Probamos el Audi RS6 Avant: o cuando un coche familiar se une al ADN de un deportivo de 600 CV, al alcance de pocos

Nota de Motorpasión

Hoy es uno de esos días alegres. Hemos podido probar el Audi RS6 Avant y pese a la posibilidad de hacer spoiler: sí, es un coche alucinante. Con un bloque 4.0 V8 biturbo, 600 CV, 800 Nm de par motor y un aspecto que da miedo era difícil encontrar excusas para no hacer esta prueba. Y por fin ha llegado.

Hay pocos coches que tengan ese manetismo especial suficiente como para convertir una supuestamente aburrida berlina con carrocería familiar en un coche pasional. El RS6 Avant lo consigue y con unos argumentos que se salen de las métricas.

Audi RS6 Avant: el rey de los coches familiares

Cuando pensamos en un coche familiar solemos pensar en modelos en los que la practicidad es su principal reclamo, conservando las líneas elegantes de una berlina y añadiendo un espacio interior mejorado para ampliar la habitabilidad y la capacidad de carga. Salvo que estemos hablando de un Audi RS6 Avant.

Y es que no es un coche familiar cualquiera, es un coche que se ha convertido en una referencia y en el espejo en el que se miran otros muchos a los que les gustaría parecerse. Algo que le viene heredado desde 1994, año en el que nació el primer Audi RS2 Avant. Un coche célebre ideado de manera conjunta entre Audi y Porsche y ensamblado sobre la base del Audi 80 RS2.

Aquel coche vestido con una relativamente discreta carrocería familiar y teñido en su intenso color azul Nogaro escondía muchos secretos, entre ellos una puesta a punto específica y muy radical, incluyendo un motor en línea de cinco cilindros turbo de 2.2 litros y 315 CV de potencia. El toque Porsche era palpable: llantas, intermitentes, parachoques, retrovisores y faros traseros incluyendo la gran franja transversal roja eran de origen Porsche. Es más, el RS2 se fabricó en la planta de Zuffenhausen en lugar de en Stuttgart.

Atrás quedaron aquellos tiempos cuando se forjó el mito de la automoción, pero su legado sigue presente, ¡y mucho! La marca de los cuatro aros sigue contando con el mismo espíritu, encarnando generación tras generación los genes de un coche deportivo en uno de sus familiares de referencia.

Y así es como llegamos al día de hoy. Un día muy especial para cualquier aficionado al motor pues no todos los días (ojalá) uno tiene la oportunidad de ponerse a los mandos de todo un Audi RS6. Nuevo, impoluto, impresionante, descomunal. Dadme más adjetivos.

Estéticamente el Audi RS6 no es un A6 más. Para nada. La presencia de la variante más deportiva del familiar de Ingolstadt conserva sus rasgos de familiar señorial y los adereza con un extra de picante marcando una diferencia sustancial.

La carrocería acaricia los 5 metros de largo con 4.995 mm de longitud total, y sobre todo es considerablemente más ancha al ampliarse 4 cm por cada lado. Los pasos de rueda son más pronunciados, se han ensanchado las vías hasta 1.668 y 1.651 mm delante y detrás respectivamente y la suspensión se ha rebajado en 20 mm con respecto a un A6 convencional.

Ahí no quedan los cambios, pues de serie las llantas que equipa son de 21 pulgadas, aunque en la unidad que hemos probado montaba unas de 22 pulgadas opcionales de aspecto futurista y acabadas en dos colores. Los paragolpes también son sensíblemente más agresivos con unas enormes tomas de aire delanteras rematadas por piezas de fibra de carbono, un labio inferior realizado en el mismo material y el toque siniestro de la parrilla y los emblemas en negro.

La propia parrilla singleframe de la casa también es específica, con unas formas únicas, un entramado amplio para dejar respirar al motor y que porta con orgullo la insignia RS6 y quattro. Las modificaciones son sutiles pero notables, pues sólo las puertas delanteras, el techo y el portón se mantienen inalterados.

En la parte trasera pasa lo mismo, con un sutil toque por arriba gracias a un alerón de techo y un rotundo paragolpes trasero en el que encontramos las ya tradicionales salidas de escape ovaladas de todos los RS, aunque son embellecedores, pues los escapes reales están más adentro. Ni son falsas ni tampoco de verdad, están en tierra de nadie. Eso sí, con embellecedores cada vez más grandes cada vez acaban por verse fácil los escapes reales.

El interior noble de un A6 con guiños racing

Con el típico respeto que infunde el hecho de enfrentarse a un coche así, abrimos la puerta del Audi RS6 y nos dejamos caer sobre su asiento. Rápidamente nos damos cuenta del tipo de coche en el que estamos. Sí, el habitáculo es similar al del A6, incluso al del Audi S6 que probamos meses atrás aunque el ambiente es distinto. Huele a potencia.

