rallies.

Desde el primer momento el SUV eléctrico se muestra cómodo y se mueve como pez en el agua, y eso que este no es su hábitat natural. Es silencioso, pues está perfectamente aislado, y es muy fácil y agradable de conducir.

La visibilidad es buena, y el gran techo panorámico con protector solar hace que la luminosidad en el habitáculo sea la ideal. Aun haciendo un día soleado, y con él abierto, las pantallas se veían perfectamente, sin molestos destellos.

Pronto se hace evidente el trabajo que ha hecho la marca en la configuración de este coche para mejorar su dinamismo, que ha ganado muchos enteros frente a su predecesor. En este sentido, cabe destacar lo agradable, rápida y directa que es ahora la dirección (con un tacto muy natural y una desmultiplicación de 14,6 a 1 frente a los 15,8 a 1 del e-tron).

También se han mejorado aspectos como la suspensión neumática (de serie), que absorbe notablemente las irregularidades del firme, o el control de estabilidad. Se puede ir jugando con las levas del volante (opcionales) para configurar el nivel de recuperación de energía eléctrica y con los hasta siete modos de conducción diferentes del selector (uno de ellos, el ‘Auto’ varía la configuración por sí mismo) más diferenciados entre sí que en el e-tron.

Y aunque en nuestro caso hemos priorizado tanto el ‘Individual’ (personalizable) como el ‘Dynamic’ por las características de nuestra ruta, los ‘Allroad’ y ‘Offroad’ permiten por ejemplo aventurarse por pistas si se desea, pudiendo modificar la altura libre al suelo hasta en 76 mm. En cambio, los ‘Efficiency’ y ‘Comfort’ están más enfocados a un entorno urbano y a viajes más largos, respectivamente.

El Q8 50 e-tron no da la sensación de ser lo pesado que es (pues en la báscula y en vacío ya supera los 2.500 kg), tampoco es lento de reacciones, ni mucho menos, y va muy aplomado. Otro punto positivo se lo llevan los frenos, muy suaves y progresivos, pero efectivos, como el sistema de regeneración de energía. Si hubiera que poner un pero, son las lógicas inercias que saca a relucir en los tramos más intricados.

En el apartado de las ayudas a la conducción, en esta primera y breve toma de contacto hemos podido probar sobre todo los asistentes como el de cambio y mantenimiento de carril o el asistente de eficiencia predictiva, que mantiene la velocidad o la reduce en función de si hay vehículos o no delante, pero también, en otras situaciones como al llegar a una curva, o cuando las cámaras leen una limitación de velocidad. Funcionan bien, y no se sienten muy intrusivos.

Pese a ser la versión de acceso, la potencia combinada de sus dos motores es más que suficiente para mover con brío el conjunto en el día a día. También parece suficiente su autonomía para los trayectos habituales. Pero para quien quiera hacer viajes más largos de forma frecuente, quizá sea más recomendable Q8 55 e-tron, por las cifras que homologa su batería de mayor capacidad.

Aunque hemos sometido al Q8 50 e-tron a una ruta bastante exigente para un coche de estas características, el consumo se ha quedado en torno a los 23,6 kWh/100 km, por encima del valor más bajo que anuncia el fabricante para esta versión, pero algo por debajo del mayor (dependiendo de las condiciones climatológicas (20,3 - 24,2 kWh/100 km). Por vías más planas y rápidas es previsible que se pueda rebajar.

Lujo y poderío sobre ruedas con una puesta a punto que gana en dinamismo y que a ratos incluso te hace olvidar que estás ante los mandos de un eléctrico.

No podemos negar que el Q8 50 e-tron nos ha dejado muy buen sabor de boca, siempre teniendo en cuenta que es la de acceso a gama, y a falta de tener la oportunidad de hacer una prueba más detallada para poder medir más fielmente los consumos y comparar con otras versiones y/o variantes.

Gama y precios del nuevo Audi Q8 e-tron

Ya a la venta en nuestro mercado con una gama que se ha simplificado al máximo, el Audi Q8 e-tron está dotado con un completísimo equipamiento desde el más básico nivel Advanced, que lo sitúan muy alto en la tabla de los SUV eléctricos premium.

Entre otros, este incluye cámara trasera, asientos delanteros eléctricos con memoria en el asiento del conductor, retrovisores eléctricos antideslumbrantes con memoria, suspensión neumática adaptativa, tapicería en cuero sintético, airbags laterales traseros y llantas de 19”.

Por encima, la edición S line añade un plus de deportividad ex el textrior y el interior, por ejemplo con asientos deportivos, que llevan el logo grabado en el reposacabezas. También forma parte del equipamiento de serie de esta edición el paquete de asistentes City, que incluye el sistema de aviso de cambio de carril, Audi pre sense 360°, aviso de tráfico cruzado trasero, aviso de tráfico lateral y asistente en cruces.

Sin descuentos, la gama parte de los 84.610 euros que cuesta el Q8 e-tron 50 quattro, con acabado Advanced. Las variantes S line elevan la factura y las carrocerías Sportback tienen un sobreprecio de 2.500 euros a igualdad de motorización y equipamiento con respecto a la carrocería SUV. La gama de precios del Q8 e-tron queda así:

  • Audi Q8 e-tron 50 Advanced: 84.610 euros.
  • Audi Q8 e-tron 50 S-Line: 90.110 euros.
  • Audi Q8 e-tron 55 Advanced: 94.610 euros.
  • Audi Q8 e-tron 55 S-Line: 100.110 euros.
  • Audi Q8 e-tron 50 Sportback Advanced: 87.110 euros.
  • Audi Q8 e-tron 50 Sportback S-Line: 92.610 euros.
  • Audi Q8 e-tron 55 Sportback Advanced: 97.110 euros.
  • Audi Q8 e-tron 55 Sportback S-Line: 102.610 euros.

En cuanto al SQ8 e-tron en sus distintas versiones, se podrá reservar a partir del próximo mes de mayo y está previsto que las primeras unidades lleguen a principios de julio. Por el momento, no hay precios oficiales.

Mirando un poco más lejos, el renovado Audi Q8 e-tron nos da muchas pistas acerca de los próximos eléctricos que la marca de los cuatro aros ya tiene en el horno, como el Q6 e-tron, el A4 e-tron, o la versión de producción del impresionante Audi A6 e-tron Avant concept.

Pero vendrán muchos más, pues hemos de recordar que entre los planes de Audi está convertirse en una marca 100 % eléctrica de cara a 2026.

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