Incendiaria, perforante o de gas: ¿cuál es la mejor munición para acceder a Madrid Central?

Actualización: Obviamente, esta 'guerra' no podía durar más allá del Día de los Inocentes, así que nada... vuelta a la normalidad en este mundo de locos en el que vivimos. Para saber más sobre lo ocurrido (o no), lee Parte de guerra: War is Over (y Tanquepasión, también). Ah, y no hagas ni caso a esta 'noticia' que estás leyendo ahora. No seas inocente...

En medio de la guerra que vivimos, el 30 de noviembre de 2018 será una fecha recordada con pesar para todos los patriotas y usuarios habituales de tanques en Madrid. Era el día en el que se introducía el veto a los vehículos militares con cañón, y también a los que no lo tienen, y el día que comenzaba la pesadilla para miles de habitantes que usaban sus carros de combate para acudir al centro a trabajar, llevar a los niños al colegio o a comprar el pan. Lo normal.

No obstante existen algunas técnicas para poder acceder a este área de circulación restringida, y os vamos a explicar cómo llevarlas a cabo de forma satisfactoria y sin apenas dañar el blindaje ni las orugas.

Adiós a Madrid Central con estas tácticas

La mayoría de los carros de combate modernos usan un motor diésel por razones económicas y tácticas. Son muy robustos y fiables, además de ofrecer un consumo razonable y fácil mantenimiento.

No obstante, el consistorio madrileño ha decidido declararles la guerra y prohibir la circulación de estos tanques en la almendra central: solo podrán circular aquellos impulsados por hidrógeno o por baterías de zinc-aire. Adiós a los 1.500 CV. Adiós a los turbocompresores.

Pero como ya hemos adelantado, existen alternativas para poder conducir por Madrid Central.

Proyectiles perforadores: perfectos para eliminar carteles

Como ya sabrás, los cañones de los carros de combate pueden disparar munición de una amplia variedad de tipos, muchos especializados para combatir a otros tanques durante los atascos (la opción más utilizada). Pero los proyectiles perforadores también pueden ser muy útiles si los usamos a una distancia adecuada contra los carteles que delimitan la Zona de Bajas Emisiones de Madrid Central.

Disparados a velocidades de 1.600 metros por segundo o más son básicamente barras metálicas macizas de gran longitud y menor calibre que el cañón, ajustadas al mismo mediante un casquillo desechable que se desprende al salir por la boca del mismo.

Como están fabricadas con materiales muy duros y densos, usan su gran peso y velocidad para destruir su objetivo mediante la fuerza bruta, arrojando metralla y restos del proyectil, dejando los carteles inservibles.

Típico proyectil HEAT soviético de 125 mm que podemos ver en acción durante los atascos a primera hora en las arterias de la ciudad. Fuente: Max 86z~commonswiki

Hay que recordar que algunos carros de combate, incluyendo el M551 Sheridan, T-72, T-64, T-80, T-90, T-84 y PT-91 pueden disparar misiles guiados antitanque a través de su cañón o utilizando lanzadores externos, una funcionalidad que puede prolongar el alcance efectivo.

Si es tu caso, te recomendamos esta técnica ya que le proporciona al tanque un arma útil contra blancos lentos aéreos de baja altitud, como drones, que también pueden denunciar infracciones.

Lanzallamas: si has destruido las cámaras, es que no existen

Una vez que nos hemos deshecho de los carteles que informan dónde empieza el área de circulación restringida a tanques en el centro de Madrid, es el turno de las cámaras.

Si tu tanque está equipado con un lanzallamas (un equipamiento ya casi 'vintage', pero que aún se ve en acción durante la operación salida de Semana Santa), a una distancia no muy lejana pueden ser el mejor aliado para borrar de Madrid Central las cámaras de vigilancia.

Recordemos que la eficacia del lanzallamas es nula si se activa a más de 50 metros, así que identifica tu objetivo, y no tengas miedo del qué dirán. Todo por la Patria.

Lanzagranadas, humo y defensas pasivas si viene la policía

En este punto de nuestro periplo por Madrid Central, solo nos queda centrarnos en la policía. Aquí entra en juego la defensa pasiva, que encuentra su mayor aliado en el humo. Para despistar. Como los magos. Pero más viril.

La mayoría de los vehículos blindados llevan lanzagranadas de humo que pueden desplegar rápidamente una cortina de humo y ocultar así una retirada, y funcionan tanto con luz infrarroja como visible.

Ejemplo de un lanzagranadas de humo de 76 mm. Fuente: Hans-Hermann Bühling

Con esta técnica bloquearemos el campo de visión de un coche de policía que nos de el alto.

También hay que decir que muchos carros de combate, como el francés Leclerc, utilizan los lanzagranadas para granadas de gas lacrimógeno, aunque es una técnica que no recomendamos ya que nuestro objetivo no es la policía, si no los instrumentos que criminalizan al tanque en la vida diaria de los madrileños y madrileñas que aman este país.

Algunos tanques tienen incluso generadores de humo en vez de las granadas que pueden crearlo continuamente, como en Fabrik cuando pincha DJ Marta y la media de edad es de 50 años y prefieren que nadie pueda verse las caras.

Pero tampoco recomendamos esta técnica porque los generadores de humo suelen funcionan a base de inyectar combustible al tubo de escape, y resulta un procedimiento muy caro. Casi mejor pagar la multa.

Los carros de combate modernos están equipados con otros sistemas de defensa pasivos como dispositivos de alerta de láser, que activan una alarma cuando el tanque es captado por una cámara. Otras defensas pasivas incluyen aparatos de alerta de radio, que proporciona un aviso si se apunta al carro de combate con un sistema de radar, muy útil para trayectos largos.

Lo más importante es que nadie te quite tu derecho a pasear en tanque por donde quieras.

Foto | Catalan

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