General Motors acepta pagar 102 millones de euros para dar carpetazo al escándalo de los bombines defectuosos

A pesar de los intentos de General Motors por bloquear las demandas de los clientes estadounidenses en relación con el fallo en el interruptor del dispositivo de arranque, que afectaban a sus modelos anteriores a 2009, tendrá que hacer frente a otra multa. La suma, mucho menor de lo que se esperaba, asciende a 120 millones de dólares, unos 102 millones de euros al cambio.

En 2015, la compañía americana tuvo que hacer frente al pago de 900 millones de dólares para retrasar la causa y evitar que se llevara a juicio a cualquier trabajador y se aprobó un Fondo de Compensación para las víctimas de 600 millones de dólares, entre otras cuantías. En enero tuvo que desembolsar un millón de dólares por no estimar el daño que podría tener esto en sus cuentas y no evaluar la necesidad de divulgar la información.

¿Fin del caso de los bombines defectuosos?

La compañía con sede en Detroit quizá pueda pasar una oscura página de su historia al alcanzar un acuerdo con decenas de estados de Estados Unidos y del Distrito de Columbia. Según informa Reuters, el fiscal general de Nueva York, Eric Schneiderman, dijo en un comunicado que General Motors había "hecho la vista gorda durante años y optó por ocultar los defectos de seguridad asociados con varios modelos de sus vehículos". 2,6 millones de coches tuvieron que ser revisados, principalmente Chevrolet Cobalt y Saturn Ion.

Por su parte, el abogado principal de la demanda colectiva, Robert Hilliard, declaró en abril que General Motors se escudó en una falsa bancarrota para no hacer frente a los cientos de casos de fallecimientos y lesiones que se han congelado durante años.

General Motors ha afirmado tras el anuncio del acuerdo que impulsará una nueva estructura organizativa dedicada a la seguridad global de sus productos así como un programa para alentar a los empleados a comunicar posibles problemas de seguridad.

Recordemos que los bombines afectados permitían que la llave de contacto girara libremente. Consecuentemente, los circuitos asociados se desconectaban, y si el coche se encontraba en movimiento podía poner en serio peligro a los ocupantes y al resto de conductores, ya que el motor se paraba y los airbags quedaban desconectados. De hecho, el grave fallo se asocia a 124 muertes en Estados Unidos y 275 personas heridas en accidentes.

Tras desvelarse el escándalo, nadie fue acusado, pero la presidenta ejecutiva, Mary Barra, despidió a 15 personas, incluidos ocho ejecutivos. En 2015, General Motors pagó 900 millones de dólares para resolver una investigación criminal del Departamento de Justicia de Estados Unidos y aceptó tres años de supervisión por parte de un monitor independiente luego de haber sido acusado de fraude electrónico.

Esta última sanción para compensar a los afectados podría hacer que el gigante de Detroit pasara página, sin embargo la compañía aún enfrenta algunas demandas relacionadas con la retirada del peligroso sistema de encendido.

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