Reino Unido prepara su "bye bye" a los humos prohibiendo la venta de coches gasolina y diésel a partir de 2030

El primer ministro británico, Boris Johnson, anunciará este miércoles su intención de prohibir en el Reino Unido la venta de coches nuevos con motores sólo térmicos de gasolina o diésel de cara al año 2030, según ha avanzado la BBC.

Lo mismo sucederá con los coches híbridos, cuya venta en el mercado de vehículos nuevos cesará en 2035 si nada cambia. El objetivo del Ejecutivo británico es tener un mercado sólo de coches eléctricos para el año 2050.

El pasado mes de febrero, el Reino Unido anunció la prohibición de vender coches de combustión para los años 2035 y 2040, en función de si el motor era diésel o de gasolina. Ahora, se espera que Johnson adelante la medida a 2030 con el objeto de alcanzar las cero emisiones dentro de las próximas dos décadas. Este reto fue asumido por la predecesora del actual premier, Theresa May.

Es de esperar, sin embargo, que los coches híbridos se mantengan en el mercado igualmente hasta 2035 como mínimo, para así dar salida a los últimos desarrollos industriales en materia de motores térmicos.

De esta manera se daría un mínimo balón de oxígeno a los fabricantes de coches, que han advertido de la necesidad de contar con una financiación que les permita afrontar el cambio de escenario hacia la electrificación del sector.

Prohibir gasolina y diésel será "devastador" en el Reino Unido, según los fabricantes de coches

De hecho, el sector ha calificado de "devastador" el impacto que podría tener esta decisión en un país cuya recuperación en plena segunda oleada de la pandemia va por detrás de los principales países del mundo, con una contracción de la economía que Bloomberg cifra en un 10 % con respecto a la situación pre-covid.

En el Reino Unido sólo uno de cada cuatro coches que se venden contiene algún tipo de tecnología híbrida, incluyendo los mild hybrid, según datos obtenidos por el Financial Times de fuentes del sector. En cuanto al mercado de eléctricos, representan menos del 7 % de las ventas, si bien sus cifras están aumentando con fuerza, según las mismas fuentes.

Toyota y Honda ya han manifestado que los plazos que se están anunciando son escasos, y apuntan a problemas con las futuras inversiones que puedan realizar en las factorías que mantienen en suelo británico. Por su parte, Nissan ha reforzado su compromiso con la planta de Sunderland llevando allí la producción del nuevo Qashqai, aprovechando la nueva situación tras el Brexit.

Un mayor compromiso con el Acuerdo de París

En este sentido, está previsto que el Reino Unido invierta 500 millones de libras (558 millones de euros, al cambio) en la financiación de infraestructuras de recarga rápida para coches eléctricos, sobre todo en lugares alejados de las grandes urbes como pueden ser las áreas de servicio de las autopistas. También está sobre la mesa la creación de dos millones de puestos de trabajo vinculados a la transición hacia un nuevo modelo de movilidad más sostenible.

El movimiento de Boris Johnson adelantando la prohibición de vender coches nuevos gasolina o diésel en el Reino Unido a partir de 2035 se enmarca en la necesidad que tiene de mostrar cierto compromiso ante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021, la COP26, donde precisamente el Reino Unido es el país anfitrión.

En este sentido, los analistas británicos esperan que Johnson anuncie nuevos y más exigentes objetivos de cara al año 2030, según requiere el Acuerdo de París de 2015, y que esos anuncios se hagan efectivos antes de la próxima cumbre de las Naciones Unidas, que se celebrará el 12 de diciembre.

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