Más alto y vitaminado. El Kia Picanto X-Line se pone fuertecito para salir a la jungla urbana

Como de costumbre, Kia se muestra muy activa en los últimos salones presentando novedades a diestro y siniestro. Para el próximo Salón de Frankfurt, los asiáticos ham preparado el Kia Picanto X-Line, un utilitario que toma algunas características SUV para reforzar su imagen exterior y aparentar ser un coche un poco más rudo.

La versión X-Line que hará su debut el día 12 de septiembre toma la base del coche más pequeño de Kia recientemente renovado para buscar un aspecto inspirado en el Sportage y el Sorento. Un empaque más fuerte para un coche dispuesto a comerse el mercado cuando legue al mercado a finales de 2017.

Kia Picanto X-Line, un micro-SUV de 100 CV

A primera vista, el Picanto X-Line se diferencia del Picanto tradicional por ser 15 milímetros más alto, con una altura libre que se eleva sobre el suelo 156 mm y que repercute en una estética más corpulenta y una visión mejorada para el conductor. O eso dice Kia, porque 15 milímetros tampoco cambian mucho la cosa.

Exteriormente también hay cambios cosméticos con una parrilla tiger-nose complementada con unos nuevos paragolpes delanteros y traseros más voluminosos, protecciones en los bajos que simulan ser piezas metálicas y pasos de rueda con revestimientos en color negro mejoran el empaque urbano de un coche nacido para batallar en la ciudad.

Por lo demás, el X-Line se viste de gala con unas generosas llantas de aluminio de 16 pulgadas, pedalera de aluminio, faros con iluminación de día LED y luces antiniebla, todo aderezado con detalles en color verde eléctrico.

Bajo el capó del X-Line se encuentra el mismo motor que en el más potente de los Picanto conocidos hasta la fecha, un T-GDI de 1.0 litros de cilindrada y tres cilindros turboalimentado que produce una potencia máxima de 100 caballos y 172 Nm de par motor asociado a una transmisión manual de cinco velocidades. La salida de escape doble cromada también es compartida con el GT-Line.

Además de un 0-100 km/h en 10,1 segundos y un comportamiento excitante para un vehículo que pesa 993 kg en su versión normal con el mismo motor, el propulsor empleado para el X-Line promete un escueto consumo de 4,5 litros a los 100 km y 104 g/km de CO2 en ciclo combinado.

En el interior se extiende la combinación cromática empleada por fuera y su equipamiento incluye volante deportivo achatado, una pantalla táctil "volada" de 7 pulgadas para controlar el sistema de infoentretenimiento, navegación GPS tridimensional, conectividad Apple CarPlay y Android Auto, cámara de visión trasera y toma USB.

Fijándonos en el apartado de seguridad tampoco va descalzo porque a su chasis de acero de alta resistencia se añaden seis airbag, control de estabilidad y puede optarse de manera adicional por la frenada de emergencia autónoma para evitar sustos por despiste en ciudad.

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