Con 7 años y 300 km, este impoluto Aston Martin One-77 puede alcanzar los 2 millones de euros

El frenetismo en el mundo de la automoción nos está llevando a escaladas de prestaciones y potencia infartantes al mismo tiempo que los consumos se reducen, pero hace un tiempo las cosas no eran tan así. En realidad hasta hace bien poco las marcas estaban más preocupadas por coches deportivos de superlujo que por las cifras puras, y el Aston Martin One-77 fue uno de los mejores representantes.

Por encima de la trinidad compuesta por Porsche 918 Spyder, McLaren P1 y Ferrari LaFerrari, antes de la llegada de los Koenigsegg Agera o Pagani Huayra y mucho antes de que Aston Martin se plantease el esperpéntico Valkyrie, el Aston Martin One-77 el súmmum de los deportivos con clase.

De coche de ensueño a objeto de culto en menos de una década

Fabricado durante un breve lapso de dos años entre 2009 y 2011, el One-77 fue una cortísima tirada de, sí, 77 unidades (aunque ya hay alguno menos). Cada una de ellas rebosante de ese purista diseño británico, sobrio y soberbio a partes iguales envuelto en el halo místico que sólo pueden ofrecer desde la artesanía de Gaydon.

Esta unidad es más especial si cabe puesto que es una de las únicas siete que se fabricaron bajo las especificaciones Q-Series, con más equipamiento y las últimas que salieron de la línea de montaje. Cuenta además con el volante a la izquierda.

Bajo su interminable capó se esconde un motor de los que ya hay pocos, un V12 atmosférico de 7.3 litros de cilindrada con 750 CV de potencia y 750 Nm de par motor transmitidos exclusivamente a las ruedas traseras a través de una caja de cambios secuencial de seis velocidades un tanto vetusta para el buque insignia que es este coche.

Con estas cifras y un peso de 1.630 kg el Aston Martin One-77 con número de chasis SCFGFXXX9BGS17728 es capaz de llegara 96 km/h en 3,5 segundos y alcanzar los 350 km/h. Números de auténtico gran turismo deportivo.

Esta máquina en un impoluto color blanco con llantas negras y pinzas de freno en rojo cuenta sólo 300 kilómetros en su contador y saldrá a subasta próximamente en Goodwood a través de Bonhams. Su precio inicial fue de 1.300.000 euros y ahora la horquilla estimada cuando baje el mazo será de entre 1.850.000 y 2.000.000 de euros.

No está nada mal para un coche con menos de 10 años, pero no nos engañemos, esto ya no es un coche, es un elemento de colección, arte, automovilismo o un poco de cada cosa.

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