El habitáculo sigue siendo el mismo que ya conocíamos, estructurado con muchas líneas rectas, muchas zonas planas y el carácter sobrio que identifica a la marca de los cuatro aros, pero ahora buena parte de las molduras están realizadas en fibra de carbono para ensalzar el aspecto deportivo de un modelo tan... deportivo.

Estos elementos de fibra en el salpicadero y la consola central contrastan con la gran pieza central en negro piano que rodea tanto el sistema de infoentretenimiento como la lama identificativa de uno de los modelos quattro por excelencia. Hay que reconocer que queda exageradamente bien en este modelo, aunque no podemos evitar pensar que el negro piano sigue siendo tan incómodo como siempre para mantenerlo limpio.

Los asientos son unas soberbias butacas de corte muy deportivo, aunque con un tacto bien balanceado y con regulación eléctrica completa que sujetan muy bien el cuerpo sin llegar a resultar demasiado duros o incómodos al entrar o salir del coche. Toda la tapicería incluyendo volante, consola y reposabrazos están rematados por costuras en rojo.

La piel Valcona y la fibra de carbono se combinan con la Alcantara y hacen un matrimonio a tres bandas perfecto para completar una de las configuraciones más acertadas que se pueden hacer para el RS6 Avant. Elegante y deportivo a partes iguales, aunque hay a quien la sobredosis de Alcantara (volante, puertas, techo, túnel central...) pueda parecerle excesiva.

Por delante nos queda el volante típico de los modelos deportivos de la casa alemana con la parte inferior achatada, en esta ocasión completamente forrado de Alcantara. Estéticamente funciona, pero en el día a día para conducir sin guantes no es especialmente funcional, sobre todo en días de calor.

Un podo más allá se levanta el cuadro de mandos completamente digital virtual cockpit, con una pantalla de alta definición de 12,3 pulgadas configurable con varias opciones de visualización y fondo siempre negro, mucho más sobria que los coloridos grafismos de Mercedes-Benz, algo menos personalizable y con un funcionamiento menos intuitivo.

Podemos elegir entre un cuadro clásico de doble esfera o una opción más racing con gráficos y la información enfocada a una conducción deportiva. De manera añadida podremos visualizar el GPS en primer plano o en caso de montarlo, como es el caso, el asistente de visión nocturna.

Fuera de la pantalla se sitúan los indicadores de temperatura de refrigerante a la izquierda y nivel de combustible a la derecha; dos indicadores mal posicionados porque suelen quedar tapados por el aro del volante.

En el salpicadero tenemos otras dos pantallas. La superior se destina al sistema de infoentretenimiento y parece infinita al integrarse con la moldura negro piano. Es táctil y capacitiva con feedback mediante pulsaciones para emular el tacto de un botón. Funciona muy bien, es precisa y el sistema es rápido.

En la parte inferior una tercera pantalla similar a la anterior se destina a agrupar todas las funciones de la climatización. El funcionamiento es satisfactorio, pero tan difíciles de tener sin marcas ni suciedad como el negro piano.

Familiar, sí, y con 600 CV

Ahora que ya le hemos hecho el repaso completo en parado toca ese momento en el que te suben las pulsaciones. Pulsamos el botón de arranque y el rugido del motor al arrancar en frío nos pone los pelos de punta. El Audi RS6 Avant suena gordo, muy gordo. Al menos durante los primeros segundos, luego baja el ralentí y cierra la válvula de escape para pasar desapercibido. Más o menos.

Las normativas anticontaminación se están poniendo severas para quienes buscamos un punto emocional en los coches. Aún así el Audi RS6 Avant no puede ocultar con demasiado éxito que debajo de su capó se oculta un motor descomunal, así que incluso en los modos más recatados y a baja velocidad su sonido gutural logra captar la atención de los peatones.

Lo segundo con lo que se encuentran los curiosos al girar el cuello es con su rotunda presencia, que detrás del volante hay que reconocer que no nos pone las cosas demasiado fáciles. A la hora de maniobrar, el Audi RS6 es tan largo, tan bajo y tan ancho que no es fácil de gestionar en entornos con el espacio ajustado.

Su capó es especialmente largo y es imposible saber dónde termina, los pasos de rueda ensanchados restan algo de visibilidad con los retrovisores y los asistentes de aparcamiento pasan de no avisar de nada a decirnos que estamos demasiado pegados de lo que sea en un lapso de tiempo excesivamente breve.

