MINI John Cooper Works Countryman, prueba (parte 1)

Esta semana toca probar el MINI John Cooper Works Countryman, la versión más prestacional del MINI con carrocería SUV que tanto éxito está teniendo en nuestro mercado. He elegido este coche porque es, salvando las evidentes diferencias, un potencial competidor del Volkswagen Polo R WRC que probamos hace algunas semanas durante su presentación en uno de los tramos del Rally de España en Cataluña.

Cuando escribí sobre el alemán, me sorprendió que la mayor parte de vuestros comentarios hacían referencia a un excesivo peso del coche con sus 1.324 kilos, un peso que al volante no me pareció excesivo. Así pues, vamos a ver cómo se comporta el MINI John Cooper Works Countryman con sus 218 caballos de potencia y un peso en la báscula de "sólo" 1.480 kilos...

Una estética deportiva al estilo JCW

Las creaciones firmadas por John Cooper Works no suelen ser demasiado excesivas en cuanto a la ornamentación estética. Los MINI más deportivos se suelen identificar por pequeños detalles deportivos, pero en general no cantan demasiado entre el resto del tráfico salvo que la configuración de colores busque eso, dar el cante.

Tal vez sea este John Cooper Works Countryman el más llamativo de toda la gama, sobre todo si tenemos en cuenta la combinación de colores que luce la unidad de pruebas (sin sobreprecio), dónde el color gris plata de la carrocería y el techo y los vinilos de color granate, creaban un conjunto bastante colorido.

Los principales cambios respecto a un Cooper S Countryman cualquiera los encontramos en la parte inferior de los faldones delantero y trasero, de aspecto y formas más deportivas. En el delantero lo que cambia principalmente es la protección plástica de la parte inferior, ahora de mayores dimensiones y más fácil de estropear cuando aparcas de frente hacia una acera.

Lo mismo ocurre en la trasera, dónde el plástico negro de la parte inferior ha crecido en dimensiones para ahora, carenar las dos salidas de escape específicas del JCW y dejar en la zona central un espacio para que fluya el aire que viene de la parte baja del coche.

En el frontal también encontramos la típica chapa con el logo John Cooper Works en la parrilla, exactamente igual que la que se sitúa en el portón trasero. Lo que no cambian son las dimensiones de las entradas de aire que permiten al motor respirar, son iguales que las del Cooper S.

En la vista lateral si que hay cambios más destacados. Los bajos de las puertas lucen unos faldones sobredimensionados con unas entradas de aire bastante pronunciadas. Por otro lado, la pieza plástica que separa el capó de las puertas delanteras, luce ahora un color negro mate y el logo John Cooper Works en tamaño muy discreto.

Lo que llamaba la atención poderosamente en la unidad de pruebas del John Cooper Works Countryman eran las llantas de 18 pulgadas en color negro y metálico. Con un diseño de siete radios dobles, forman parte del equipamiento de serie y hay otras dos opciones en 18 pulgadas e incluso unas de 19 pulgadas.

Para completar el conjunto, un alerón de considerables dimensiones en la parte superior del portón trasero y las letras con el nombre del modelo dispuestas a lo ancho del mismo, completan un conjunto que mezcla el aspecto SUV compacto con toques de deportividad.

En el interior una atmósfera muy Premium

Cuando montas en un coche del que teóricamente deriva el coche Campeón de España de Rallyes (el de Luis Monzón), lo que esperas es encontrarte una atmósfera casi de competición, con un volante de mínimas dimensiones envuelto en piel vuelta, una palanca de cambios pequeña y de movimientos cortos, una posición de conducción muy baja y lo mínimo imprescindible para que el coche se mueva.

Pero no es este el caso del MINI John Cooper Works Countryman, dónde el coche de carreras en cuestión deriva del SUV compacto más Premium del mercado. La atmósfera está formada por tanto por materiales de muy alta calidad en el salpicadero, que destaca por la infinidad de detalles, interruptores de diseño específico y por el uso de plásticos blandos que transmiten un tacto muy agradable.

Además contarás con unos asientos muy cómodos forrados en piel de muy alta calidad que recogen menos de lo que deberían, lo cual unido a una posición de conducción que por muy baja que sitúes la banqueta no te permite sentir el asfalto con tu trasero, no hacen de él el coche más deportivo cuando estamos al volante.

Eso si, la amplitud es una de sus principales características, ya que no tiene nada que envidiar a muchos SUV de un segmento superior en este sentido, y tanto en las plazas delanteras como en las traseras encuentras espacio más que de sobra para cinco adultos. Además la banqueta trasera se puede echar hacia adelante para ganar espacio en el maletero, que alcanza los 350 litros de capacidad.

La palanca de cambios es rápida y precisa a la hora de jugar con las seis marchas disponibles, pero el pomo en forma de pelota de beisbol y por tanto demasiado grande, no ayuda a conseguir que el tacto del coche sea tan deportivo como espera un "quemado" de las carreras, aunque entiendo que le pueda gustar a una madre que quiere un coche divertido para llegar del colegio de sus hijos a las clases de pádel con Matías.

Por último, el freno de mano es la antideportividad personalizada. En lugar del clásico tirador de forma alargada, aquí se ha optado por un tirador horizontal respecto al largo del coche, como si estuvieses poniendo el freno de mano a un tren. Es cómodo, todo hay que decirlo, pero no encaja en un coche con apellido JCW.

En el caso de la unidad de pruebas, el interior estaba configurado en tonos rojos y negros, una combinación perfecta con el gris y rojo de la carrocería. Además en el MINI Countryman puedes cambiar el tono de las luces interiores entre cinco colores disponibles dependiendo del momento y del humor del que estés.

Mientras otros coches de corte deportivo como el SEAT León FR cambian las luces directamente al color rojo cuando activas el modo Sport, en este puedes elegir el rosa como tono de iluminación interior para ir a fondo por un tramo de curvas. Otra cosa no, pero personalidad tiene mucha este MINI.

El interior es por tanto el de un SUV Premium, con una calidad de acabados muy alta y todo tipo de detalles. Sigue manteniendo el gran reloj central característico de MINI y los interruptores situados en la parte inferior de la consola central, pero en este caso y frente a lo que ocurre en los MINI hatchback, los interruptores de las ventanillas están situados en las puertas.

Mañana llega el momento que buscábamos todos, ver cómo se comporta en carretera cuando vas a ritmo normal en el día a día o cuando intentas emular con él a Luis Monzón. Hay varias preguntas que aclarar. ¿Es más eficaz este coche con tracción integral All4 que un tracción delantera? ¿Le pesarán demasiado esos 1.480 kilos de peso? ¿Es suficiente un motor 1.6 turbo Twin-Scroll para mover con agilidad este coche? Mañana resolvemos vuestras dudas...

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