BMW 650i Coupé y Cabrio, prueba (conducción y dinámica)

Cuando pruebas un coche como el BMW 650i Coupé y Cabrio con su motor V8 TwinTurbo, 407 caballos de potencia y una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos es fácil pensar que lo más probable es que durante la prueba haya sucumbido a sus encantos.

Pero lo cierto es que también se trata de un coche de aspecto deportivo, casi 5 metros de largo y un peso de 1.845 kilos que no hacen de él precisamente un peso pluma de esto de los coches deportivos. Pero ¿eso se aprecia al volante?

Comienza la parte más esperada de la prueba, esa en la que os cuento en primera persona como se comporta el BMW 650i Coupé y Cabrio tanto en carretera como en ciudad y en uno de sus hábitats preferidos, los viajes relámpago en carretera.

Antes de comenzar a hablaros del comportamiento dinámico del ambos, he de decir que pude conducir mucho más tiempo la versión cerrada, mientras que el Cabrio pasó por mis manos “solo” un par de días.

Así pues, la mayoría de las sensaciones que os quiero transmitir vienen de la versión Coupé. Pero también es importante tener en cuenta, que dinámicamente apenas hay diferencias entre ambas versiones. La rigidez del chasis del Cabrio hace que haya que ser muy fino para apreciar diferencias.

Los primeros kilómetros de la prueba, los hice principalmente por ciudad, utilizando el coche como vehículo para moverme de casa a la oficina, ir a hacer recados y demás uso normal. Suavidad, esa es la palabra que creo mejor define el comportamiento del coche en ciudad.

Y es que el motor V8 Twin Turbo, a pesar de desarrollar 407 caballos de potencia y tener un impresionante par motor de 650 Nm constante entre 1.750 y 4.500 RPM, por ciudad incita más a un uso tranquilo y sosegado que a estirarlo al máximo y llevar siempre cada marcha hasta el corte.

Es un coche muy cómodo para el día a día, aunque quiero matizar esta afirmación. Algunos pensaréis que me he vuelto loco porque un coche de casi cinco metros de largo, no puede ser útil en ciudad. Pero lo cierto, es que excepto para buscar sitio dónde aparcar en calles estrechas, el BMW 650i puede usarse perfectamente a diario.

Me gustó mucho el tacto que tiene la dirección electromecánica de serie, y la unidad de pruebas también equipaba la dirección activa opcional, que sencillamente parece adivinar por dónde quieres llevar el coche en cada giro.

Y es que cuando equipas el BMW 650i con la dirección activa, las ruedas traseras también efectúan un giro de hasta 2,5 grados en la dirección contraria a las ruedas delanteras siempre que rodemos a menos de 60 kilómetros por hora. De ahí lo dócil que se muestra en ciudad.

Este sistema, también mejora el comportamiento en carretera. ¿Cómo? Pues cuando ruedas por encima de los 60 km/h, las ruedas traseras giran en el mismo sentido de las ruedas delanteras, algo inapreciable al volante, pero sin duda uno de los pequeños factores que hacen de él uno de los coches más eficaces que he probado en curvas en los últimos años.

Cuatro personalidades perfectamente definidas

A la hora de hablar del comportamiento del coche, no podemos hacerlo sin hablar de un botón mágico situado en la consola central, al lado de la palanca de marchas. Se trata del selector de reglajes que permite elegir entre los modos “Comfort”, “Sport” y “Sport+”.

En el caso de la unidad de pruebas, había un modo más al estar equipado también con el control dinámico de la amortiguación y el Adaptive Drive. Se trata del modo “Comfort+”.

Llevamos años escuchando hablar de estos sistemas, todavía recuerdo los BMW M3 E46 y su cambio de carácter cuando llevabas activado el modo “Sport”. Pero en el caso de este BMW 650i, podemos hablar de estos cuatro modos como si se tratase de coches con personalidades completamente independientes.