Al menos esta unidad equipaba el eje trasero direccional. Este gadget gira las ruedas traseras en dirección opuesta a las delanteras a baja velocidad para incrementar la agilidad. A alta velocidad giran en el mismo sentido para dar un extra de estabilidad. Y sí, funciona.

Antes incluso de lanzarnos a una carretera de curvas nos damos cuenta de que el RS6 Avant es un coche que gira mejor de lo que cabría esperar en un turismo de 5 metros y más de 2 toneladas de peso (2.150 kg sobre la báscula). Cualquier rotonda sirve para notar cómo la parte trasera se esfuerza por cerrar los giros ante cualquier insinuación del volante. La dirección es pesada y directa, aunque al mismo tiempo se siente filtrada debido a la asistencia eléctrica.

Hasta ahora hemos llevado al motor en un rango bajo-medio, y hasta casi pasa desapercibido con una rumorosidad muy baja y un buen aislamiento. Así que nos ponemos en marcha en busca de terrenos más interesantes. De camino, los desplazamientos por autopista se muestran igual de aptos para este coche. Equipado con suspensión neumática filtra bien las irregularidades y resulta incluso confortable.

Ya metidos en pleno tramo de curvas llega la hora de ver de qué es capaz el motor de este Audi RS6 Avant. Es un bloque que ya conocíamos de otros modelos, pero que en este caso el 4.0 V8 biturbo se ha llevado hasta unos exagerados 600 CV y 800 Nm de par motor capaces de tatuarte las costuras de los asientos en la espalda.

Aparte del modo dynamic, este modelo cuenta con los modos RS1 y RS2 configurables en los que se puede desactivar incluso el ESC y que ponen toda la carne sobre el asador del pedal derecho. La patada del V8 se vuelve seca e inmediata, con unos medios que con el pedal a fondo son demoledores y una estirada que roza lo ilegal. La hoja de prestaciones del RS6 Avant promete un 0-100 km/h en 3,6 segundos. La experiencia subjetiva nos dice que activar el Launch Control de la caja de cambios es regalo vivencial para petrolheads.

Algo que sí nos ha dejado un poco fríos es el sonido. Un gran motor V8 biturbo puede sonar considerablemente más de lo que hace este RS6 Avant de serie. Sí, su ronquido es poderoso y lleno, pero le falta contundencia. Se puede arreglar con los escapes opcionales o recurriendo a piezas aftermarket. En cualquier caso echamos de menos una buena patada sonora que por ejemplo sí tienen los Mercedes-AMG con una mecánica similar.

El motor se alía con el sistema de tracción integral quattro y una caja de cambios Tiptronic por convertidor de par con ocho relaciones. Ambos funcionan en consonancia para que el coche vaya siempre atornillado al asfalto y entregando toda la fuerza posible en cada momento.

El sistema quattro reparte por defecto un 40% del par a las ruedas delanteras y un 60% a las traseras. Una cantidad que puede variar hasta el 85% al eje trasero si detecta que es necesario. Además en el eje trasero también se pueden montar un diferencial deportivo como es el caso para afinar aún más el rendimiento en curvas.

La estabilidad del RS6 Avant es descomunal y sorprende por la capacidad para mantenerse pegado al asfalto. En muy pocas ocasiones hemos notado algo de deriva en la zaga, y fue sólo abriendo gas fuerte sobre asfalto en unas condiciones bastante pobres. En este caso desliza de forma controlable. En el resto de ocasiones es un coche extra-aplomado que sólo tiene que vender las inercias de sus más de 2 toneladas de peso, encontrar el apoyo y trazar con decisión.

Buena parte de este funcionamiento preciso lo tiene el sistema de suspensión neumática adaptativa y autonivelante Dynamic Ride Control con amortiguadores ajustables en tres niveles de dureza (opcional) y que mantienen al coche siempre compensado, incluso en los apoyos más fuertes. No notamos transferencias de pesos reseñables.

Otro de los opcionales más destacados de esta unidad eran los discos de freno carbocerámicos. Un sistema de frenos que requiere un pequeño proceso de adaptación porque tienen un tacto más duro de lo habitual, pero a cambio nos ofrecen una potencia, un aguante y una dosificación desconocidas. Son un material caro y destinado a aquellos que vayan a rodar en circuito. Para un coche que vaya a circular sólo por la calle son innecesarios.

Cuando la practicidad y la deportividad se tocan

No lo hemos mencionado antes, pero la habitabilidad al igual que en cualquier otro A6 con carrocería familiar es sobresaliente. Sólo la consola central nos embute un poco en la zona de las piernas por ser demasiado voluminosa, pero en el resto de plazas hay buen espacio. Bueno, con excepción de la trasera central que sigue siendo de uso puntual. Las otras dos disponen de mucho espacio para las piernas y mucha altura libre al techo.

