Las manos, siempre al volante

A ver cómo mantenemos las formas hoy sin perder mucho el norte, porque la noticia que me empuja a escribirte estas líneas, por cortesía de Biballo, tiene su dosis de cachondeo. O eso me parece a mí, claro, que luego siempre sabes cómo sorprenderme y resulta que lo que yo me creía que sí era que no, y viceversa. Vamos con una de esas cuestiones que tiene miga: ¿Cómo se agarra el volante?

Hace un lustro más o menos, decían las estadísticas que el 80 % de los conductores no tomaban el volante de forma correcta. Asirlo por los radios, pillarlo por la parte más alta o sujetarlo por lo más bajo, mejor con una sola mano, son algunos vicios de la conducción fáciles de encontrar en esta fauna en ruta nuestra de todos los días. Luego los hay que pierden el control del coche y no saben por qué.

Sin embargo, creo que lo que vamos a ver hoy pasa va un poquito más allá. Desde luego, existen varias técnicas para asir el volante. Yo soy de los de “tracción – empuje” manque pierda, pero me consta que hay otras maneras. Eso sí, la que sigue no me suena de haberla visto en ninguna parte. Salvo en esta foto, claro:

Lo primero es explicar que aunque la historia nos haya llegado estos días, según un tal Google la foto en cuestión se conoce en internet desde, por lo menos, agosto de 2007, que es cuando se publicó en Fotos da hora, y ahí se ve que el coche fue cazado a 92 km/h en una zona limitada a 80 km/h. Bueno, se ve eso… y todo lo demás.

Lo segundo es contar la historia, claro. Nada, el señor Den Jialin, que iba en el coche acompañado de alguien que no era su señora esposa, pasó por el punto del radar con exceso de velocidad, y cuando llegó la multa a casa se lió parda. Cuentan las crónicas que el marido se excusó diciendo que la foto era un montaje. En fin…

Hacer cosas que no vienen a cuento cuando estamos en el coche es una de esas actividades que acompañan a la conducción diaria. No le damos mayor importancia, pero la tiene. La distracción sigue siendo uno de los mayores factores de riesgo de la conducción, no lo olvidemos. De hecho, se estima que un 25 % de la siniestralidad vial es en parte fruto de la distracción.

Ah, sí, te he hecho una finta.

Concentrarse viene de con- y -centro

Volvamos al manco de Lepanto Asia. Si el señor Den Jialin ha sobrevivido al episodio que se vivió en su hogar, que no lo sé, y si yo hablara su idioma y tuviera la ocasión de comentar la jugada con él dejando de lado el lío de faldas, seguramente me explicaría que él controlaba perfectamente la situación porque no dejó de mirar al frente en ningún momento.

Ya, otro que no acaba de estar muy al tanto de cómo funciona la conducción automática. Cuando estamos al volante, atendemos a una buena colección de estímulos, y lo hacemos de forma automática porque tenemos integrada esa actividad que desde un punto de vista psicológico es compleja.

En el momento en que ponemos a trabajar la mano para que haga algo que, se supone, requiere una cierta dosis de concentración —y si no la amante se lo tomará peor que la esposa del manco—, si surge un imprevisto el paso de la conducción automática a conducción consciente se realizará de forma ralentizada, y por fuerza la reacción llegará más tarde de lo normal.

¿Crash o no crash?, esa es la cuestión. Depende de por dónde le dé a la diosa Fortuna. Ah, y según un diccionario que pulula por casa, imprevisto significa “no previsto”, esa es la gracia de los imprevistos, claro. Un coche sacado de RuзуaPaзуФи™, un jabalí que se cruza, cualquier cosa que nadie habría pensado que podría suceder… y tenemos Dolorpasión™ Asian Edition.

Sigo con el diccionario. Concentrarse viene de con- y -centro, y aunque en su forma pronominal significa “atender o reflexionar profundamente”, no podemos obviar que concentrar es “reunir en un centro o punto lo que estaba separado”. Si esparcimos nuestros intereses, si los alejamos del centro, no hay concentración posible.

Y si nos dedicamos a tareas ajenas al tráfico que exigen una cierta concentración, aunque sea poniéndole un mínimo interés a la cosa, difícilmente podremos concentrarnos en el tráfico. Pero por una extraña circunstancia me dirás ahora que eres como Den Jialin y puedes hacerlo todo, que ya nos conocemos, así que nada, mejor hablamos de cómo se coge el volante. ¿Hace?

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