Cada uno de ellos, hace que el comportamiento del coche cambie por completo, incidiendo en la respuesta del motor, del cambio de marchas, las suspensiones, la dirección y en el control de estabilidad DSC entre otros. En definitiva, estamos ante un coche distinto en cada modo.

En el “Comfort+” el coche tiende siempre a rodar en las marchas más largas posibles, la suspensión se pone en su modo más blando, la dirección es más directa y en definitiva, todo el coche parece estar en un placentero estado de letargo.

Si no queremos tanto nivel de tranquilidad al volante, podemos pasar al modo “Comfort”, que básicamente pone todos estos parámetros en un punto más cercano al “Sport”. Aunque no os lo creáis sabiendo como me gustan los coches deportivos, la mayor parte del tiempo rodé con el coche en ese modo, “comfort”. ¿Me estaré haciendo mayor?

Yo creo que no, que por planteamiento el BMW 650i con su motor V8, por su tamaño y por su configuración, incita más a pasear que a rodar al ataque en un puerto de montaña. No creo que muchos de los compradores de este coche busquen una conducción realmente deportiva, pero es una pena porque el coche me ha sorprendido muy gratamente en este sentido.

Sport y Sport+, entrada en otra dimensión

Tal vez me tacheis de exagerado, pero lo cierto es que hacía mucho tiempo, que un coche no me sorprendía tanto rodando en carreteras de curvas. Tuve la ocasión de rodar con ambos BMW 650i por carreteras de montaña en Galicia, más típicas de un rallye que de acceso a una estación de esquí.

Y el BMW 650i tiene un comportamiento sencillamente inigualable entre los coches de su segmento. Con el modo “Sport” activado, las suspensiones se endurecen, la dirección se adapta a la conducción deportiva y la respuesta del motor combinada con el cambio, que permite estirar más las marchas, sorprenden a propios y extraños.

Los ritmos de paso por curva, hacen que en ningún momento pienses que estás al volante de un coche de casi cinco metros de largo y casi dos toneladas de peso. Es más, me atrevo a decir que parece que llevas un coche más ligero y ágil incluso que el BMW M3.

En todo momento tienes una sensación de confianza absoluta, por muy rápido que entres en las curvas el chasis parece que siempre está preparado para absorver más y más. La velocidad de paso por curva es altísima, y puedes pisar con contundencia el acelerador cuando comienzas a poner la dirección recta, que la trasera apenas se inmuta.

Sales de las curvas tratando de pisar a fondo el pedal derecho, el motor V8 y sus 407 caballos de potencia te pegan al asiento, comienzas a escuchar el sonido del motor rebotando contra los taludes laterales de la carretera y en nada estás encima de la siguiente curva. Si este coche se comporta así, no quiero ni pensar en el próximo BMW M6 que acaba de salir a la luz. ¿O si que quiero pensar en él?

Admito, que no se atribuír claramente a qué se debe este excepcional comportamiento del coche en conducción deportiva. Solo puedo decir, que tienes la sensación de tener entre tus manos un coche perfectamente puesto a punto para eso, para correr. Y eso que ese no debería ser sobre el papel su objetivo.

Para los que quieren que las sensaciones fuertes se multipliquen exponencialmente en cada curva, en cada recta y en cada frenada, todavía hay un modo más deportivo, el “Sport+”. Básicamente, con él haces que el carácter del coche se vuelva más radical, y el umbral de actuación el control de estabilidad te permite disfrutar de derrapajes controlados capaces de acelerar tus pulsaciones hasta límites insospechados.

En este caso tengo que decir de forma clara, que ¡viva la electrónica! Y si es así, para dotar de varias personalidades a un mismo coche de forma tan clara, bienvenida sea también en el futuro BMW M6.