El maletero por su parte cubica los mismos 565 litros de capacidad que las versiones no RS, que se pueden ampliar hasta 1.680 litros si se abaten los asientos traseros. El maletero por sí mismo es enorme, con formas muy regulares y más espacio del que suele necesitar un coche de familia en el día a día.

Tampoco hemos mecionado el detalle de que pese a ser un motor de 4.0 litros y 600 CV, este Audi RS6 Avant cuenta con la etiqueta ECO en su parabrisas, y es que es el primero de su estirpe en recurrir a la microhibridación.

Este RS6 mild hybrid utiliza un sistema MHEV de 48 voltios y que incorpora un motor de arranque/generador que puede producir hasta 12 kW en retenciones. Una potencia eléctrica que se almacena en una pequeña batería de iones de litio y que alimenta los sistemas eléctricos permitiendo al coche desconectar el motor cuando no es necesario y hacer uso del start/stop. Además también cuenta con desconexión de cilindros para funcionar con sólo cuatro. Un sistema cuya intervención ha pasado casi totalmente desapercibida en nuestra prueba.

Con todo, el Audi RS6 Avant promete una reducción en el consumo de combustible de hasta 0,8 litros cada 100 km. Su consumo medio homologao es de 12,4 litros a los 100 km; nosotros al finalizar la prueba nos quedamos en un registro de 13,7 l/100 km tras casi 1.000 km. Cerca de lo prometido y nada disparatado para 600 CV, pero sigue siendo un consumo alto para la mayoría de los mortales.

El Audi RS6 Avant parte de los 140.090 euros, pero la unidad que hemos probado eleva su precio hasta rozar los 190.000 euros. Entre el equipamiento opcional más reseñable se encuentran las llantas de 22 pulgadas (3.035 euros), los faros Matrix LED láser (3.360 euros), el interior en cuero Valcona (2.305 euros), el paquete dinámico RS plus (16.480 euros) o el paquete de fibra de carbono exterior (6.130 euros). Otros elementos como los emblemas en negro también son opcionales (395 euros).

Los paquetes de equipamiento tecnológico hacen que el precio se siga elevando considerablemente si queremos un RS6 Avant bien equipado, como el Head-Up Display (1.845 euros), el asistente de visión nocturna (2.835 euros) o el asistente de aparcamiento con visión de 360º (1.515 euros).

Nos choca especialmente que en un coche de su rango, precio y características el asistente de velocidad de crucero adaptativo, el reconocimiento de señales y el asistente de mantenimiento de carril sigan formando parte del equipamiento opcional y no vengan de serie.

Pero también es verdad que estamos hablando de un coche muy especial en el que sus compradores no miran cuánto más tienen que gastarse para equiparlo a su gusto, sino que la personalización es un punto más de aliciente de cara a su venta.

En cualquier caso, el Audi RS6 Avant es un coche con una personalidad muy especial. Está destinado a un público que quiere un coche potente, con un rendimiento por encima de lo normal y que al mismo tiempo no renuncia a la practicidad de un coche familiar. A fin de cuentas conducir coches así también es una forma de disfrutar de la familia. Si te lo puedes permitir.

Audi RS6 Avant 2020 - Valoración

7.9

Diseño exterior 9
Diseño interior 7
Calidad 8
Habitabilidad 8
Maletero 9
Motor 9
Seguridad 7
Comportamiento 8
Comodidad 8
Precio 6

A favor

  • Motor desbordante
  • Calidades del interior
  • Practicidad sobresaliente
  • Tacto de los frenos (opcionales)

En contra

  • Precio elevado
  • Sonido demasiado discreto
  • Paquetes de equipamiento opcionales
  • Visibilidad escasa al maniobrar

Audi RS6 Avant 2020 - Ficha técnica

Audi RS6 Avant

Motor

Gasolina. Ocho cilindros en uve biturbo de 3.993 cc

Potencia máxima

600 CV a 6.000 - 6.250 rpm

Par máximo

800 Nm de 2.050 a 4.500 rpm

Transmisión

Tracción integral quattro. Caja de cambios automática de convertidor de par con ocho relaciones

Dimensiones

Largo x ancho x alto (mm): 4.995 x 1.951 x 1.487

Batalla

2.930 mm

Maletero

565 litros

Peso

2.150 kg

0 a 100 km/h

3,7 s

Velocidad máxima

250 km/h

Consumo medio homologado (ciclo WLTP)

12,4 l/100 km

Consumo medio en prueba

13,7 l/100 km

El coche para esta prueba ha sido prestado por Audi. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

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