Y así es como el ruso Vlad soluciona los pinchazos: con neumáticos de hielo macizo

¿Te acuerdas de Vlad? Seguro que sí. Este ruso enorme con el pelo de color carne es un experto mecánico o... bueno, más o menos. La cara visible del canal Garage 54 tiene mucha imaginación, y para esta ocasión nos presenta una prueba de neumáticos a su manera.

Todos conocemos los neumáticos de invierno pero, ¿qué tal funcionan unos neumáticos de hielo en un coche? Bajo esta premisa Vlad vuelve a la carga dispuesto a desvelar de forma práctica algunas dudas existenciales de los conductores, hasta que saca un martillo.

En Rusia, hielo contra los pinchazos

El proceso ha sido relativamente simple. Vlad ha cogido unas ruedas viejas, las ha hecho un par de agujeros en los flancos del neumático y donde antes habría aire ha puesto agua. Luego ha dejado el juego de ruedas en el tejado y ha esperado a que se congelasen, ha rellenado el agua faltante y ha vuelto a dejar que se congelasen.

El resultado es... predecible. En el interior de los neumáticos Vlad ha conseguido unos dónuts perfectos de agua helada maciza con los que comprobar cómo de buena sería esa solución en caso de tener una rueda pinchada y nada más a mano que agua y frío siberiano.

La curiosidad científica de Vlad le ha llevado a establecer una comparativa entre dos opciones diferentes. De un lado una rueda de hielo completamente desnuda y por el otro una a la que decide mantener la banda central de goma del neumático.

Las conclusiones del experimento son, bueno, algo más que esperables. Con la rueda de hielo desnuda el agarre sobre nieve es nulo y lo poco que consigue hacer es gracias a la rueda con goma colocada en el otro extremo del eje trasero, aunque al ser un neumático de verano el resultado no es que sea esperanzador y el viejo Lada de Vlad acaba atascado en cuestión de segundos.

Aunque si hay algo que le gusta más a Vlad que conducir y hacer mecánica bizarra es romper cosas. Su experimento buscaba conocer la durabilidad de estas ruedas de hielo, y esa cifra tiene una medida exacta: 1 Vlad. Exactamente hasta que nuestro amigo decide golpear el hielo con un martillo y 'ver cuánto aguantan'.

Pero no es la primera vez que Vlad ha hecho este tipo de inventos. Aparte de tener cierta obsesión con los swaps (los cambios de motor), a nuestro amigo ruso parece que le encanta experimentar con otros tipos de ruedas porque hace poco vimos cómo se hacía unas ruedas a medida con llantas de chapa y 3.000 clavos de acero. El resultado fue estúpido por encima de 10 km/h.

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