Dictada sentencia para la primera cabeza de turco del Dieselgate: James Liang, condenado a más de tres años de prisión

Desde que se descubriera el pastel del Dieselgate en 2015, han sido pocos los responsables que han tenido que rendir cuentas ante la justicia. Tenemos la salida forzada de Martin Winterkorn con una jugosa pensión, los registros en los despachos de los peces gordos de Audi y Volkswagen por parte de la Fiscalía Alemana, y la que parece que será la condena récord en el escándalo: siete años de prisión y una multa de 400.000 dólares para el exejecutivo Oliver Schmidt.

Pero el que abrió la veda fue el ingeniero veterano James Liang, que ya se declaró culpable de conspiración y fraude en 2016, enfrentándose a una pena de cinco años y 250.000 dólares de multa. Finalmente ha sido condenado a 40 meses y a abonar una multa de 200.000 dólares (167.700 euros).

Uno de los creadores de la trampa electrónica

Liang, de 63 años, natural de Indonesia, pasó más de tres décadas como ingeniero para la firma de Wolfsburgo. Fue uno de los ingenieros que desarrollaron, en Alemania, un dispositivo encaminado a eludir los controles medioambientales de Estados Unidos.

Se trasladó a América en 2008, y allí llevó a cabo pruebas encaminadas a ocultar el impacto de los dispositivos de desactivación ante las autoridades de la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA). En 2016 se declaró culpable de los cargos de conspiración para defraudar al Gobierno de los Estados Unidos, para cometer fraude electrónico y para violar la Clean Air Act, la ley medioambiental estadounidense en la que se basan los controles de la EPA.

El coste del fraude para Volkswagen se estima en unos 25.000 millones de dólares (21.000 millones de euros) en multas y compensaciones a los clientes estadounidenses.

Según los jueces, Liang decidió encubrir a su empresa ya que no estaba dispuesto a destapar el pastel y enfrentarse a la posibilidad de perder una lujosa casa al sur de California que pagaba Volkswagen y un estilo de vida acomodado.

Según informa Automotive News, el fiscal en funciones Daniel L. Lemisch dijo en un comunicado que la sentencia "envía un fuerte mensaje de disuasión a los ingenieros y ejecutivos de automóviles, que deberían pensarlo dos veces antes de infringir las leyes de Estados Unidos en beneficio de su empleador".

Otras cabezas de turco

A principios de año Oliver Schmidt fue detenido por el FBI por conspiración en el fraude de emisiones de la firma alemana; se enfrentaba a 11 cargos criminales. El antiguo ejecutivo de declaró culpable y afronta una posible condena de siete años de prisión y una multa de 400.000 dólares por conspiración, pero hasta el próximo 6 de diciembre no se resolverá el caso.

Hasta la fecha, la Fiscalía estadounidense ha presentado cargos contra ocho ejecutivos actuales y antiguos de Volkswagen; junto a Olvier y Liang se encuentran Heinz-Jakob Neusser, ex jefe de desarrollo de la marca y dos ex jefes de desarrollo de motores, Jens Hadler y Richard Dorenkamp.

Sin olvidar a otra cabeza importante: Giovani Pamio, quien ocupaba el puesto de responsable de desarrollo en los motores de Audi y habría sido uno de los responsables del Dieselgate. A sus 60 años de edad, ha sido acusado formalmente de fraude y publicidad desleal.

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