Prueba: Ford Mondeo TDCi 4p y 5p (parte 2)

El Ford Mondeo se coloca, dentro de su segmento, en el grupo de berlinas que son muy cómodas para viajar, pero cuando se le da mucha caña al acelerador en carreteras secundarias llenas de curvas, el coche responde perfectamente. Sin llegar al punto de un deportivo hace cosas impensables para una berlina “normal” de hace 10 años, e inconcebibles hace 20.

Con el motor probado, de 140 CV, el coche queda muy por encima de las posibilidades del motor, lo que es bastante positivo. De momento, sólo se puede elegir en diesel mencionado y un 1.8 TDCi de 125 CV. Si optamos por el cambio automático, el motor de 140 CV cambia su rendimiento a 130 CV.

Conducción y dinámica

El propulsor es bastante conocido, es el motor 2.0 turbodiesel del grupo PSA-Ford, que monta el Citroën C5, Peugeot 407, Ford Mondeo y otros vehículos de esas marcas. Inyección por raíl común con turbocompresor, 140 CV a 4.000 RPM, un par máximo de 320 Nm constantes entre 1.750-2250 RPM y un consumo real bastante bajo, y en conducción eficiente, de risa. Ya no es de los más modernos que hay, pero el resultado es muy satisfactorio.

El Mondeo, a nivel de prestaciones, no está nada mal. Alcanza 210 Km/h y hace el 0-100 Km/h en 9,5 segundos; el simulacro de adelantamiento en 4ª tomó 7,58 segundos. Las recuperaciones son buenas para un coche de su tamaño, pero no espectaculares, ya que los desarrollos del cambio de 6 velocidades me han parecido un poco largos.

Notaba menos revoluciones en relación a la velocidad que en otros motores diesel de idéntica potencia en coches similares, como por ejemplo el Volkswagen Jetta 2.0 TDI. A 120 Km/h en 6ª gira a unas 2.100 RPM, un valor bajo en motores como este. Este estiramiento de relaciones implica que el consumo del coche es más bajo y sus emisiones contaminantes, a costa de penalizar un poco la respuesta, pero hay otro detalle que mola menos.

A menos de 1.500 RPM el motor vibra considerablemente, y da la impresión de que está ahogado, no se circula cómodo a menos que estemos pisando el acelerador con la puntita nada más y con una mínima carga. Por debajo de 1.250 RPM, el motor parece muerto y sin vida (y vibra más), asi que quizás habrá que cambiar nuestros hábitos de cambio si nos va el rollo de la conducción eficiente, y procurar que no caiga de ese régimen.

Una vez pasado el régimen de 1.500 RPM el motor responde adecuadamente, y a 1.750 ya entrega el par máximo, con lo que da una sensación sólida de aceleración hasta mediados de las 3.000 RPM, entregando fuerza aprovechable hasta más allá las 4.000 RPM, donde todos los diesel de esta cilindrada dicen “basta”.

La 6ª no es tan aprovechable como algunos rivales, por ejemplo, subiendo la carretera hasta mi pueblo en 6ª a 80-90 Km/h no aguanta el ritmo, o voy mas rápido o tengo que ir en 5ª (y sin carga/pasajeros). Nada lo que uno no pueda acostumbrarse, pero a valorar por los propietarios de caravana o remolques de cierto tamaño.

El consumo que me midió el ordenador es de 5,8 litros a los 100 Km, y en condiciones más favorables bajé a 5,6 litros. Si nos creemos esto, con 70 litros de gasóleo en el depósito hacemos hasta 1.250 kilómetros. Con una utilización menos eficiente, el consumo estará en torno a los 7 litros. Aun así, es una autonomía estupenda: 1.000 kilómetros teóricos.

No pude comprobar esto con exactitud por que ambas unidades de prensa iban con menos de medio depósito y me salía bastante caro el método de rellenar y comprobar. Un apunte, el depósito de combustible tiene una entrada inteligente, o metemos la manguera correcta o no deja entrar una gota.

El aislamiento de vibraciones a bajas RPM será muy regular, pero con el motor en cruceros de autopista se viaja muy bien, pues entra poco ruido de diesel al interior en relación a la competencia (va menos revolucionado). La aerodinámica y el chasis meten poquito ruido, de modo que respecto a confort, está entre los mejores (berlina turbodiesel de 4 cilindros). Le vendría como un guante el 2.7 V6 del grupo PSA y 204 CV comentado en la prueba del 407 Coupé. El coche sería tan cómodo y silencioso que daría asco.

