La carrera por el autoabastecimiento: el gran reto del coche eléctrico para no depender de China

Tras lo acontecido con los microchips, y pese al contexto global de incertidumbre y desaceleración de la economía, los grandes fabricantes de coches están intensificando sus inversiones para tratar de asegurarse componentes esenciales para la producción de vehículos eléctricos y reducir su dependencia de proveedores externos (principalmente asiáticos).

Los últimos en sumarse a esta carrera por conseguir stock propio de metales y otras materias primas necesarias -en este caso, para la producción de sus propias baterías- han sido General Motors y Ford, dos de los fabricantes de coches más importantes a nivel mundial.

Cortando lazos con China para conseguir el autoabastecimiento

La transición hacia el vehículo eléctrico está haciendo que los fabricantes aumenten su demanda de litio, níquel, cobalto y otras materias primas clave para la fabricación de las baterías de vehículos eléctricos por encima de la oferta, que sigue afectada por la crisis que desató la pandemia de COVID-19 y la de suministros y chips que la siguieron.

Esto, además de hacer que aumenten de precio, hace que la preocupación por la dependencia de China en cuanto a materias primas y baterías para coches eléctricos esté aumentando de forma exponencial. Según analistas consultados por Bloomberg, “la dependencia de la nación asiática ahora más que nunca se ve como una vulnerabilidad”.

La reactivación de la economía está tensando todas las cadenas de suministros, pero en el sector de la energía y de los semiconductores el problema es más evidente.

Para más inri, la invasión de Rusia a Ucrania el pasado mes de febrero ha avivado las tensiones comerciales y políticas que están impulsando un replanteamiento de las líneas de suministro global.

En consecuencia entre otras cosas, los fabricantes de automóviles se enfrentan a retrasos en las entregas de coches nuevos, lo que genera también preocupación entre los compradores.

Así, tanto EEUU como Europa, buscan ganar posiciones ante la hegemonía de China en la esfera de las baterías sobre todo mediante inversiones destinadas a construir, renovar o ampliar la fabricación de baterías y componentes de baterías, además de establecer cada vez más instalaciones de reciclaje de baterías.

Mediante ayudas públicas e inversiones privadas, en los últimos meses los principales fabricantes están tomando medidas sobre la cadena de suministro. Ejemplo de ello son grandes grupos como Volkswagen (que ya trabaja en implantar seis gigafábricas de baterías en Europa en los próximos años), o también Volvo, de la mano de Northvolt.

Ahora se suman a la lista General Motors, que ha anunciado esta semana tres acuerdos para asegurarse “el suministro de materias primas necesarias para construir un millón de vehículos eléctricos al año”.

También Ford, que también ha revelado nuevos acuerdos con proveedores que van desde el litio argentino hasta el níquel indonesio.

El primero de los nuevos acuerdos de GM para sus vehículos eléctricos de próxima generación es con la compañía LG Chem (con quien llevan tiempo asociados bajo el nombre Ultium Cells).

Tal como han anunciado ambas, LG pasará a suministrar a GM hasta 968.000 toneladas métricas de material necesario para los cátodos de las baterías hasta 2030 “suficiente como para producir, aproximadamente, más de cinco millones de coches eléctricos”.

El segundo acuerdo anunciado por GM se ha producido con Livent Corp. para asegurarse el hidróxido de litio a corto y medio plazo y, el tercero, es una empresa con Posco Chemical Co. para suministrar también “materiales para el cátodo” de 2023 a 2025.

Por su parte, Ford ha asegurado que contará con "suficiente suministro de materiales para baterías como para fabricar más de 600.000 vehículos eléctricos desde finales de 2023".

La mayoría de los proveedores de los dos fabricantes de automóviles tiene o tendrá instalaciones regionales para proporcionar materiales, con el objetivo cortar dependencia respecto a los refinadores y productores chinos.

Además, el fabricante de automóviles de Detroit está construyendo cuatro plantas de celdas de baterías en Estados Unidos. Se prevé que la primera esté en funcionamiento en cuestión de semanas, mientras que la segunda se espera poner en marcha de cara a 2023 y la tercera, en 2024.

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