Los coches de superlujo siempre confiaron en grandes motores de gasolina. El Rolls-Royce Spectre eléctrico inicia otra era

Rolls-Royce siempre ha considerado que el silencio debe ser una de las características más importantes de sus coches porque está estrechamente ligado con el refinamiento. Tras décadas de evolución, la marca británica ha conseguido que sus V12 sean los motores más sigilosos del mercado y ofrezcan un confort de marcha incomparable, en parte gracias a la ausencia casi total de vibraciones.

Ahora, Rolls-Royce escribe uno de los capítulos más importantes de su historia con el lanzamiento del modelo más refinado que ha hecho nunca. Se trata del Rolls-Royce Spectre, el primer coche eléctrico de la compañía inglesa.

El espíritu más silencioso

A lo largo de sus 118 años de historia, Rolls-Royce ha elegido toda clase de nombre esotéricos para sus coches: Silver Ghost, Phantom, Weaith, Dawn, Silver Spirit, etc. Todos ellos evocan el silencio inherente a los espíritus y las figuras fantasmagóricas y no es casual porque la marca de Derby siempre ha pretendido que sus automóviles alcanzasen tal nivel de refinamiento que ni siquiera se escuchase su mecánica.

Los motores V12 han sido –y son– clave para conseguirlo, pero Rolls-Royce ha decidido dar un paso adelante de la mano de la electrificación varios años antes de cumplir su objetivo de ser una marca 100% eléctrica, una meta que está fijada para el año 2030.

El resultado es el Rolls-Royce Spectre, el primer cero emisiones de la firma inglesa, que llega en forma de coupé y con un estilo muy parecido al Wraith. El Spectre ha visto la luz en el momento en el que Rolls considera que la movilidad eléctrica está lista para encajar con su filosofía, es decir, con el lujo, el máximo refinamiento de marcha y el alto rendimiento.

El paraguas de BMW ha sido fundamental para que nazca el Spectre, puesto que la marca alemana, dueña de Rolls-Royce, lleva fabricando coches eléctricos varios años y también cuenta con el BMW i7, su propio cero emisiones de lujo.

Por supuesto, respeta el ADN de Rolls y mantiene todas las características que esperan encontrar los clientes de la marca en uno de sus coches, pero las combina con más tecnología y avances que han llegado para quedarse, como la plataforma Architecture of Luxury sobre las que se asienta, fabricada con aluminio y diseñada para integrar la batería, que pesa 700 kg.

Su capacidad no ha sido desvelada, pero Rolls-Royce asegura que el Spectre ofrecerá una autonomía de hasta 520 km en ciclo combinado WLTP, conformándose con un consumo medio de 21,5 kWh/100 km. A priori no son cifras espectaculares porque el BMW i7 xDrive60 tiene un alcance de 624 km con su batería de 101,7 kWh, pero el Spectre es más grande, más potente y más pesado.

Cuesta creerlo, teniendo en cuenta que el i7 xDrive60 mide 5,39 metros de largo, tiene 544 CV y pesa 2.715 kg, pero su primo británico le supera en todo. El Rolls-Royce Spectre mide 5,45 metros de largo, 2,08 metros de ancho, 1,56 metros de alto y tiene una batalla de 3,21 metros, a pesar de que solo ofrece cuatro plazas en su interior.

En cuanto al peso, el primer Rolls-Royce eléctrico no es precisamente ligero, pese a que utiliza una plataforma de aluminio. Pesa 2.975 kg, es decir, 240 kg más que el Rolls-Royce Cullinan, un mastodóntico SUV equipado con motor V12.

Pero este lastre no impide que sea rápido. Gracias al músculo eléctrico que ofrecen sus dos motores, que desarrollan una potencia combinada de 430 kW (576 CV) y un par máximo de 900 Nm, acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.

Con ese registro es capaz de superar al Rolls-Royce Ghost V12 de 571 CV y 5,54 metros de largo, que “apenas” pesa 2.565 kg y necesita 4,8 segundos para alcanzar los 100 km/h desde parado.

En parte, el Spectre consigue esos números gracias a su aerodinámica. Tiene un Cx de 0,25, lo que le convierte en Rolls-Royce de producción con mejor aerodinámica de todos los tiempos, como prometió la marca hace unas semanas.

Este ha sido el motivo por el que sus formas exteriores se han suavizado respecto al resto de Rolls-Royce, con formas más redondas y superficies más limpias. Incluso las llantas de 23 pulgadas buscan el mejor rendimiento aerodinámico posible. Más allá de la aerodinámica, destaca la parrilla iluminada, al más puro estilo BMW.

En el interior, Rolls-Royce no ha innovado tanto. Se accede a través de unas enormes puertas de estilo suicida y el diseño de todo el habitáculo recuerda al de los modelos actuales de la marca inglesa. Por supuesto, no falta el paraguas que se esconde en las puertas, ni el techo Starlight que imita el cielo estrellado a través 4.796 luces LED y esta vez se extiende hasta los paneles de las puertas.

Absolutamente todo es personalizable en el interior del Spectre, desde el color de los asientos, hasta la madera del salpicadero, pasando por los múltiples tipos de cuero que ofrece Rolls-Royce para la tapizar las cuatro butacas individuales.

Todo depende del precio que esté dispuesto a pagar cada cliente por tener un Spectre único, teniendo en cuenta, por supuesto, que la tarifa base del modelo inglés no será precisamente asequible. Por ahora, Rolls-Royce no ha desvelado cuánto costará su primer coche eléctrico, por lo que habrá que esperar a su lanzamiento para resolver esta duda.

Lo único que ha dejado claro Rolls-Royce es que su precio se situará entre el Cullinan y el Phantom, por lo que debería costar unos 400.000 euros. Las primeras entregas a clientes tendrán lugar a lo largo del último trimestre de 2023.

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