Todo lo que puede influir en la carga de un coche eléctrico

Viajar con un coche eléctrico implica aceptar una serie de condicionantes, entre ellos que no podremos repostar energía con la misma rapidez que repostamos combustible con un coche de gasolina o diésel. Aparte de otras muchas dudas.

Por eso la información es vital, y al recargar fuera de casa o en viaje nos suele interesar pasar el menor tiempo posible con el coche enchufado. Cuánto tiempo vamos a tener el coche enchufado dependerá de varios factores, siendo los tipos de puntos de carga a nuestra disposición y la potencia de carga de nuestro coche los elementos más importante.

La potencia de carga del coche

La potencia de carga de nuestro coche es esencial para cargar más o menos rápido, pues es ella que determinará la velocidad de recarga y no la del punto de carga escogido.

La potencia de carga se expresa en kW kilovatio (kilovatio), mientras que la capacidad de la batería en kWh (kilovatios hora). Sin entrar en detalles técnicos, recordemos que cuanta más potencia, más rápida será la carga.

Existen dos potencias de carga en función de la corriente que recibirá, ya sea corriente alterna (AC), que es la corriente que tenemos en nuestras casas, o corriente continua (también a veces llamada corriente directa o DC).

La corriente AC se asocia a una carga doméstica, carga lenta (hasta 7,4 kW) o semirrápida (11 y 22 kW), mientras que la corriente DC se asocia a la carga rápida (a partir de 50 kW).

Así, todos los coches eléctricos disponen de dos potencias de carga, que varía en función del fabricante. Por ejemplo, puede ser de 7,4 kW en corriente AC y de 125 kW en corriente DC. Y esos dos valores son los que determinarán esencialmente la potencia de carga, es decir, la velocidad a la que se recargará el coche.

Así, enchufar el coche de nuestro ejemplo en un punto de carga de 11 kW (corriente AC, por tanto) no hará que cargue a 11 kW, seguirá cargando a 7,4 kW. De igual manera, enchufarlo en un punto de carga ultrarápida de 350 kW no hará que cargue en pocos minutos, el propio coche limitará la entrada de energía a una potencia de 125 kW.

El tipo de cargador

Existen tres tipos de puntos de carga públicos en los que enchufar nuestro coche para recargar su batería.

Puntos de carga en destino

Suelen estar ubicados en comercios, como hoteles, restaurantes o centros comerciales y parkings. Existe toda una variedad de potencias disponibles y dependerá del comercio. Así, puede ser una simple wallbox de 3,4 o de 7,4 kW.  En algunos casos, la potencia puede subir a 11 kW o 22 kW, pero no son los más habituales. Para estos puntos de carga es imprescindible usar nuestro propio cable de carga Modo 2.

Puntos de carga públicos semirrápidos

Estos puntos están ubicados en gasolineras, a pie de calle, en parkings públicos, centros comerciales y grandes supermercados. Estos suelen tener habitualmente una potencia de 22 kW, lo cual ya supone cargar hasta 6 veces más rápido que con un punto de carga de 3,7 kW.

Hay que tener en cuenta que estos puntos de carga de 22 kW pueden ser de corriente alterna o corriente directa. Para distinguir uno del otro in situ es fácil. Si es de corriente directa dispondrá de un cable (grueso como una manguera) con enchufe CCS 2 para conectar el coche. Si por el contrario debemos usar nuestro cable de carga Modo 2, es corriente alterna.

Puntos de carga rápida públicos

Ubicados en la vía pública, gasolineras o estaciones de carga, e incluso en algunos centros comerciales o parking públicos, son todos de corriente directa (DC). Disponen de potencias que van desde los 50 kW hasta los 350 kW, según el operador y la ubicación. Todos cuentan con su cable de carga CCS 2 y, en algunos casos, cuentan también con cable de carga CHAdeMO.

La propia entrega de la potencia

Inicialmente la potencia entregada es elevada y asciende a 311 kW (en el caso de un Rimac Nevera) para bajar a 141 kW cuando la batería ha llegado al 80%.

Por otra parte, no podemos olvidar que la entrega de la potencia no es lineal ni directa. Pongamos el caso de una potencia máxima de 150 kW. Con la batería fría y al 10% de carga, el coche empezará a cargar con poca potencia e irá subiendo paulatinamente tras unos pocos minutos para entregar una potencia de casi 150 kW, en torno a los 148 kW o 149 kW (raras veces se alcanza la potencia máxima indicada).

A medida que la batería se vaya cargando, la potencia va a ir disminuyendo por seguridad. Y lo hará de forma muy drástica tras superar el 80% de carga. De hecho, se suele tardar tanto en cargar esos últimos 20 % hasta llegar al 100 % como en cargar del 10% al 80%. Si no es imprescindible, no hace falta ni es recomendable esperar a cargar al 100% para seguir con nuestro camino.

Las temperaturas exteriores y de la batería

La temperatura ambiente y la de la batería de nuestro coche influyen también en los tiempos de carga del coche. Con temperaturas frías se tardará un poco más en alcanzar la máxima potencia de carga. La batería estará fría y para cargar a la potencia óptima, ha de estar en torno a los 22ºC. Es especialmente notable en los coches que no disponen de climatizador por bomba de calor, pues ésta caliente la batería.

Del mismo modo, un excesivo calor, puede hacer que la carga se ralentice. El proceso de carga eléctrica genera calor. Y si la temperatura ambiente es ya elevada, los sistemas del coche pueden limitar la potencia que recibe para evitar un sobrecalentamiento. Es especialmente notable en los coches que no disponen de refrigeración líquida de la batería.

La presencia de otros usuarios

Hay que evitar cargar al lado de otro coche eléctrico. Siempre que sea posible, claro. En los terminales de carga rápida, lo habitual es que la potencia máxima que ofrecen se reparta entre dos enchufes cuando hay dos coches usando ese terminal al mismo tiempo.

Si es de 100 kW, por ejemplo, y hay dos coches, cada coche sólo tendrá un máximo de 50 kW. Algo que pasa también en algunos terminales contiguos, como en el caso de los Supercargadores de Tesla, en los que a pesar de que cada terminal tiene un único enchufe la potencia se reparte entre dos terminales contiguos.

Así, cada vez que sea posible es preferible usar el siguiente terminal libre que usar el segundo enchufe de uno que ya está siendo usando, o bien usar uno de cada dos terminales.

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