La DGT no rebajará la tasa de alcohol, pero elevará en hasta 6 puntos chatear por el móvil en el coche

Desde su retorno al cargo como director general de Tráfico, Pere Navarro ya ha adelantado ante varios medios los cambios que desea realizar en materia de seguridad vial. El último capítulo lo escribía este pasado lunes 30 de julio, en una entrevista concedida a la Cadena Ser, donde ha dejado claro los frentes a los que quiere dar prioridad la DGT al menos este 2018: batalla a las distracciones, especial atención en vías secundarias y el nuevo paradigma de movilidad en las ciudades.

Pere Navarro lleva semanas anunciando unos límites más estrictos en diferentes materias, no obstante, el director de la DGT no había dado muchos datos contratos de lo que supondrán estos recrudecimientos de la norma en lo que toca a seguridad vial hasta ahora. Al menos así lo hace en materia de distracciones, las cuales, señala Navarro, son la principal causa de accidentes mortales, por delante de la velocidad, el alcohol o las drogas.

Chatear al volante: 4 ó 6 puntos en vez de 3

En el capítulo de la baja atención al volante, Navarro señala un principal protagonista: el móvil. En concreto, en lo que toca a los chats de mensajería de tipo Whatsapp o similar. No es la primera vez que el director de Tráfico hace especial hincapié en la necesidad de revisar el carné por puntos, que entró en vigor hace ya doce años y del que fue precisamente adalid.

De hecho, Pere Navarro recuerda que en otros países, éste se actualiza mínimo cada década. El mandatario de la DGT expone que tecnologías como el Whatsapp no tenían entonces un uso tan generalizado como tienen ahora, por lo que es necesario revisar este punto.

Actualmente, chatear con el móvil mientras se conduce está penalizado con 200 euros de multa y la retirada de tres puntos del carné. Navarro ha desvelado que esta sanción podría elevarse a la resta de cuatro o seis puntos, ya que es un "tema de máxima alarma". Estaríamos hablando de entre dos y tres puntos más respecto a la normativa actual, asunto que está siendo sometido a debate en el Ejecutivo actualmente.

De elevarse a seis puntos, se equipararía a infracciones muy graves, incluyendo las de delito contra la seguridad vial, como es el caso de conducir con una tasa superior a 0,50 mg/l de alcohol en sangre (0,30 mg/l para profesionales o nóveles), circular bajo los efectos de las drogas o los estupefacientes, negarse a realizar la prueba de alcohol o drogras, conducir con inhibidores o detectores de radar o la conducción temeraria, entre otras.

De igual manera, Pere Navarro ha recordado que el "manos libres", pese a estar permitido, distrae aún más que llevar el móvil en la mano, ya que resta la concentración en la carretera notablemente. "Los que trabajamos en seguridad vial decimos que esta tecnología no ha sido una buena idea, pero la industria nos pasó por encima". En cuanto a los navegadores, Navarro expone que se solicitó a los fabricantes, sin éxito, que estos sistemas no permitiesen introducir una dirección al detectar que el coche estuviese circulando.

La tasa de alcohol se queda como está

Llamativas son las declaraciones del señor director de la DGT cuando se le pregunta si va a rebajar aún más la tasa de alcohol, llegando incluso a cero como ocurre en países europeos como Bulgaria, Eslovaquia, Hungría, República Checa y Rumanía.

"No, no vamos a rebajarla o limitarla a cero". Según defiende Navarro, los países con tasa cero no han obtenido mejores resultados de siniestralidad, por lo que no tendría sentido rebajar el límite. "Los grandes referentes europeos tienen la misma tasa que nosotros. No se trata de rebajar, sino de que se cumpla lo establecido".

También descarta imponer la obligación de llevar un alcoholímetro en la guantera que pueda mostrar al conductor si puede o no conducir: "Estuvo en Francia y lo acabaron quitando. Y es porque nos les acabó funcionando. Yo no lo veo", explica.

A vueltas con el presupuesto: "todo no lo podemos hacer"

Al ser preguntado por las protecciones en en las biondas, por el peligro que éstas entrañan para los motoristas, el directo de Tráfico defiende que se han incluido en aquellas que reúnen las condiciones necesarias, así como en las nuevas, pero: "no somos un país rico, tenemos una deuda del 100% del PIB, es impensable que se cubran los miles y miles de kilómetros de guardarraíles. Es como lo de arreglar todas las carreteras. Todo no lo podemos hacer".

A sazón de la mención de presupuesto, Navarro tira de repetir mantra, asegurando que la prioridad estará en las distracciones, las carreteras secundarias (que integran el 77% de los fallecidos en accidentes de tráfico) y gestionar la movilidad en las ciudades, cuyo escenario ha cambiado notablemente en los últimos años.

¿Invertirá la DGT en mejorar el firme y la señalización en las vías secundarias o la inversión se limitará a sanciones y radares? ¿A qué se refiere con la gestión de las nuevas formas de movilidad en las grandes urbes? Navarro, fiel a su estilo, deja estas respuestas en el aire para el siguiente capítulo.

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