Volkswagen Tiguan Country 2.0 TDI, prueba (conducción y dinámica)

Ayer comenzamos la prueba del Volkswagen Tiguan Country 2.0 TDI 140 CV 4Motion con la parte que corresponde a su estética exterior y también a todo lo relacionado con su interior. Hoy nos toca la parte quizá mas entretenida, la que trata sobre prestaciones y conducción.

Hasta ahora hemos visto que estéticamente se parece cada vez más a sus hermanos mayores (Touareg, Amarok...) y que su interior es de los mejores entre sus competidores, tanto por calidad como por diseño, y también hemos visto que nuestro Tiguan es el Country, la variante más campera.

De ahora en adelante vamos a intentar contestar algunas preguntas sobre este modelo, como qué tal se comporta en carretera y fuera de ella, cómo de buena es la versión de 140 CV del 2.0 TDI o qué consumos consigue a pesar de sus dimensiones y altura. Vamos a verlo.

Motorización y prestaciones

Para esta nueva generación del Tiguan Volkswagen ofrece, además de motores TSI de gasolina, diferentes variantes del diésel por excelencia, el 2.0 TDI. Todas ellas son de cuatro cilindros, 1.968 centímetros cúbicos de cilindrada, inyección directa por Common Rail y con turbocompresor.

Esta versión en particular, Bluemotion Technology, desarrolla 140 CV (103 kW) a 4.200 RPM, aunque las hay también más y menos sedientas (de 110 y 170 CV). El par motor máximo de este 2.0 TDI (en cualquiera de sus versiones) es de 320 Nm entre las 1.750 y las 2.500 revoluciones por minuto.

Nuestra unidad de pruebas equipa una caja de cambios manual de seis velocidades con la que consigue homologar un consumo combinado de 5,8 litros a los cien kilómetros(150 g/km de dióxido de carbono), una cifra a la que podemos acercarnos en la práctica rodando por carretera a ritmos legales.

De forma opcional también se ofrece la transmisión automática de doble embrague DSG, de siete velocidades. En este caso el consumo medio aumenta hasta los 6 litros y las emisiones de dióxido de carbono llegan a los 158 gramos por kilómetro. Al tratarse de una versión Bluemotion Technology incorpora de serie sistema autómatico de arranque y parada del motor Start/Stop y sistema de recuperación de energía en la frenada.

Este VW Tiguan 2.0 TDI 140 CV 4Motion Bluemotion Technology acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y es capaz de alcanzar los 190 km/h. En caso de equipar la transmisión DSG de doble embrague, el dato de aceleración no varía pero la velocidad máxima se resiente en 2 km/h. Interesante el dato de capacidad de remolque: 2.500 kilos.

Como ya hemos comentado, nuestra unidad del Tiguan equipa la última generación del sistema 4Motion de tracción integral. Sigue siendo un sistema de discos bañados en aceite y embrague Haldex, aunque ahora se envía constantemente al eje trasero un mínimo de un 10% del par disponible.

Por tanto, podemos considerarlo un sistema de tracción total permanente aunque prácticamente sólo empuje el eje delantero. En cualquier caso, si las ruedas delanteras pierden tracción, el sistema 4Motion puede desviar casi la totalidad del par al eje trasero.

Conducción y dinámica

Ya que el habitat del Volkswagen Tiguan es en la mayoría de los casos la ciudad (debido a esa moda que comentábamos en la parte de ayer) vamos a empezar por descubrir cómo se comporta en el ámbito urbano y también por carretera.

Después de haber conducido varios todocamino compactos, el Volkswagen Tiguan sorprende por su capacidad para rodar con suavidad por carretera. La sensación al volante es casi la de llevar un turismo y, de hecho, ofrece mayor calidad de marcha que algún que otro turismo convencional. La insonorización del habitáculo también es bastante buena, aunque sí que nos llega algo de ruido de rodadura procedente de las gomas M+S Goodyear Vector 4Season 215/60 R17.

El Tiguan se beneficia de ese tacto Volkswagen que tanto gusta, aunque al ser un vehículo levantado veinte centímetros del suelo los ligeros balanceos de la carrocería son más acusados que en cualquier turismo basado en su misma plataforma. El tacto del cambio, por otra parte, es un poco más rudo de lo que esperaba.

De cualquier forma, no es un coche que invite especialmente a correr. El Tiguan más bien te invita a viajar cómodamente e incluso a hacer alguna escapadita por el campo, aunque es cierto que si el terreno está muy roto o en no muy buen estado la suspensión resulta demasiado seca.

El problema de este tipo de coches sobreelevados es que para conseguir un comportamiento dinámico decente se hace necesario endurecer la suspensión, para que en marcha no sea un flan. En este caso que nos ocupa el problema está bien resuelto ya que la suspensión sólo resulta incómoda fuera de la carretera y cuando el terreno está muy bacheado.

A pesar de sus dimensiones se desenvuelve bien en ciudad y tiene una maniobrabilidad bastante buena. No es tan voluminoso como podría parecer a la hora de aparcarlo o moverse por zonas estrechas de un casco urbano.

Nuestra unidad equipa el sistema Park Assist, lo que nos facilita todavía más aparcar el coche. Conozco casos de gente que aún teniendo este asistente no lo utiliza porque le tiene miedo. Yo me pregunto porqué.

El sistema Park Assist no tiene demasiado sentido para alguien que tenga soltura aparcando pero para gente a la que no se le dé especialmente bien es una maravilla. Nosotros solo tenemos que controlar los pedales y el cambio, del giro de volante se encarga él solito. El único inconveniente es que en determinadas ocasiones el sistema no reconoce bien el hueco.

Si hacemos una escapadita por el campo descubrimos que el Volkswagen Tiguan es un coche perfecto para rodar por pistas forestales y caminos, siempre y cuando no estén en muy malas condiciones. En cualquier caso, esta versión Country que hemos probado te permite todavía más.

No sólo tiene un mejor ángulo de ataque de 28 grados (el ventral y el de salida son iguales al resto de versiones), sino también un botón off-road (de serie) que hace que el conductor se sienta más seguro sobre terrenos con menor adherencia gracias a cambios en el control de tracción, asistencia en descensos y ascensos, respuesta más suave del acelerador, calibración diferente del ABS, etc...

Antes de meternos con el Tiguan en un barrizal, aunque sea la versión Country, vendría bien recordar que lo que tenemos entre manos sigue siendo un todocamino, y no un todoterreno, ya que no cuenta con reductora. Podemos afrontar terrenos más difíciles que con un Tiguan normal, pero aún así tiene sus limitaciones.

No podemos terminar sin hablar de los consumos. Hemos dicho que homologa 5,8 litros a los cien kilómetros con el cambio manual y que es posible conseguirlos en carretera a ritmos legales.

En ciudad, no obstante, la cifra aumenta hasta los 7 u 8 litros, en función de lo que nos pese el pie derecho. Durante nuestra prueba, en la que rodamos casi 1.400 kilómetros, el consumo medio fue de 6,3 litros, circulando la mayor parte del tiempo por carretera

Mañana toca entrar más en materia con todo lo relacionado con las versiones y el equipamiento que ofrece Volkswagen para su Tiguan.

Continuará...

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