BMW X5 40d xDrive, prueba (conducción y dinámica)

He hecho más de 1500 kilómetros al volante del BMW X5 40d xDrive en todo tipo de condiciones, suficiente para sentir su dinamismo, sacar conclusiones y poder contaros con todo detalle como se comporta.

Lo primero que hicimos el X5 y yo fue un viaje largo en carretera entre Madrid y Vigo, con poco tráfico y unas condiciones climatológicas bastante variables. Casi 600 kilómetros que sirvieron para poner a prueba el SUV en uno de sus cometidos más habituales, los largos viajes en familia.

El BMW X5 40d es un coche muy cómodo para viajar en familia. No tiene mucho que envidiar en este sentido a las grandes berlinas que se posicionan como una alternativa a este tipo de coches. Ni siquiera a un Serie 5, por no irnos muy lejos.

Se nota que su puesta a punto busca un comportamiento excelente en carretera, olvidándose de la faceta todoterreno que por naturaleza también debería solventar sin problemas. Es un SUV y no piensa en el campo, es una bestia para el asfalto.

La posición de conducción alta, y la perfecta combinación entre el motor de 306 caballos y la caja de cambios automática de ocho velocidades de serie, hacen de él un devorador de kilómetros.

Con el ordenador de abordo marcando algo más de 900 kilómetros de autonomía, arrancamos nuestro viaje desde Madrid. Ya en los primeros puertos de montaña como el ascenso al Guadarrama, el BMW X5 4.0d nos dejó muy claro que con 600 Nm de par entre 1.500 y 2.500 RPM, pocos coches pueden hacerle sombra en las subidas.

Basta con pisar el pedal derecho con un poco de ímpetu para comprobar que el cambio baja una, dos o tres marchas de forma rápida para comenzar a ascender a ritmos que rápidamente superan la legalidad. Tiene hasta 8 marchas para bajar si es necesario.

Si quieres más siempre puedes mover la palanca de cambios hacia la izquierda para activar el modo deportivo, pero sinceramente en el 90% de los casos eso no es necesario, ya que tienes potencia más que de sobra como para no tener que estirar las revoluciones. Hay además un botón Sport al lado de la palanca del cambio que también activa ese comportamiento deportivo del cambio.

Los ritmos altos hay que controlarlos cuando llegan curvas, ya que nunca debemos olvidar que estamos al volante de un coche de casi cinco metros de largo y un peso de 2.185 kilos. Aunque el coche se comporta muy bien en curvas y tiene bastante aplomo, las derivas de la carrocería se hacen notar y hay que mantener con firmeza el volante para llevarlo por la trayectoria adecuada.

Lo mejor cuando encaras una curva en el BMW X5 y te sube ese cosquilleo por el estómago que te indica que vas demasiado pasado, es mantener la mente fría, las manos en la posición correcta y no hacer movimientos bruscos en los pedales. El BMW X5 nos sorpenderá de lo que es capaz en curvas rápidas.

Se nota que es un coche perteneciente de los SUV de anterior generación, ya que los modernos son bastante más ligeros y como ejemplo sirve el nuevo Range Rover que ha reducido su peso 400 kilos respecto a su antecesor. ¿Cuánto adelgazará el BMW X5 en su tercera generación?

Un motor potente pero ruidoso

El comportamiento del motor es una auténtica maravilla. Tiene bajos, tiene altos y tiene de todo. Lo único malo es que también tiene un sonido diesel demasiado apreciable en el interior.

Suena mucho, pero no creo que sea un problema tanto del motor como del aislamiento de la carrocería. He probado BMW más actuales con este motor de 306 caballos y a penas se escuchaba el motor en el habitáculo, así que será que el aislamiento acústico del X5 ya no es tan actual como debería.

El motor tiene la misma cilindrada que el del 30d, 2.993 centímetros cúbicos de cilindrada que hacen que la denominación lógica fuese 30d en lugar de 40d, pero en este caso se ha exprimido hasta los 306 caballos con los dos turbos.

La potencia del motor se reparte constantemente entre ambos ejes, aunque suele premiar el eje trasero, lo cual le da un comportamiento más deportivo que otros coches de su segmento.

Por lo demás, no esperes que los consumos sean los más bajos, para eso por debajo está el 3.0 diesel con 245 caballos. Este anuncia un consumo medio de 7,4 l/100 km, mientras que el 4.0d solo anuncia una décima más.

Lo que ocurre es que el ritmo al que sueles ir en el 40d es mucho más alto que en el motor más pequeño, y por tanto los consumos también suben. Es lógico, quieres más prestaciones y por tanto el depósito se acaba antes.

A ritmos siempre en el límite legal por autovía, con dos pasajeros y maletas, el consumo medio que nos hizo fue de 9 l/100 km, aunque si le pisas un poco más, rápidamente te vas por encima de 10 l/100 km.

Una de las cosas que más me gustó del X5 en carretera es el confort de marcha que ofrece. BMW está consiguiendo que sus coches, a pesar de ese inequívoco carácter deportivo, no castiguen el cuerpo de los pasajeros cuando hacen muchos kilómetros, como ocurría antes.

Puedes hacer 600 km del tirón sin parar y te sentirás fresco como una rosa al llegar a tu destino. Un 10 en este sentido. ¿Veis como confort y deportividad si que se pueden unir? Vale, en una carrocería de un SUV grande, pero ambos pueden llegar a congeniar.

Una bestia para callejear por ciudad

Para el uso en ciudad, el X5 no es sobre el papel el coche más indicado, pero mucha gente los usa a diario. La posición de conducción alta es excelente para adelantarse al tráfico y saber planificar tus movimientos.

El motor con tantos bajos es perfecto para dejar atrás a los contrincantes de los semáforos. Hace el 0 a 100 km/h en solo 6,6 segundos, un tiempo muy bueno sobre todo si tenemos en cuenta que pesa más de dos toneladas.

Los consumos en ciudad se van fácilmente por encima de los 11 l/100 km, y es que hay que tener en cuenta que el X5 40d carece de algunos sistemas como el start/stop aunque si tiene el Air Vent Control o el sistema Brake Energy Regeneration que recupera energía durante las frenadas.

Le penaliza en el uso urbano un radio de giro muy limitado de 12,8 metros, que no permite moverte con toda al agilidad necesaria en algunos aparcamientos. Toca maniobrar, y para eso mejor tener el coche equipado con el sistema de cámaras perimétrico que llevaba la unidad de pruebas y del cual hablaremos más adelante.

Por lo demás el BMW X5 es completamente válido para el uso diario, aunque siempre deberás tener en cuenta que no es el coche más ágil del mundo para callejear en zonas estrechas. Para eso ya están sus hermanos pequeños el X1 y X3.

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