Comparativa Ford Mustang vs BMW Serie 4: ¿cuál es mejor para comprar?

Para el cliente en busca de un coupé con cierta clase y un buen nivel de prestaciones, hasta hace no mucho la oferta era casi exclusivamente de modelos premium alemanes y algún que otro japonés, pero desde hace unos años hay también una opción americana, y muy auténtica.

Hablamos del Ford Mustang, disponible desde el año 2015 de manera oficial en concesionarios Ford de toda Europa, y recientemente puesto al día. Hoy vamos a compararlo con uno de los alemanes por excelencia, el BMW Serie 4 Coupé, para descubrir qué ofrece cada uno y cuáles son las principales diferencias entre ambos modelos.

En este segmento, y en un rango de precios de entre 40.000 y 60.000 euros (superando ciertas versiones esta franja), hay opciones tan interesantes como el Audi A5 Coupé, el Mercedes-Benz Clase C Coupé, el Infiniti Q60 Coupé, el Lexus RC Coupé o incluso el Jaguar F-Type, éste último si estamos dispuestos a hacer un desembolso ligeramente superior.

Aún así, hoy vamos a centrarnos en los dos modelos ya citados, Ford Mustang y BMW Serie 4 Coupé. Alemania contra Estados Unidos. Filosofías diferentes, diseños de distinto corte, muy diversas gamas de motorizaciones, etc...

Diseño exterior y dimensiones

Ambos modelos gozan de una carrocería de tipo coupé, de dos puertas, pero mientras que el alemán ofrece una generosa batalla, es más compacto en dimensiones que el americano. De hecho, el Ford Mustang es 14 centímetros más largo que el Serie 4, y también 10 centímetros mas ancho.

En lo que a altura se refiere están casi a la par, pero el Serie 4 tiene una batalla considerablemente mayor (9 centímetros) lo que, como veremos más adelante en el apartado dedicado al interior de los modelos, facilita unas plazas traseras mucho más generosas y aptas para adultos.

A nivel de diseño son propuestas muy diferentes. El alemán luce la clásica parrilla de doble riñón de la casa, mientras que el Mustang tiene una calandra más grande, presidida por el caballo, y unos faros más estilizados. Como es lógico, este punto es algo completamente subjetivo, y cada cliente preferirá un diseño u otro. Cuestión de gustos.

El americano tiene un aspecto más voluminoso (evidentemente es mayor en dimensiones) y también formas un poco más cuadradas, sobre todo en la zaga. Ambos llevan sobre los hombros la tradición de sus respectivas marcas, siendo el Ford Mustang el más icónico y el que más historia tiene, ya que el modelo original nació en 1964.

LONGITUD

BATALLA

ANCHURA

ALTURA

BMW Serie 4

4.638 mm

2.810 mm

1.825 mm

1.377 mm

Ford Mustang

4.784 mm

2.720 mm

1.916 mm

1.381 mm

Gamas de motores y precios

En materia de motorizaciones y gama sí que existen grandes diferencias. Sabemos que los alemanes suelen ofrecer múltiples versiones de sus modelos, y en este caso no es diferente. Por su parte, el Mustang cuenta con dos únicas opciones, de cuatro u ocho cilindros. Y por supuesto de bloques turbodiésel ni hablamos en la oferta del de Detroit, porque no los hay.

Así pues, mientras que el Serie 4 cuenta con seis versiones diferentes, tres de gasolina y tres diésel, y sin contar el más deportivo BMW M4, el Mustang se conforma con un motor Ecoboost y un espectacular V8. Veámoslo en detalle en la siguiente tabla.

MODELO + VERSIÓN

MOTOR

POTENCIA

CONSUMO MEDIO

PRECIO

Ford Mustang

2.3 litros Ecoboost

290 CV

9 l/100 km (manual)

41.300 euros

Ford Mustang GT

5.0 litros V8

450 CV

12,1 l/100 km (manual)

49.300 euros

BMW 420i

2.0 litros

184 CV

6,5 l/100 km (manual)

42.200 euros

BMW 430i

2.0 litros

252 CV

6,0 l/100 km

50.150 euros

BMW 440i

3.0 litros

326 CV

7,3 l/100 km

61.100 euros

BMW 420d

2.0 litros turbodiésel

190 CV

4,8 l/100 km (manual)

46.200 euros

BMW 430d

3.0 litros turbodiésel

258 CV

5,3 l/100 km

55.100 euros

BMW 435d xDrive

3.0 litros turbodiésel

313 CV

6,1 l/100 km

62.466 euros

Ambos modelos cuentan con cambios manuales y automáticos, si bien BMW solo ofrece la caja manual en las variantes de acceso a la gama. Por su parte, el BMW Serie 4 Coupé es el único de los dos que propone versiones de tracción total o xDrive, disponible para prácticamente todas las motorizaciones: 430i, 440i, 420d, 430d y 435d (en éste último de serie, sin opción de propulsión).

El americano se lleva la palma en cuanto a aceleración, ya que la variante con bloque V8, concretamente el Mustang GT automático, acelera de 0 a 100 km/h en 4,3 segundos, cifra cuatro décimas inferior a la de la versión más rápida del Serie 4 (430d xDrive). El BMW M4 Coupé manual acelera en el mismo tiempo (4,3 segundos), pero juega en otra liga ya que cuesta 45.00 euros más que el Mustang GT manual.

