McLaren MP4-12C, prueba (exterior e interior)

Son las siete de la mañana de un viernes. Me acabo de despertar dos horas antes de que suene la alarma en un lujoso hotel de Puerto Banús. No puedo pegar ojo, se que hoy va a ser un día especial. Voy a probar el McLaren MP4-12C, el primero que lo hace en España.

Me quedo en la cama pensando en el superdeportivo británico y en la interminable jornada que nos quedaba por delante. Cuando veo los primeros rayos de luz colarse entre la cortina y la pared, pego un salto de la cama y abro las cortinas. En días así te levantas con más fuerza que nunca.

No puedo creer lo que veo, está diluviando en plena Costa del Sol. Los elementos parecían haberse puesto en nuestra contra en el único día que teníamos para probar el McLaren MP4-12C. Pero eso no era más que el principio de un largo día que, por unas cosas y por otras, no olvidaré en mi vida…

El día antes del McLaren MP4-12C

El día anterior, mi compañero Javier Álvarez y yo habíamos llegado a Marbella. Él se iba a encargar de hacer las fotos de la prueba de superdeportivo británico, y estábamos contentos porque el sol brillaba con contundencia. Incluso hablamos de hacer unas bonitas fotos con la puesta de sol al día siguiente.

Nos dirigimos a las instalaciones del Grupo Guarnieri en San Pedro de Alcántara, dónde hace solo unas semanas tuvo lugar la puesta de largo del primer y único concesionario McLaren en toda la Península Ibérica. Allí nos esperaba Mario Guarnieri, quien nos había brindado la oportunidad de probar por primera vez el McLaren MP4-12C en territorio español.

Después de visitar la exposición Cars&Art en la planta superior de las instalaciones, dónde los coches que había expuestos habían cambiado por completo respecto a mi anterior visita, tocaba visitar el espacio dedicado a McLaren en la concesión.

Los pelos se me comenzaron a poner de punta al ver a lo lejos en la planta inferior, la parte trasera de un MP4-12C de color blanco y el frontal de otro en color gris oscuro. Nos acercamos con Mario hasta allí, y nos dijo que el que íbamos a probar era el gris oscuro.

Ya había visto en persona el McLaren MP4-12C durante la presentación estática en Madrid, y me reafirmo en lo que dije en aquella ocasión. El nuevo coche de la casa de Ron Dennis, es mucho más atractivo en persona que en fotos.

Es como la típica modelo que es poco fotogénica. Al que esté con ella le encantará, aunque a los diseñadores de moda no les acabe de convencer. A pocos metros del MP4-12C había un Ferrari 458 Italia, su rival más directo. Y aunque las comparaciones son odiosas, es inevitable buscar las mil diferencias entre ellos.

Sobriedad en el exterior del McLaren MP4-12C

Si te compras un McLaren MP4-12C, no deberías esperar que las mujeres se giren y griten a tu paso como ocurre con un Ferrari 458 Italia. Al contrario, en el británico los que se girarán a tu paso serán los hombres, y únicamente las mujeres que sepan algo de coches lo identificarán como lo que és, una máquina de correr sobre el asfalto.

El toque pasional del Ferrari 458 Italia, con una personalidad muy marcada, brilla por su ausencia en la carrocería del McLaren MP4-12C que si me lo permitís, visto de frente podría llegar a confundirse con un Lotus Évora.

Pero ojo, porque no esoy criticando para nada el aspecto exterior del McLaren MP4-12C. Al contrario, creo que el biplaza de Woking tiene un estilo muy característico y peculiar, que lo hace diferente a sus competidores más directos.

Las ópticas delanteras de formas afiladas, dejan en su parte inferior una enorme entrada de aire que marca la forma del paragolpes delantero. Las líneas del capó, debajo del que se esconde el maletero de 147 litros, me recordaron en parte a las del McLaren F1 GTR que pude ver en las 24 Horas de Le Mans.

Como en un buen superdeportivo, el parabrisas delantero está muy inclinado y un limpiaparabrisas de una sola pala se encarga de recorrerlo de lado a lado siempre que es necesario. Os aseguro que lo probamos con contundencia.

Los espejos retrovisores, destacan en la vista lateral por la enorme pestaña que los aleja de la carrocería, algo necesario si tenemos en cuenta que el ancho de la parte trasera impediría ver a quien nos sigue de no ser por esa posición tan característica.

Y es que justo detrás de las puertas se encuentran dos impresionantes entradas de aire que van desde el habitáculo hasta la parte inferior de la carrocería. Por ahí respira el motor 3.8 V8 situado en posición central. Los radiadores se encuentran en los laterales.

Esas líneas onduladas que recorren la cintura de las puertas, permiten a su vez alojar un sistema táctil que hay que acariciar para abrir las puertas. Como si fuese un iPad, pasas la mano por la parte inferior de la moldura de la puerta, y ésta se abre. Luego empujas con suavidad hacia arriba, y ya estás listo para entrar en la “criatura”. Cuesta cogerle el truco, pero cuando lo tienes es pan comido.

El sistema de apertura de las puertas, es vertical hacia adelante. No tiene nada que ver con otros que han montado marcas como Lamborghini o Mercedes con el SLS AMG. En este caso, se ha recurrido al mismo sistema del Mercedes SLR McLaren, con visagra delantera que sitúa la puerta abierta en una posición que permite subir y bajar más cómodamente del coche.

Además, con las puertas abiertas hacia adelante la imagen del coche impresiona, y se convierte en todo un espectáculo para todos aquellos viandantes que pasan a su lado. Abierto, éste elegante superdeportivo británico si que despierta muchas miradas.

