Dentro de 20 años todos los coches que conduzcamos serán SUV eléctricos, según un estudio de Bloomberg

Dentro de 20 años todos conduciremos coches eléctricos. Conduciremos algún tipo de SUV eléctrico, para ser exactos. En todo caso es lo que se desprende de un estudio publicado por Bloomberg New Energy Finance (BNEF). Esta visión un tanto pesimista, aburrida o prometedora, según tus gustos y preferencias, es la que nos podría esperar en un futuro cercano. Aunque, es verdad, hay aspectos que podrían retrasar la llegada de ese futuro.

El estudio de BNEF está hecho sobre todo para que los inversores puedan ver las grandes tendencias a la hora de invertir en energía, es decir, aconseja ponr tu dinero en un determinado sector y/o materias primas. En ese sentido, lo que trasciende del estudio es que debemos comprar cobalto ahora e invertir en fábricas de baterías. Y si además lo hacemos en China, el éxito está asegurado. Aún así, gracias a ese estudio se puede vislumbrar el camino que ha tomado la industria del automóvil mundial.

Un crecimiento abrumador

Las ventas de coches eléctricos previstas para 2018 son de 1,6 millones de unidades en el mundo. Es una gota de agua en el océano de los casi 100 millones de vehículos al año que se fabrican en el mundo, pero es que en 2014 las ventas de coches eléctricos no llegaban al medio millón. El crecimiento es por tanto rápido (en torno al 27 % en cuatro años).

La previsión de crecimiento de ventas por parte de los analistas de Bloomberg es abrumadora. De 1,1 millón de coches eléctricos en 2017 a nivel global, se prevén unas ventas de 11 millones de unidades en 2025 y de 30 millones en 2030, cuando el coche eléctrico sea finalmente más barato que uno de motor de combustión interna. Las previsiones de Bloomberg apuntan a 559 millones de vehículos eléctricos (coches, autbuses, motos, etc) circulando en el mundo en 2040 y un precio de las baterías que bajaría a 70 dólares el kWh.

El progreso se debe, en parte, al precio de las baterías de iones de litio que ha ido bajando desde 2010. Entonces, costaban 1.000 dólares/kWh. A finales de 2017, han bajado a 209 dólares/kWh al mismo tiempo que la densidad de las baterías (la capacidad de almacenar más energía sin ser más voluminosas) ha mejorado entre un 5 % y un 7 % cada año. También hay notables progresos en las baterías de estado sólido.

Pero el auge previsto para el coche eléctrico no es solo una cuestión de precio de baterías. Los gobiernos nos empujan a ello, especialmente en China, pero también en Europa. En 2017, el 21 % de las ventas globales de coches eléctricos fueron en seis ciudades chinas que imponen restricciones a los coches de motor de combustión interna. En Europa, las normas de media de emisiones de CO₂ de la Unión Europea y el cierre de muchas grandes ciudades a los coches de combustión interna hace que el eléctrico sea visto como una necesidad para conservar la movilidad individual.

Los retos del coche eléctrico

Sin embargo, también ven problemas, como la falta de cobalto a partir de 2020, la falta de factorías de baterías y el reto que suponen las infraestructuras de recarga. Actualmente, la capacidad de fabricación de baterías es de 131 Gwh al año. Basándose en los planes de futuro de los fabricantes y factorías en construcción, en 2021 debería ser de 400 GWH al año, con el 73 % de esa capacidad situada en China. Y es que China será el país con más demanda de coches eléctricos. China absorberá el 50 % de las ventas globales de esos vehículos en 2025 y el 39 % en 2030 (Europa se llevaría el 26 % y EE.UU. el 20 %).

De todos modos, 400 GWh no será suficiente ya que, según estas previsiones, en 2030 la demanda de baterías será superior a los 1.500 GWh. Eso llevará la demanda de los componentes de las baterías de iones de litio a crecer, pasando de 0,7 millones de toneladas en 2018 a 10 millones de toneladas en 2030. Y por ende los precios subirán si el suministro falla. De ahí que se intensifique la adopción de baterías bajas en cobalto. Esto ayudará a que los packs de batería sean más asequibles, pero para que se sitúen por debajo de los 100 dólares KWh será preciso un salto tecnológico importante.

Por otra parte, cuando hablamos de una deficiencia en infraestructuras para el coche eléctrico no nos referimos únicamente a la disponibilidad de puntos de recarga, algo en lo que grupos como BMW, Daimler, Volkswagen y Ford han tomado cartas en el asunto tal y como lo hace Tesla con sus supercargadores, también nos referimos al cambio de hábitos de los ciudadanos con la adopción del car sharing en las grandes ciudades (menos quizá, en España).

Así, donde ahora tienes tu coche aparcado en la calle, la idea es que ese sitio esté ocupado por un carril bici y más adelante una estación de car sharing con coches eléctricos. ¿Y tu coche? Ya no lo tendrás, a cambio tendrás una tarjeta de suscripción de car sharing.

Pero lo más grave e importante en términos de insfraestructuras es la capacidad de generar electricidad -limpia a poder ser, sino no sirve de nada potenciar el uso del coche eléctrico- que tendrán los países.

Obviamente, no todos los coches se pondrán a cargar al mismo tiempo y no todos necesitarán cargar al completo sus baterías, pero incluso aprovechando las horas valle, la demanda será importante. En el Reino Unido por ejemplo, la reserva de producción es en los inviernos de un 4 %, como ocurrió en 2014. Basta con que el invierno sea más duro de lo habitual y no habrá electricidad para todos y menos aún para los coches. Sin duda se deberá potenciar la generación doméstica y autoconsumo (sin machacar al ciudadano con impuestos), de lo contrario va a ser imposible.

Y además todos serán SUV

Por otra parte, según otro estudio de Bloomberg, se traduce que todos esos coches eléctricos serán SUV. Los SUV representaron el 42 % de las ventas de coches en EE.UU. y el 39 % en China en 2017. Además, los modelos eléctricos recientemente desvelados o cuyo lanzamiento es inminente por parte de los fabricantes premium son de tipo SUV (Jaguar i-Pace, Audi e-tron, Mercedes EQ)

Es decir, dentro de 20 años circularemos todos en SUV eléctricos. Sin embargo, una tendencia no tiene porque ser irremediable. La historia del automóvil nos da ejemplos de cómo un tipo de vehículo parecía ser el futuro y no ha sido. Tras el éxito inicial de los Chrysler Voyager y Renault Espace a mediados de los años 80, la sensación es que el monovolumen era la vía a seguir para el futuro. No hubo una marca que no tuviese un MPV en casi cada segmento en los que estaba presente. Hoy, las ventas de los MPV están siendo aniquiladas por las de los SUV. El futuro no está escrito.

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