Utilizar el CO₂ para almacenar energía parecía imposible, pero ya se está usando en Italia

Usar dióxido de carbono para fabricar baterías capaces de almacenar energía durante largos periodos de tiempo. Se trata de una tecnología que comenzó en forma de prototipo en Cerdeña de la mano de Energy Dome.

La empresa italiana ha empezado ahora a comercializar la primera batería de CO₂, y asegura que está lista para impulsar una cadena de suministro a nivel global sin cuellos de botella.

Básicamente, se trata de un acumulador de energía de CO₂ para tener reservas en fases de alta demanda y baja producción.

Tras cerrar una ronda de financiación de 11 millones de dólares, Energy Dome ha anunciado que el primer gran proyecto de la empresa, una instalación de baterías de CO₂ de 2,5 MW/4 MWh, ya está en pleno funcionamiento.

Este chute de capital le permitirá acelerar el desarrollo de su sistema más grande de 20 MW/200 MWh de 10 horas de duración.

Su tecnología patentada se basa en una transformación termodinámica cerrada que, al manipular el CO₂ entre su fase gaseosa y líquida, permite un almacenamiento de energía que promete una densidad de almacenamiento de 10 a 20 veces mayor que otras soluciones de aire comprimido.

En el modo de carga, explica Energy Dome, el CO₂ se extrae de un gasómetro atmosférico; el 'Domo', se comprime y luego se almacena bajo presión a temperatura ambiente en un estado líquido de alta densidad.

Cuando es necesario liberar energía, el CO₂ se evapora y se expande en una turbina, y luego se devuelve al gasómetro atmosférico, listo para el próximo ciclo de carga.

Al almacenar en fase líquida a temperatura ambiente, se reducen los costos típicos de almacenamiento de energía por aire comprimido, aseguran, sin tener que lidiar con las temperaturas criogénicas asociadas al almacenamiento de energía por aire líquido para generar electricidad.

Foto | Energy Dome

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