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¿Puede el 'mindfulness' mejorar la seguridad al volante?

Cuando se analizan las causas de los siniestros de tráfico, tradicionalmente se ha hablado de de la vía, del vehículo y del factor humano. Mientras que en los dos primeros el avance tecnológico ha sido exponencial a lo largo de toda la historia, en el caso del factor humano los avances no parecen haber sido tan notables.

Si comparamos un coche o una carretera de hoy en día con una de hace 100 años, veremos diferencias a todos los niveles: seguridad, eficiencia, tecnología…, pero ¿y el conductor?

El reto es claro, hay que abordar los nuevos desafíos al factor humano

A lo largo de los años nos hemos focalizado en aspectos muy concretos como el uso del cinturón, la velocidad o el alcohol. No obstante, el riesgo de distracción que supone la tecnología mal utilizada aumenta. Así, ¿qué herramientas tenemos hoy para afrontar el problema del conductor distraído?

Además de todos los elementos de ayuda del vehículo, ¿qué nuevos recursos podemos incorporar a la formación del conductor?, ¿opciones como el mindfulness pueden ser efectivas?

¿Qué es exactamente esto del 'mindfulness'?

Aunque para muchos es algo nuevo, cada vez se conoce y se practica más.

Practicar mindfulness ─traducido como consciencia plena o atención plena─ trae una serie de beneficios a nivel personal que no son nada despreciables. En la sociedad de las prisas, el estrés y la impaciencia, saber abordar ciertas situaciones con calma y dándole la importancia adecuada puede ser el camino del éxito a muchos niveles.

El mindfulness busca la reducción del estrés, el aumento de la autoconsciencia,  mejorar el bienestar general, mayor regulación emocional y mejora de la inteligencia emocional, entre otros beneficios.

El mindfulness parece una herramienta ideal para gestionar prisas y estrés

Apareció en occidente de la mano del médico y biólogo Jon Kabat Zinn (Universidad de Massachusetts) al aplicarlo al estrés mediante el programa 'Mindfulness basado en la reducción del estrés' (MBSR - Mindfulness Based Stress Reduction), en 1978. Desde entonces, las investigaciones y campos de aplicación han seguido una progresión geométrica y el MBSR forma parte de terapias, contando solo en Estados Unidos, en más de doscientos cincuenta hospitales.

Las técnicas se pueden aplicar a todos los niveles, desde nuestras tareas cotidianas más sencillas hasta aquellas actividades más complejas que requieran una plena atención y dedicación absoluta. No en vano esta es la esencia del mindfulness.

Ideal para conductores

Con todas estas premisas parece que está claro que la tarea de conducir, la cual requiere una atención del 100%, sea un campo perfecto donde integrar esta disciplina, especialmente como entrenamiento frente a las distracciones.

La atención plena en los conductores es una propuesta vital para evitar siniestros

Año tras años las cifras de accidentalidad reflejan una realidad clara: la mayor parte de los siniestros se producen por distracciones al volante. Por una parte, hablamos de distracciones externas que desvían nuestra atención de la carretera y, por otra, las que producen todos los elementos que llevamos dentro del coche, como teléfono móvil, navegador, radio, etc.

Pero hay una tercera distracción, nuestra propia mente. En muchos casos divagamos, pensamos y nos abstraemos con situaciones que absorben toda nuestra energía y no prestamos la necesaria atención a la conducción, aunque estemos mirando a la carretera. ¿A quién no le ha pasado llegar a un destino y no recordar cómo lo ha hecho? Conducimos en piloto automático.

¿Y si consiguiésemos que el conductor sea consciente de su atención y en el momento que se despista, retome su atención en la carretera?, ¿que permanezca atento mientras conduce? ¿Esto se podría entrenar? ¿Se evitarían las distracciones, ir en piloto automático  y todo lo que conlleva?

Resultados probados

Cada vez es más necesario buscar soluciones innovadoras a los problemas tradicionales. En este sentido Efa Rimoldi, directora del Instituto de Movilidad Sostenible, nos comenta que, en su experiencia en la aplicación de estos métodos,  ha observado que en otros colectivos de características similares a los conductores por el grado de atención necesaria como pueda ser el de las enfermeras, utilizando mindfulness para tratar aspectos como el burn out, distracciones, manejo de las emociones en situaciones difíciles,  se consiguen resultados muy positivos.

