La ciudad de los 15 minutos: el reto de conseguir ciudades más próximas para sus habitantes

En España, con una población de 47.394.223 millones de habitantes según el Instituto Nacional de Estadística, más de 32 millones de personas viven en áreas urbanas. Madrid y Barcelona son las ciudades más pobladas seguidas por grandes urbes como Valencia, Sevilla, Málaga, Bilbao o Zaragoza.

Desde mediados del siglo XX, las ciudades españolas no han parado de crecer, aunque han cambiado su forma de hacerlo con los años. Primero, fue con un movimiento centrípeto favorecido por la industrialización y el éxodo rural hacia las ciudades.

Después, llegaron los fenómenos como la gentrificación de los cascos históricos de las ciudades y movimientos de población desde el centro hacia la periferia.

Actualmente podríamos estar ante un cambio de ciclo, en parte, desatado por los desafíos a los que nos debemos enfrentar asociados al cambio climático. También, por la necesidad de cambio que ha acelerado la pandemia mundial de la COVID-19 a marchas forzadas, en cuanto a nuestra forma de ver y entender la vida urbana.

Cómo van a enfrentarse las ciudades al desafío ambiental

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en su Resolución 70/1 “Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible”, estableció los 17 objetivos principales y las 169 metas necesarias para hacer frente a los retos que nos plantea el cambio climático.

Uno de estos objetivos, pone sobre la mesa la hoja de ruta para la transformación de las grandes ciudades a nivel mundial. Tal y como apuntan voces expertas en la materia, para lograrlo se han de llevar a cabo acciones no solo a nivel ambiental, sino también a nivel económico y social.

En nuestro país, la “Estrategia España 2050” que ha presentado recientemente el Gobierno, incluye la necesidad de promover un desarrollo territorial equilibrado, justo y sostenible.

En este sentido, el documento apuesta por medidas como reforzar el modelo de ciudad compacta y de proximidad, facilitar el acceso a la vivienda, implantar más zonas verdes y transformar el modelo de movilidad, entre otras iniciativas.

La ciudad de los 15 minutos, el modelo ideal

En una entrevista reciente para RTVE, la experta en Urbanismo y Ordenación del Territorio Izaskun Aseguinolaza explicaba que, con el tiempo, hemos ido simplificando y dividiendo por partes las ciudades.

Unas ciudades que hoy en día se encuentran muy polarizadas.

“Compramos en sitios donde solo se compra, nos divertimos en sitios donde todos se divierten y trabajamos en sitios donde todos trabajan”, apuntaba Aseguinolaza, haciendo referencia a cómo los usos de las ciudades se han ido especializando por ámbitos de utilización.

En las grandes ciudades, resulta utópico realizar nuevas construcciones para reorganizar el territorio, aunque lo que sí que se puede hacer es dotar de nuevas funcionalidades a los edificios.

Además, entre otras soluciones también se encuentran las supermanzanas, que ciudades como Zaragoza o Barcelona ya han tenido en cuenta. Las supermanzanas son intervenciones urbanísticas que permiten reorganizar el tráfico y generar nuevos espacios peatonales.

En esta línea, destaca el modelo de la ciudad de los 15 minutos. Se trata de una iniciativa que Carlos Moreno, director de la cátedra ETI (Emprendimiento, Territorio, Innovación) de la Universidad de la Sorbona, ayuda a implantar en París.

Inspirado en las teorías de la activista estadounidense Jane Jacobs (que desarrolló el concepto de “ciudad viva” en la década de los 60), el modelo de Carlos Moreno gira en torno a seis funciones sociales urbanas necesarias para que la gente tenga una buena calidad de vida.

Las funciones necesarias, según Moreno, son:

  • vivienda digna: actualmente prima la calidad sobre la cantidad de metros cuadrados y la conexión con la naturaleza. Además, el espacio útil ha de ser un espacio multifuncional, capaz de adaptarse a nuestro estilo de vida.
  • tener trabajo físico o digital cerca: el trabajo (además de ser una vocación en algunos casos), es una forma de realización personal y el medio por el cual satisfacemos nuestras necesidades básicas.
  • tiendas cercanas: el comercio de proximidad cobra vital importancia para los barrios, tal y como se ha demostrado en plena pandemia. Tiendas, farmacias, librerías… son lugares de vida.
  • acceso a una salud física y mental próxima: nuestra salud, en todos los aspectos, ha de ser una prioridad. Por ello, tener acceso a un centro de salud pública cercano es crucial para este modelo de cronociudad ideal.
  • cultura y educación: el modelo de la ciudad de los 15 minutos ve las escuelas y centros de formación como las “capitales del barrio” y vectores de transformación. Apuesta por abrirlas incluso los fines de semana para realizar diversas actividades culturales y lúdicas, haciendo las veces de puntos de encuentro.

El modelo de la ciudad de los 15 minutos pretende cubrir estas seis necesidades en un radio de desplazamientos cortos a pie o en bicicleta en un radio máximo de 15 minutos. En esencia, se trata de transformar el conjunto de la ciudad en policéntrico y con múltiples servicios.

La apuesta por la reforma energética, el cambio demográfico que estamos viviendo y la tendencia hacia el trabajo digital pueden determinar la tendencia que van a seguir las urbes. A partir de ahora, una mejor calidad de vida pasará a ser una prioridad.

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