Habitáculos, cara a cara

Siempre se ha dicho que los coches americanos no destacan precisamente por la calidad de sus materiales y acabados en el habitáculo, pero lo cierto es que la nueva generación del Ford Mustang se ha puesto bastante al día en este apartado, con una propuesta más interesante que antes, que gana puntos tanto por aspecto como por calidad general.

Es cierto que el interior no es tan bueno como el del BMW Serie 4 Coupé, que aunque sobrio y elegante tiene una apariencia bastante más premium y unos materiales de bastante mejor calidad. Aún así, el Mustang goza de un habitáculo en el que es agradable pasar tiempo y que no destaca por ningún aspecto negativo, salvo por algún plástico de dudosa calidad.

La diferencia en este sentido es notable, sobre todo en las botoneras del volante o en los diferentes mandos de la consola central, que resultan muy superiores en el Serie 4, tanto por aspecto de los materiales como por tacto, ya que son mucho más agradables (menos "plasticosos").

Por otro lado, mientras que el BMW Serie 4 Coupé es un auténtico cuatro plazas, ya que hay espacio suficiente para que dos adultos viajen cómodamente en los asientos traseros, el Ford Mustang es más bien un 2+2, debido a que las plazas traseras son escuetas y ofrecen muy poco espacio para las piernas. Son más para un apuro o para niños que para que viajen cómodamente dos adultos.

Para terminar, cabe apuntar que el maletero del Mustang ofrece un volumen de carga de 408 litros (332 litros en el caso del descapotable), algo inferior al del BMW Serie 4, que tiene 445 litros (370 para el Cabrio) y, además, goza de unas formas algo más aprovechables, ya que la superficie de carga es más ancha y la boca de carga tampoco es tan estrecha como en el Mustang. En este aspecto el alemán es superior.

Oferta tecnológica y equipamiento

Tanto el alemán como el americano cuentan en su oferta con un cuadro de instrumentos digital en opción que permite cambiar los modos de visualización y configurar al gusto el diseño con el que se muestra la información al conductor. En el Mustang el display es de 12 pulgadas, mientras que en el Serie 4 tiene un tamaño de 10,25 pulgadas (461 euros).

El Serie 4 goza de una pantalla de formato más panorámico (la más grande es de 8,8 pulgadas, con el Navegador Professional) y también más elevada en la consola, que no obliga a apartar demasiado la vista de la carretera, mientras que la pantalla del Mustang (táctil de 8 pulgadas con Ford SYNC 3 de serie) se encuentra más abajo y sí hace que tengamos que bajar la vista más de lo deseado.

Como es lógico, la oferta de opcionales en el BMW es muy amplia, con opciones tan interesantes como el Head-Up Display, la recarga inalámbrica por inducción para smartphones, un hotspot WLAN o compatibilidad con Apple Car Play. Los servicios online de BMW Connected son de serie, eso sí.

Por el contrario el Ford Mustang ofrece muy poquito equipamiento en opción: asientos Recaro, navegador, diversas tapicerías, sensores de aparcamiento traseros, asientos calefactados y ventilados, o algunas posibilidades de personalización (techo negro, llantas, franjas decorativas, etc...). Y es que la dotación de serie ya incluye llantas de 19 pulgadas, cámara de marcha atrás, apertura y arranque sin llave, tapicería de cuero o asientos de ajuste eléctrico.

Nuestra conclusión final

En definitiva, el BMW Serie 4 Coupé es un producto más premium que el Ford Mustang, y su gama ofrece muchas más posibilidades en materia de motorizaciones (además de consumos mucho más reducidos), una mayor oferta de opcionales y también dos plazas traseras totalmente utilizables, junto a un maletero ligeramente más grande y algo más aprovechable.

Por su parte, el Ford Mustang goza de un aura especial, por la tradición de más de cinco décadas que lleva a sus espaldas. Su diseño es muy característico, voluminoso pero robusto y agresivo y, además, tiene algo con lo que el alemán no puede competir: un motor V8 atmosférico de los que están en peligro de extinción, mayores prestaciones (a excepción del M4 que cuesta casi el doble) y además a un precio que lo convierte en el más accesible del mercado.

Al final se trata de gustos y predilecciones de cada uno, pero si buscas un coche para hacer miles de kilómetros al año, una de las versiones diésel del Serie 4 puede ser la opción ideal. Por el contrario, si quieres un coupé más especial, con ese extra de prestigio que aporta un motor V8, el Mustang es sin duda tu compra ideal. Y si lo tuyo es circular a cielo descubierto, ambos ofrecen versiones descapotables.

Ford Mustang

A favor:

  • Diseño único
  • Precio razonable
  • Motor V8 en la oferta
  • Prestaciones

En Contra:

  • Plazas traseras muy escuetas
  • Calidades no a la altura del BMW
  • Sistema multimedia menos atractivo
  • Maletero más pequeño

BMW Serie 4

A favor:

  • Calidades interiores
  • Cuatro plazas
  • Consumos más bajos
  • Oferta de diésel y tracción total
  • Muchas más opciones

En Contra:

  • Diseño menos exclusivo
  • Sin prestaciones a la altura del V8
  • Precio elevado
  • Opciones costosas

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