Audi lleva a Fráncfort un póquer de aSes: S6, S6 Avant, S7 Sportback y S8

Audi S6

La marca de los cuatro aros apuesta fuerte por el Salón de Fráncfort y trae más novedades aparte de las ya conocidas (dos prototipos de coche urbano y el A8 hybrid). Se trata de las versiones más deportivas (por el momento) de la gama A6, A7 y A8. Decid adiós al 5.2 V10, porque lo han jubilado.

La reducción de cilindrada se ha impuesto, y ahora tendrán un 4.0 V8 Biturbo con dos niveles de potenciación. Los Audi S6, S6 Avant y S7 Sportback tendrán 420 CV y un par máximo constante de 550 Nm entre 1.400 y 5.300 RPM. Es decir, fuerza constante y poderosa en casi todo el abanico de revoluciones del motor.

Respecto al Audi S8, que ya se le echaba de menos, sube hasta los 520 CV de potencia, con un par máximo de 650 Nm entre 1.700 y 5.500 RPM. Todos estos coches comparten características: tracción total quattro, el Audi Drive Select y la suspensión adaptativa de serie, amén de una imagen más agresiva.

Audi S6 Avant

S6, S6 Avant y S7 Sportback

La mejora de los motores está logrando milagros últimamente. Los S6 se plantan en 100 km/h en 4,8-4,9 segundos, y el S7 Sportback lo hace en 4,9 segundos. La velocidad máxima se limita a 250 km/h por “una cuestión formal” (sic), con consumos de gasolina muy contenidos: 9,7 a 9,8 l/100 km.

Eso implica una reducción del consumo del 25% respecto al S6 de la generación previa, con motor V10. El motor incorpora varias técnicas de reducción de consumo, tales como Stop/Start, frenada regenerativa e incluso desconexión parcial de cilindros en condiciones de baja carga.

El uso de la sobrealimentación permite una curva de par planísima, lo que significa más progresividad, y así se extraña menos el tacto del V10 atmosférico. De hecho, el 4.0 TFSI rinde 420 CV por debajo de sus posibilidades, porque en el S8 da mejor rendimiento. Pero sigue sin estar mal: 105 CV por litro.

Audi S7 Sportback

Los S6, S6 Avant y S7 Sportback utilizan una transmisión automática S tronic de siete relaciones, muy rápida según la marca. El diferencial trasero de deslizamiento limitado (autoblocante) es opcional, así como los frenos carbonocerámicos. Las pinzas de freno convencionales también delatan a estas versiones para pecadores de la pradera.

En los laterales los distinguiremos por las inscripciones V8 T, además de sus nombres. Dado que a muchos les parecen todos los Audi iguales, hay algunas diferencias, para que tengan más carácter. Los neumáticos de serie tienen 19 pulgadas de diámetro de llanta, siendo las de 20 pulgadas opcionales.

En el interior encontramos algunos detalles diferenciadores, como el aro rojo que rodea al botón de arranque o la decoración en volante, asientos y el sistema MMI. Se pueden elegir asientos deportivos, confort, normales u otros más deportivos con reposacabezas integrado, estilo báquet. Hay para elegir diversos materiales y colores para el interior.

Audi S8

Audi S8: “llamadme señor V8, plebeyos”

Poco va a echarse de menos el mastodóntico 5.2 V10 cuando se lea que se planta en 100 km/h en solo 4,2 segundos, con un peso de menos de dos toneladas. Según Audi, pesa menos que sus competidores directos. Por ejemplo, el Mercedes-Benz S 63 AMG tiene 544 CV, pesa 2.120 kg y es algo más lento en aceleración.

De gastar 13,2 l/100 km (5.2 V10) pasa a gastar 10,2 l/100 km, una reducción impresionante que lo sitúa hasta cerca del buque insignia de Lexus, que es híbrido. El Lexus LS 600h consume solo 1 litro menos, pero es que pesa casi una tonelada más, y lógicamente tiene peores prestaciones.

El nuevo S8 ha ganado 70 nuevos sementales a la cuadra, pero con un gasto 23% inferior, olé por los ingenieros. Aquí la transmisión es Tiptronic de ocho relaciones, y el diferencial trasero deportivo viene de serie. También cuenta con rodillos de 20 pulgadas para apisonar el asfalto, y opcionalmente puede calzar 21 pulgadas (así podrá salir en videoclips de rap).

Audi S8

Como en los S6 y S7, el motor desconecta algunos cilindros si no son necesarios. Varias berlinas generalistas de los 90 con motor de gasolina 2.0 a 2.2 podían gastar como este coche o más, con unas prestaciones muchísimo peores y con mucho menos peso. Hay que reconocer la brillantez de las cifras (ojo, en condiciones de homologación).

Es diferente a nivel de paragolpes, taloneras, escapes, difusor trasero, llantas, frenos… También puede tener frenos carbonocerámicos de forma opcional, aunque los de serie son de 400 mm de diámetro delante y 365 mm detrás. Puede que con este coche el coyote sí podría cazar al correcaminos, pero con la comodidad del doble acristalamiento.

Por dentro es un coche algo más pensado para conducirlo que para que te paseen, con detalles específicos en volante, instrumentación, asientos, MMI, etc. El lujo y el equipamiento es similar al A8 convencional. Es más que probable que esta sea la nueva montura de Jason Statham en la próxima peli de Transporter.

¡Ay omá, qué ricos!

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