Uno de los puntos históricamente más criticados en los BMW, ha sido la eficacia de los frenos cuando llevas a cabo una conducción deportiva. Pero lo cierto, es que éste es un mito del pasado, ya que los últimos modelos de BMW que he probado, estaban a un gran nivel en este sentido.

El BMW 650i también lo está, y lo pude comprobar durante la prueba en la que, igual que salias muy rápido de las curvas más cerradas, también llegabas a velocidades estratosféricas a las siguientes, y había que detener las casi dos toneladas de peso.

Los discos delanteros son de 374 milímetros, mientras que el diámetro de los discos de las ruedas posteriores es de 345 milímetros. Su comportamiento fue, desde el principio y hasta el final, sencillamente perfecto, con buen tacto y potencia suficiente a pesar de haberlos hecho trabajar a temperatura alta.

Eficiencia en formato V8

Estamos en la generación de la eficiencia por antonomasia, todos los coches por muy caros que sean, por muy potentes y por muy lujosos, buscan reducir al máximo los consumos. Parar cada día en una gasolinera, aparte de ser poco cool porque tienes que poner tu mismo el carburante, es cosa del pasado.

Y en el BMW 650i los consumos del V8 pueden dar miedo sobre el papel, pero luego te das cuenta de que ese mito de que los V8 beben más que Ernesto de Hanover en una boda, también pueden ser cosas del pasado. BMW anuncia unos consumos medios de 10,5 l/100 km, que son bastante cercanos a los reales.

Si bien es cierto que en ciudad es complicado bajar de 17 l/100 km, en cuanto comienzas a rodar en carretera, sin las constantes arrancadas y paradas del tráfico urbano, la cifra de consumo comienza a bajar y no es dificil bajar de 10 l/100 km.

Son cifras bastante lógicas para un coche que tiene 407 caballos escondidos bajo el capó, y son cifras que seguro harán que su dueño, solo tenga que ir a la gasolinera una vez por semana, gracias a su depósito de combustible de 70 litros.

Viajando en clase preferente en las plazas delanteras

El BMW 650i, tanto en su versión Coupé como en el Cabrio, es un 2+2. Eso lo deja claro BMW desde el primer momento, y es que el mayor incoveniente de este coche está en las plazas traseras, que aunque han mejorado considerablemente en espacio, siguen siendo bastante justas.

Hacer un viaje largo en la parte trasera del coche, puede ser un tanto torturante excepto que se trate de ocupantes de muy baja estatura o niños. A cambio, tienes una capacidad de maletero bastante considerable, concretamente de 460 litros.

En cambio, en las plazas delanteras, el confort está en un nivel muy alto. Viajar con él es una auténtica delicia, por la suavidad de marcha, el silencio que se respira en el habitáculo y las sensaciones que transmite el coche. Es como viajar en clase preferente.

En este sentido, hay que hacer una mención especial al BMW 650i Cabrio, que tiene un nivel de aislamiento acústico realmente conseguido. Últimamente, los techos de lona de los cabrio de marcas premium, están al mismo nivel de insonorización que en los que llevan techo duro retráctil.

Para abrir la capota hacen falta 19 segundos, mientras que para cerrarla deberás utilizar 24 segundos. No es por tanto el más rápido en este sentido, pero es cierto que la maniobra se puede hacer en marcha siempre que no superemos los 40 kilómetros por hora.

Por tamaño, el BMW 650i Cabrio no es el coche perfecto para evitar que entre aire en el habitáculo, es muy largo. Pero si solo se ocupan las plazas delanteras, se puede montar el deflector de aire opcional que ocupa las plazas traseras, mantener subido el cristal vertical trasero y olvidarte del incómodo aire en el habitáculo. La configuración perfecta para rodar en invierno, acompañada de un poco de calefacción en los asientos.

Continuará…

En Motorpasión | BMW 650i Coupé y Cabrio, prueba (exterior e interior, conducción y dinámica, equipamiento y seguridad, valoración y ficha técnica)

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 19 Comentarios