En zona de curvas, el coche va tan bien que sorprende. No es un deportivo, pero con la suspensión de serie (opcionalmente tiene una más dura y otra adaptable) traza con notable precisión, apenas se balancea y goza de un agarre lateral excepcional, ni tiende al subviraje ni al sobreviraje (a ritmos racionales, entiéndase) de forma clara, y el control de estabilidad siempre está vigilante.

Probando a forzarlo con giros más bruscos seguía siendo obediente a mis órdenes, hacía algún amago de sobreviraje fácilmente corregible. Aunque no seamos amigos de la velocidad en carreteras reviradas (no pretendo hacer apología de esto, aunque lo parezca), esta efectividad hace que en caso de “susto”, el coche se porte bien y la cosa se quede sólo en eso, en un susto.

Sin llegar al segmento Premium, es de las berlinas más eficaces en comportamiento que he probado, el equilibrio entre confort y eficacia está muy próximo a la perfección, y eso que la medida de los neumáticos, con un perfil bajo, no favorece precisamente el confort. Es muy ágil en carretera, pero la maniobrabilidad en trazado urbano ya no es tan buena, debido a su longitud y al radio de giro.

Sólo puedo quejarme de cierta sequedad a la hora de tomar algunos resaltos en trazado urbano. Es sorprendente el ritmo que se le puede imprimir al coche sin que deje de transmitir seguridad al conductor, e incluso en algunos momentos se puede llegar a pensar “es que sólo da 140 CV”, por que el coche es capaz de más. Buen, ojo, 140 CV “legales”, en banco de rodillos este motor puede dar hasta casi 160 CV.

La dirección es muy buena, salvando el tacto del aro del volante, a la altura de las mejores de su segmento. A un Citroën C5 o Renault Laguna (generación anterior) les saca los colores en cuando a agrado de uso en conducción rápida. El cambio ha mejorado respecto al Mondeo anterior, es más blandito y tiene guiado preciso, sin escalones incómodos (como pasa con el Focus II), con un pomo agradable por su forma.

En conducción rápida se puede cambiar con bastante agilidad sin temor a romper nada ni con durezas mecánicas. La marcha atrás ya entra con un poquito más de dificultad, pero muy lejos de lo que le pasa a la caja de cambios del BMW Serie 1, que casi te tienes que pegar con ella.

Los pedales también son satisfactorios, aunque quizás son un poco pequeños. Freno y acelerador son muy dosificables, y el embrague facilita la conducción a los menos hábiles o noveles. Hablando de frenos, responden muy bien, con distancias de frenado subjetivamente cortas (podreis ver ejemplos en un vídeo que montaré pronto) y un aguante satisfactorio haciendo uso intensivo de los frenos, pero no los castigué excesivamente.

Por último, el puesto de conducción, debido a su ergonomía, es estupendo para la mayoría de morfologías, se merece un 8/10. Los asientos de la dos versiones probadas (Titaniun con alcántara/cuero (opc) y Guia X de cuero) ofrecen una sujección lo suficientemente buena para conducción deportiva y a la vez, muy confortable. Esta tendencia al término medio hace al Mondeo muy atractivo.

Como siempre, se agradecen los detalles que hacen la conducción más cómoda, entre ellos el sistema de arranque “manos libres”, que basta con llevar la llave encima (depende de la versión) y pulsar el botón Power para arrancar. Es semiautomático, a diferencia de los Renault, hasta que no arranca no se suelta el botón. Además, la seguridad pasiva mejora, ya que no hay llave contra la que hacernos daño en una colisión.

Aunque sea un poco tentador para distraerse, prefiero el tablero de instrumentos de la versión Titanium (en imagen), el normal me parece demasiado simple. Siempre es preferible ver en el tablero las cosas que tendríamos que ver en una pantalla central, que eso distrae más y es todavía más peligroso.

El control de voz (V2C), las luces automáticas, el sensor de lluvia, el programador de velocidad… se agradecen mucho y favorecen que nos concentremos en lo realmente importante: la carretera. Sólo le falta un limitador voluntario de velocidad al estilo PSA/Renault.

El control de voz aglutina más funciones de las que cabe esperar en este tipo de sistemas: climatización, audio, teléfono y navegador (si está instalado). Una vez familiarizados al mismo, no sabremos vivir sin él. Eso sí, o está el audio encendido (Radio, CD…) o no funciona.

¿Y qué mas puedo decir del Mondeo en cuanto a dinámica? Creo que nada más, y ha quedado largo. En la próxima entrega, hablaré de equipamientos y seguridad, y de ambas cosas anda muy bien puesto.

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