La DGT ha mejorado el reconocimiento médico para renovar el carnet de conducir, pero sigue siendo igual para todos

La DGT ha actualizado recientemente el protocolo del reconocimiento médico para renovar el carnet de conducir. Mucho más completo y unificado, su intención es la de "armonizar los criterios seguidos en la evaluación de los conductores" que se realizan en los Centros de Reconocimiento de Conductores (CRC).

La guía establecida para esta exploración médica y psicológica estaba ya algo obsoleta, pues hasta ahora la que se utilizaba era de 2007. En la nueva, redactada este mismo año 2022 hay algunos cambios.

Se trata del primer paso para las modificaciones previstas por la DGT para la renovación del carnet en los mayores de 65 años. Este procedimiento se está revisando y se incluye entre los cambios incluidos en la Estrategia de Seguridad Vial 2030 que llegarán en 2023.

Entre las modificaciones, se baraja acortar los plazos actuales, pero también una evaluación médica y psicotécnico específico para los conductores de avanzada edad. Si bien este nuevo protocolo de exploración es más completo, se aplica a todos los conductores, independientemente de su edad. En definitiva, un primer paso.

Exploración y evaluación más exhaustiva

Según detalla Tráfico, esta nueva guía pretende "dar un nuevo enfoque centrado en facilitar la labor de cribado, ofrecer criterios y puntos de corte para simplificar la toma de decisiones sobre la aptitud y potenciar la intervención preventiva del CRC trabajando el consejo preventivo".

En general, se incluyen nuevos puntos, haciendo esta exploración más completa y contemplando más aspectos tanto para la evaluación básica, como para la exploración médica como para la evaluación psicológica. Repasamos los más destacados.

Observación: aspecto personal. Según llega el examinado a la consulta, el médico deberá tener en cuenta detalles para evaluar al conductor. Si bien ya se contemplaban en el anterior aspecto como la actitud al caminar, el gesto al sentarse o la actitud al vestirse o desvestirse, ahora contempla que sea observe más detalladamente el aspecto físico: aseo personal, apariencia, actitud, signos de abandono personal, estado de la vestimenta etc.

También si presta atención y no responde erráticamente a las preguntas o si utiliza algún tipo de ayuda (prótesis, bastón o muletas, férulas etc.).

Según se detalla, estas observaciones permiten orientar al médico para detectar posibles patologías que no reconozca el examinado y que puedan necesitar una valoración específica.

Percepción de riesgo. Se añade esta evaluación, que básicamente analiza el nivel de riesgo que pueda presentar el conductor atendiendo a sus variables personales y profesionales. Es decir, el riesgo al que se expone según su condiciones y el tiempo que pasa al volante, por ejemplo en el caso de los conductores profesionales.

Recogida de datos personales. En este apartado se añade por ejemplo la profesión del conductor o para qué utiliza esencialnente el vehículo, además de los habituales (sexo y edad, tipo de permiso, kilómetros anuales o si ha sufrido siniestros graves).

Anamnesis general más completa. Se trata de la exploración clínica y ahora es más exhaustiva en general. Por ejemplo se tienen en cuenta alteraciones analíticas, aspectos como insuficiencia renal, enfermedades metabólicas y endocrinas o evaluación del sistema nervioso.

Además, también se añade detallar si el conductor está en proceso de diagnóstico o con tratamiento oncológico.

Esto se suma a las que ya estaban presentes como análisis locomotor, la exploración oftalmológica y auditiva, cardiovascular o evaluación psicológica.

Nuevo modelo de historia clínica y nuevas fórmulas de cribado. En este protocolo se añade un modelo completo para la historia clínica, aunando todo los exámenes de exploración (general, médico, psicológico etc.) incluyendo los nuevos aspectos detallados.

Y asimismo establece puntos de corte para criterios (de agudeza visual, por ejemplo) y uso de códigos de restricción en función de la discapacidad.

Examen psicológico más exhaustivo. Aunque muchos aspectos antes se incluían en la guía de la exploración psicológica, ahora está mejor estructurado para los facultativos.

Se especifican detalladamente aspectos como demencia, trastornos amnésicos o psicóticos, trastornos del estado de ánimo, del sueño (de origen no respiratorio), de la personalidad, déficit de atención etc. Y hay un amplio apartado para analizar trastornos derivados del consumo de sustancias: alcohol, drogas o fármacos.

Valoración de resultados. Los resultados de este reconocimiento médico siguen siendo los mismos que en el protocolo anterior:

  • Apto: sin riesgos para la conducción.
  • Apto con restricciones: se detallan las causas codificadas (condición médica/discapacidad) y las condiciones restrictivas impuestas (restricción, limitaciones, adaptaciones etc.).
  • Interrumpido: ya sea porque el conductor no ha realizado el reconocimiento al completo o porque no ha aportado un informe complementario requerido.
  • No apto: que las evaluaciones básicas o específicas determinan causas que impiden la conducción.

Mayores de 65 años: meros consejos y muy genéricos

Si bien el protocolo de exploración es igual para cualquier conductor, independientemente de su edad, sí que se añaden una serie de consejos que los médicos de los CRC pueden hacer a los conductores de edad más avanzada:

  • Evitar conducir si se encuentra mal o si le han prescrito un nuevo tratamiento (para valorar sus efectos).
  • Para largos recorridos, mejor plantearse hacerlos en transporte público.
  • Intentar siempre primar recorridos conocidos.
  • Valorar usar tecnologías que facilitan la conducción, por ejemplo coches con cambio automático o de pedales de mayor superficie.
  • Espejos adaptados en caso de sufrir dolencias como la rigidez en el cuello.
  • Evitar conducir en situaciones de riesgo o baja visibilidad: de noche, con condiciones climatológicas adversas, con mucho tráfico, etc.

No obstante, no dejan de ser recomendaciones que se pueden hacer o no y que variarán mucho en función del conductor examinado. Es más, pueden ser aplicable a otros conductores y no por la edad si no por sufrir dolencias o patologías específicas.

¿Solo revisión de los plazos de renovación? De momento, no hay nada en firme, pero desde la DGT lo que más se ha señalado es la revisión de los plazos de renovación para los automovilistas de más de 65 años y no tanto el psicotécnico y la evaluación médica, aunque también se ha mencionado.

Se baraja subdividir esta horquilla en grupos de edad, con plazos diferenciados y más cortos para las edades más avanzadas.

Actualmente, la renovación para el carnet en mayores de 65 años se fija cada cinco años (cada tres para conductores profesionales). No obstante, esta horquilla se modificó en 2009, pues anteriormente ya había dos tramos para la renovación en los conductores más mayores: cada cinco años (entre 46 y 69 años), cada dos años (mayores de 70 años).

Tras ponernos en contacto con la DGT, nos señalan que por ahora están estudiando una posible reforma, pero que aún no se ha decidido cómo se va a cambiar esta exigencia para renovar el carnet.

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