Renault deberá estrechar lazos con Nissan antes de plantearse una fusión con Fiat, según el Gobierno francés

Cuando acababa el mes de agosto, la situación 'sentimental' entre Renault y Fiat seguía siendo la misma que semanas atrás: acercamientos infructuosos tras una relación rota. Desde el Gobierno francés se dijo que no se habían celebrado nuevas reuniones entre las dos compañías, y la razón está clara: fortalecer la alianza entre Nissan y Renault es prioritario.

De hecho, es la principal condición. Hace unos días, el ministro de Economía francés, Bruno Le Maire, vertió un jarro de agua fría a las especulaciones sobre el inicio de nuevas conversaciones con el fabricante italoamericano: "Creo que sería mejor no hacer dos cosas al mismo tiempo".

El Gobierno francés manda

Definir una estrategia común con Nissan y no "abrir otros asuntos" es para Francia, que posee el 15 % de Renault, vital en estos momentos.

Y es que Francia y Japón han reafirmado su apoyo mutuo a través de un reciente memorando de cooperación en áreas como la conducción autónoma, los coches de hidrógeno, las baterías y los coches eléctricos.

Compartir información y estrechar lazos en política industrial serán los ejes de una estrategia que podría reparar, por otro lado, la maltrecha relación entre Nissan y Renault, que se ha ido a pique a raíz del escándalo Ghosn.

Después de que fracasaran las conversaciones de fusión, Nissan renovó su estructura administrativa, en parte para apuntalar su gobierno interno y su asociación con Renault, incluidos tres nuevos comités de supervisión.

La nueva estructura del consejo tiene como objetivo preservar la autonomía de cada empresa al mismo tiempo que mejora la velocidad y la agilidad de las operaciones conjuntas.

De momento, CEO de Nissan, Hiroto Saikawa, ha confirmado que está buscando un sucesor tras recientes informaciones sobre pagos indebidos que le comprometen, y lucha por reactivar las ganancias operativas que cayeron un 99 % en el primer trimestre fiscal, reiniciar las ventas en los Estados Unidos y reparar los tensos lazos con su socio Renault.

A los dos fabricantes les queda un complicado camino por delante en el que tendrán que poner las cartas sobre la mesa. Por otro lado, para reavivar la fusión entre Renault y Fiat, el fabricante francés debe ceder frente a Nissan y reducir "siginificativamente" su participación en el fabricante nipón.

Nissan no se ha cerrado ante la posibilidad de un acuerdo, pero también le gustaría reformular la alianza para permitir una mayor flexibilidad e independencia para cada socio.

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