El apagón que bloqueó las llaves de coches de todo un barrio por un vecino aficionado a la electrónica

"Sonaba como algo salido de un episodio de 'Expediente X'. En un vecindario a pocos kilómetros de un centro de investigación de la NASA en Ohio, los mandos de puertas de garaje y los llaveros de las llaves de los coches dejaron de funcionar misteriosamente".

Así arranca la crónica de un suceso recogido por The New York Times que tuvo en vilo durante días a todo un barrio y en el que participaron desde radioaficionados hasta inspectores de la compañía eléctrica, que trataban de averiguar qué tipo señal estaba interfiriendo en los mandos de los coches y garajes.

Las llaves de los coches y los mandos de los garajes, fuera de onda

Esa poderosa señal que estaba interfiriendo en el espectro electromagnético del barrio pronto comenzó a dejar de ser un asunto local, pues se extendió a varios barrios cercanos y a Cleveland, donde comenzaron a llegar llamadas de alerta: ni los mandos de los garajes ni las llaves de los vehículos funcionaban en el área afectada.

Sin embargo, lejos de la zona el problema desaparecía. Llegaron a pensar que la fuente del problema era el Centro de Investigación Glenn de la NASA o el Aeropuerto Internacional de Cleveland Hopkins.

Funcionarios de varias compañías de cable e inspectores de la eléctrica local acudieron para investigar qué estaba ocurriendo. El primer paso fue cortar la luz en los lugares donde se detectó una lectura más fuerte de frecuencias de radio interferentes, pero la misteriosa señal seguía ahí.

Unos días más tarde, desde la concejalía de la ciudad, se comunicó el origen del problema: un ingenioso residente local y aficionado a la electrónica había desarrollado un dispositivo equipado con una batería para alertarlo de si alguien entraba por la parte de arriba de la casa mientas él trabajaba en el sótano.

El problema residía en la potente señal que emitía. Para hacernos una idea, los mandos de apertura de las puertas trabajan en España por una radiofrecuencia -ondas de radio- de unos 433 megahercio (MHz) y este dispositivo emitía una señal capaz de anularla.

Así, con una frecuencia más fuerte, se inhabilitan los canales de los que disponen los mandos, que a su vez constan de códigos algorítmicos que van cambiando y que les permiten crear millones de combinaciones diferentes que solo pueden detectar sus propios receptores.

Si la frecuencia de trabajo emisor-receptor se ve invadida por otra más fuerte, como la de este tenaz vecino, el problema está asegurado.

Y es que en Estados Unidos existe un control muy férreo sobre las emisiones electromagnéticas, que deben cumplir con lo establecido en las normas de la Comisión Federal de Comunicaciones.

Aparentemente, este hombre no actuó con ese cuidado, aunque se ha determinado que actuó sin intención de convertir su invento en carne de portada de periódico local.

En Motorpasión | La cultura del coche en España está en vías de extinción, y no hay vuelta atrás

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