Volkswagen Golf R Cabrio, prueba (parte 1)

Ahora que el Volkswagen Golf de séptima generación ya está haciéndose un hueco entre los primeros puestos en las listas de ventas en España, llegamos nosotros con la prueba de un Golf de sexta generación. No, no nos hemos equivocado al coger el coche para esta prueba.

El coche que hoy probamos es el Volkswagen Golf R Cabrio, una edición final del Golf de sexta generación que fue presentado en el Salón de Ginebra de este mismo año y que ha llegado a los concesionarios españoles hace sólo unos meses con un precio que nada tiene que ver con los promocionales de sus hermanos pequeños, ya que cuesta 50.490 euros.

Se trata de un precio muy cercano, por ejemplo, al del todopoderoso Mercedes Clase A 45 AMG que probó Javier Álvarez la semana pasada, pero el Volkswagen tiene entre otras cosas 95 caballos menos, tracción únicamente al eje delantero y eso si, una capota de lona que no tiene el Mercedes.

Exterior: de superventas a deportivo con cuatro detalles

Este exclusivo Volkswagen Golf R Cabrio se diferencia de forma clara y sencilla del resto de versiones que formaban la sexta generación del compacto por excelencia. Tiene un aspecto “muy Golf” pero una serie de detalles más deportivos le delatan. Incluso un Golf GTI VI pasa desapercibido a su lado.

Comenzando por el frontal, el diseño del paragolpes delantero cambia considerablemente respecto al resto de la gama deportiva, ya que adopta los rasgos típicos de las nuevas creaciones de Volkswagen R. ¿Recordáis cuando probamos el Volkswagen Scirocco R? Pues este se parece más a ese que a un Golf GTI.

Y es que en el faldón destacan principalmente las tres entrada de aire sobredimensionadas, con varillas en color negro brillante. Una combinación perfecta con el color Azul Intenso que luce la unidad de pruebas.

Las ópticas delanteras están ligeramente oscurecidas para no destacar en un conjunto dónde sólo las luces diurnas de LED integradas en la parte interior de las tomas de aire del faldón delantero, son el punto más llamativo.

Lo que si destacan son las llantas de aleación se serie por sus 19 pulgadas de diámetro y con unos neumáticos deportivos de diminuto perfil 35, perfectas para los baches a los que nos tienen acostumbrada la administración que se encarga del mantenimiento de las carreteras.

La vista lateral de la carrocería sigue manteniendo las formas compactas tan características en el Golf, ya que la capota de lona sigue medianamente fiel las líneas maestras de la carrocería normal. Únicamente la parte trasera, que baja con algo más de inclinación que en las versiones cerradas, es el punto diferenciador.

Y ya que nos dirigimos a la trasera, veamos qué es lo que allí encontramos. Por un lado, o mejor dicho por ambos, hay unas impresionantes salidas de escape ovaladas en color plateado. Semejantes a las de sus primos los Audi RS, estas no son tan grandes y por tanto pasan un poco más desapercibidas.

Por último en la trasera también contamos con la pieza inferior del paragolpes pintada en color negro brillante. Esto, unido a un discreto alerón situado sobre el perfil de la tapa del maletero son, a grandes rasgos, los cambios más destacados respecto a un Golf Cabrio cualquiera.

Lo que no se nos pasa por alto son los detalles con la R que identifica a las versiones más deportivas de Volkswagen, que se sitúan en este caso en la parrilla delantera, en la tapa del maletero y en las pinzas de freno delanteras, pintadas en un discreto color negro pero con la R en color plateado. Ese fue nuestro teaser.

Así pues, estéticamente el conjunto es deportivo y elegante al mismo tiempo. Vale que a los más puristas seguidores de Volkswagen, esos que no pueden morirse sin tener un Golf GTI y llevar un polo Lacoste no les gustará, pero a los que sabemos apreciar los coches deportivos de verdad, la verdad es que estéticamente este coche llama.

Interior con pinceladas muy Premium

En el interior ocurre un poco lo mismo que en el exterior, se mantiene la base que tanto gustó en el Golf VI y se añadieron pequeños detalles deportivos y de calidad. Comenzando por los asientos, estos son los mismos que encuentras en un Golf GTI Cabrio, pero en este caso tapizados de serie en cuero negro de gran calidad. Llevan como no podía ser de otra forma la R marcada en los reposacabezas.

El volante es también el mismo del Golf GTI Cabrio, lo cual es un acierto porque tiene un tacto excelente. Únicamente reclamo una vez más a gritos que los coches deportivos dejen de llevar la parte inferior achatada. ¡Esto ya no es tendencia!

Las costuras del volante en color gris también son marca de las creaciones R, y las levas del cambio DSG de seis velocidades (también de serie), van situadas en la parte posterior de ambos brazos del volante.

En el cuadro de mandos encontramos dos esferas con las agujas en un llamativo color azul, que en este caso combinaba con el color de la carrocería, pero que son así en todos los Golf R y si no me equivoco, en cualquier versión R de la marca.

La calidad del interior es la que esperaba encontrarme en un Golf de gama alta. Salvo algún que otro plástico un poco duro de más, en general el conjunto es agradable, con acabados buenos y tienes múltiples huecos para dejar los objetos cotidianos.

Las plazas delanteras son amplias a pesar del parabrisas delantero un poco más inclinado que en el Golf R normal, pero no tienes en ningún momento sensación de agobio. Si te agobias o quieres tomar el aire, basta con pulsar el botón situado en la consola central para descapotarlo en 9 segundos o volver a capotarlo en 11 segundos, siempre que estés parado o la velocidad máxima no sobrepase los 30 km/h.

Las plazas traseras por su parte son relativamente cómodas, siempre teniendo en cuenta que estamos en un compacto descapotable. El espacio disponible para las piernas es aceptable, y además gracias a la capota de lona que se repliega justo detrás de los asientos, el maletero cuenta con una capacidad también aceptable de 250 litros con o sin capota abierta, ya que el espacio no varía.

Mañana toca hablaros de cómo se comporta dinámicamente el Volkswagen Golf R Cabrio, un coche que sobre el papel no tiene una tarea fácil para convencer, ya que tiene 265 caballos que transmitir al suelo y no dispone de la tracción 4Motion que tenía su hermano el Golf R normal que probamos en video hace ya unos años.

Continuará...

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 36 Comentarios