Por último, y como suele ser habitual en los coches superdeportivos, la trasera es un auténtico deleite para la vista. En el McLaren MP4-12C ésta es la parte que más se diferencia del resto de competidores del mercado.

Tras el habitáculo se puede ver a través de un cristal el hueco dónde se esconde el motor V8, debidamente protegido y agazapado bajo unos plásticos que le dan un toque muy elegante. Pero en la vista posterior, hay varios elementos que destacan por encima del resto.

Por un lado, las ópticas traseras de LED se esconden en las franjas horizontales de color negro, que hacen que solo se iluminen cuando es absolutamente necesario, bien porque estás pisando el freno o bien porque tienes la iluminación encendida.

Eso, le da un toque especialmente agresivo a la parte trasera del coche, ya que la superficie de color negro es significativamente más grande de lo habitual. Si le unimos las dos salidas de escape, que también están situadas en esa “zona negra” el resultado es sencillamente brutal.

Un difusor de aire que esconde dos pequeñas ópticas led para indicar la marcha atrás, y un alerón retráctil en la parte superior de la trasera con función de aerofreno a alta velocidad, completan un conjunto que como ya decía al principio, gana mucho más en persona que en fotos.

Pero pasemos al interior deslizando la mano por la puerta y empujándola hacia arriba, porque dentro nada se ha dejado al azar y nada tiene desperdicio…

Un habitáculo sencillo donde no se echa en falta nada

Entrar en el habitáculo del McLaren MP4-12C es una tarea bastante más sencilla que en otros superdeportivos con puertas de apertura vertical. Gracias a la posición que éstas adoptan cuando están abiertas, puedes situarte de pie en paralelo al asiento sin que tu cabeza golpee contra la puerta.

Desde ahí, tendrás que estirar bastante la pierna hasta colocarla delante de la banqueta del asiento, ya que el espacio comprendido entre éste y el borde lateral de la carrocería es bastante considerable. Esa zona, va forrada en tela y le da un punto acogedor cuando tienes abierta la puerta.

Una vez que estás sentado sobre el comodo asiento deportivo, llega el momento de familiarizarte con todo lo que te rodea. Por un lado, en la puerta izquierda se sitúan los mandos del climatizador, que te permiten manejar únicamente tu lado o también el del copiloto. Éste tiene un mando independiente en la puerta derecha por si quiere quitarse los calores él mismo.

Por lo demás, la sencillez es lo que más destaca en el habitáculo. Las formas del salpicadero fluyen hacia la consola central que baja hasta colarse entre ambos asientos. En esa fina consola central, se sitúa la pantalla táctil desde la que se manejan todos los sistemas de entetenimiento, la radio, el sistema MP3, etc.

Todos los McLaren MP4-12C vienen con un regalo muy especial, un iPod grabado con el logotipo de la marca que encaja a la perfección en la guantera con tapa situada entre los asientos. Bajo la pantalla táctil, un mando circular y cuatro botones con un funcionamiento muy intuitivo te permiten manejar el audio a tu antojo.

Además en la parte inferior izquierda del volante hay un telemando que también te permite manejar los distintos sistemas del vehículo.

Debajo de la pantalla táctil hay dos mandos que son claves. Se trata de dos selectores giratorios, que permiten elegir entre los tres modos de funcionamiento del chasis y los tres del motor. Eso si, solo funcionan si antes se ha pulsado el botón Active.

En la parte inferior hay otros dos botones para situaciones extremas, el modo Winter que te permite conducir sin brusquedades cuando la temperatura es muy baja y, a la derecha, el botón Launch con el que puedes llegar a acelerar de 0 a 100 km/h en 3,1 segundos si llevas los neumáticos deportivos opcionales.

No se me podía escapar por supuesto que en el centro de la consola central está el botón de arranque, ese que pone en marcha el motor V8 de 600 caballos que se esconde detrás de nuestras cabezas.

Un cuadro de instrumentos con lo imprescindible

Al igual que en el resto del salpicadero, la sencillez también es el estilo que predomina en el cuadro de instrumentos situado detrás del pequeño volante. Éste se divide en tres partes claramente delimitadas, por un lado la esfera central dónde encontramos la aguja de las revoluciones, que sube hasta las 8.500 RPM antes de llegar a la zona roja.

Dentro de esa esfera de revoluciones, y en una pequeña pantalla independiente está el indicador de velocidad digital, de sencilla lectura por muy rápido que ruedes. A los lados hay dos pantallas digitales que se encargan de darnos el resto de información que necesitamos.

En la pantalla de la izquierda tenemos información de todo tipo, desde los distintos ordenadores de a bordo, hasta los datos del estado del vehículo pasando por otros datos curiosos como la temperatura de los neumáticos. Se puede navegar por el menú desde el mando situado en la parte inferior izquierda del volante sin apenas tener que estar fijándote para acertar en el comando.

Por otro lado en la pantalla de la derecha, hay unos gráficos que nos indican temperatura del motor, nivel de gasolina y temperatura del agua. A su lado, también podemos ver en todo momento en que posición llevamos la configuración del motor y el chasis.

Delante del cuadro de instrumentos, un volante muy pequeño con levas del cambio fijas completan un conjunto realmente conseguido y con calidad en los acabados. Es sencillo encontrar la postura de conducción perfecta gracias a los múltiples reglajes eléctricos del asiento, que se manejan desde la parte delantera izquierda de la banqueta.

El volante, teóricamente está hecho a la medida de las manos de Lewis Hamilton. Sinceramente, hacía mucho tiempo que no tenía entre mis manos un volante con un diámetro tan acertado y tan buen tacto. ¿Tendré las mismas manos que Hamilton? Solo en la forma, no en las habilidades…

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