Los Emiratos Árabes Unidos, especialmente Dubái, tienen en común con Mónaco o Ginebra que hay cuatro superdeportivos o coches de lujo en cada esquina. En ocasiones, esos coches tienen destinos desafortunados y terminan en un desguace. Allí son desmantelados para obtener piezas de recambio.
Hagerty exploró recientemente algunos de los vastos cementerios automovilísticos de Dubái y desenterró algunos descubrimientos dignos de mención, desde una montaña de Aston Martin hasta decenas de Toyota Land Cruiser pasando por un flamante Lotus Eletre.
La legendaria El Dorado de los desguaces está en los Emiratos Árabes Unidos
Los Emiratos Árabes son un enorme centro de exportación de coches usados, a veces a precio de ganga. De hecho, el pequeño país es el vigésimo exportador de coches del mundo a pesar de no contar con una sola fábrica de automóviles. ¿Cómo es posible? importan coches siniestrados o accidentados de medio mundo, especialmente de Estados Unidos y Japón, talleres especializados los arreglan, cuando es posible, y son exportados como coches de segunda mano.
Cada taller tiene una especialidad. Para algunos son los coches troceados y reconstruidos que serán exportados a países con una legislación laxa en términos de seguridad y emisiones, o bien aislados a nivel comercial, como Irán o Irak. Para unos son los SUV, para otros son los coches estadounidenses o los japoneses o, como se ve en el vídeo, exclusivamente los Toyota Land Cruiser, y para otros son los modelos de gran lujo.
El fotógrafo Larry Chen exploró algunos de esos desguaces poniendo el foco sobre el enorme negocio que se mueve detrás de los recambios de coches de lujo.
Entre los Bentley y Rolls-Royce desmontados encima de lo que queda de un Ferrari, McLaren incompletos sobre un Aston Martin reventado o lo que queda de un Maserati, cualquier mecánico encontrará cualquier pieza para cualquier coche que necesite.
Al igual que con que ocurre con los Toyota Camry o Ford Explorer, todos esos coches no proceden necesariamente de Dubái o del resto de emiratos y muchos son importados, por eso no es extraño ver un parachoques de Maserati Quattroporte con todavía la matrícula de Singapur en él.
El vídeo ofrece una visión más detallada de la increíble variedad de coches y sus distintos grados de deterioro. Como señaló Chen, el desguace está bien organizado, con salas específicas dedicadas a diversas piezas de automóviles.
Eso es una buena noticia para quien necesite algún recambio, porque algunas piezas pueden ser muy caras. Un juego de frenos carbocerámicos, con discos y pinas, por ejemplo, puede llegar a costar hasta 25.000 euros si se compra nuevo. Lo mismo ocurre con los paneles de la carrocería, los accesorios y los componentes mecánicos de coches de gran lujo.
Imágenes | Larry Chen (Hagerty)