La atención en la conducción llega a mejorar en un 60%

En las estrategias que se desarrollaron para conductores se evalúa la atención realizando un seguimiento de tres variables:

· Velocidad y cantidad de trabajo, que se refiere al número de estímulos que se han procesado en un determinado tiempo.

· Calidad de trabajo, que se refiere al grado de precisión que está inversamente relacionado con la tasa de errores.

Relación entre la velocidad y la precisión de la actuación, lo que permite establecer conclusiones tanto sobre el comportamiento como sobre el grado de actividad, estabilidad y consistencia, así como fatiga y eficacia de la inhibición atencional.

Los resultados fueron muy optimistas, la atención mejoró un 60% en ese periodo y aspectos como el número de elementos procesados correctamente o la concentración pasaron de un 50% a un 80%.

También se midió a los tres y doce meses, los beneficios se consolidaron. Esto se traduce en que al acometer la tarea, en este caso conducir, se pasó de un porcentaje de errores del 4,26% al 3,53% constatado en dicho programa.

No solo conductores, también peatones

Nuestras ciudades, en las que hace años coches y peatones eran sus principales pobladores, han evolucionado a una “multiutilización”. Además de los diferentes medios que empleamos para trasladarnos, como bicis, patinetes o segways, la forma en que los usamos también es diferente, como el alquiler o el vehículo compartido.

Por otro lado, mientras nos movemos hacemos otras muchas cosas, como escribir o leer textos o sencillamente hablar con otras personas a través del teléfono.

Todo ello hace que aparezcan nuevos personajes como los “smartphone zombie” o “smombie”, peatones que se mueven sin prestar ningún tipo de atención a la movilidad, normalmente se focalizan en el móvil, otros van con auriculares, ni escuchan ni ven, pero se mueven produciendo problemas

Ya en 2016 un estudio del organismo certificador DEKRA realizado en seis capitales europeas alertaba de que casi el 17% de los peatones utilizaba el smartphone mientras caminaba por la calle. Podemos estar seguros de que en 2020 ese porcentaje ha aumentado.

¿Puede el 'mindfulness' aparcar el móvil mientras conducimos?

La neurociencia ha demostrado que el cerebro no puede hacer dos cosas al mismo tiempo

Sin duda, cuando hablamos de distracciones, nos viene a la cabeza el teléfono móvil, y evitarlo se puede entrenar. La neurociencia ha demostrado que el cerebro no puede hacer dos cosas al mismo tiempo. Si a eso unimos la adicción que pueden generar las redes sociales, por ejemplo, nos juntamos con un cóctel mortal.

Conducir es una tarea en sí misma, tarea que requiere nuestra atención plena; escribir un mensaje, ver un vídeo, sacarnos fotos al volante son acciones de alto riesgo, todavía más si le sumamos nuestras preocupaciones, prisas y estrés cotidianos.

Sobre el uso de los smartphones y la conducción, según un informe realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación de Tránsito y Seguridad Vial de la Universidad de Valencia (INTRAS), se estima que este mal hábito habría podido causar la muerte de 390 personas al año, además de innumerables incidentes

¿Debemos mejorar nuestra percepción del riesgo?

A pesar de que las cifras son elocuentes y de las numerosas campañas de sensibilización, uno de cada dos conductores aseguran utilizar el móvil mientras llevan el vehículo. Es más, unos 600.000 se ven a sí mismos como “auténticos adictos al móvil” reconociendo “que no pueden dejar de mirarlo” mientras están al volante.

Las distracciones por el móvil causan cada año casi 8.000 accidentes con víctimas

El informe, que se completa con más de 1.700 entrevistas a conductores, aporta otro dato preocupante: casi 2 millones de automovilistas (7%), admiten haberse hecho selfies conduciendo; 2,3 millones (9%) aseguran haber interactuado en redes sociales mientras conducían y casi 10 millones confiesan poner mensajes en WhatsApp estando al volante (37%).

Está claro que nuestra percepción del riesgo en esas situaciones es muy baja, tenemos una falsa sensación de seguridad muy peligrosa. No lo olvides: conducir es una actividad en sí misma.

Imágenes | iStock|JONGHO SHIN didesign021 mokee81 fberti Алёна Коваль oatawa vchal, Pixabay|Johnhaim

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