Citroën DS3 1.6 155 THP, prueba (exterior e interior)

Hace aproximadamente un año, Citroën inauguraba su línea distintiva DS con el primero de sus miembros, el Citroën DS3. En Motorpasión tuvimos la oportunidad de probarlo (Javier Costas, concretamente) aquí en Madrid, durante su presentación nacional, pero no habíamos hecho una prueba a fondo del modelo, hasta ahora.

A diferencia de otros fabricantes que han resucitado modelos clásicos (véase Fiat 500, Mini o VW New Beetle), en Citroën tenían claro que querían algo fresco y novedoso: lo que en su campaña de lanzamiento denominaron el anti-retro.

La fórmula parece funcionar, sobre todo por su original estética, que lo distancia un poco de otros modelos más vistos. Básicamente es un Citroën C3 con un traje nuevo, un carácter más deportivo y un retocado interior. La incursión de la marca gala en el segmento premium se completará con los Citroën DS4 y DS5.

Antes de su salida al mercado, tuve la posibilidad de probarlo en la ciudad de París, y una de las cosas que más me impactó fue la cantidad de miradas que acaparaba el coche. Todo el mundo lo observaba con cara de extrañeza en los pasos de cebra o los semáforos. La gente no sabía que era… ¿qué será ese logo del capó?, debían pensar.

A día de hoy, el Citroën DS3 sigue levantando la misma expectación. Mucha gente todavía no sabe qué modelo es, ni siquiera de qué marca (y eso que el doble chevrón se ve a la legua), pero lo observan con mucha atención e interés.

El coche sigue siendo el centro de todas las miradas cuando lo conduces por ciudad, aunque hay que anotar que gran parte de culpa la tiene la estética de nuestra unidad de pruebas, de color amarillo y con techo y llantas de color negro. No sé hasta qué punto gusta pero desde luego mirarlo lo miran mucho.

Exterior

Aunque Citroën ofrece un amplio abanico de posibilidades a la hora de personalizar el DS3, una de las combinaciones más vistosas es sin duda ésta, con la carrocería de color Amarillo Pegaso y el techo en Negro Onyx con llantas a juego de 17 pulgadas.

Si no quieres llamar mucho la atención, también hay combinaciones más sobrias y elegantes. No obstante, si quieres llamar todavía más la atención, tienes una oferta de vinilos para el techo (cebra, tribal…) y la posibilidad de crear un interior mucho más colorido. En nuestro caso, la moldura interior del salpicadero era de color negro brillante, y no amarilla. Mucho mejor.

Probablemente, lo más distintivo del DS3 sean sus luces de marcha diurna, compuestas por diodos LED y situadas en el paragolpes frontal en posición vertical. Últimamente muchísimos modelos incorporan un sistema de este tipo, aunque no es habitual en este segmento. Además, la fila en vertical es una seña de identidad de este Citroën, que te hará reconocerlo instantáneamente en carretera.

De perfil, lo que mejor define al DS3 es la aleta de tiburón que queda por encima de la línea de cintura. Una serie de detalles cromados como las manetas de las puertas, las molduras laterales o el soporte de los retrovisores terminan el diseño.

Por dimensiones, 3,95 m de longitud, 1,71 m de anchura y 1,45 m de altura, el Citroën DS3 forma parte del segmento B, y compite con otros “pequeñines” como el Mini Cooper, el Alfa Romeo MiTo o el Audi A1.

Interior

Sólo con abrir la puerta ya nos damos cuenta de que este DS3 no es un Citroën corriente. Aunque hereda un gran número de cosas del interior del C3 (salpicadero, difusores de aire, panel de instrumentos, mandos de climatización…), también tiene un carácter algo más premium, con muchos elementos contrastados (en cromo o color plata). La pedalera de aluminio, el volante de cuero con el logo DS o el pomo propio de la palanca de cambios son algunas de las diferencias con el C3 .

La pantalla multifunción de la consola muestra tanto datos del ordenador de a bordo (información del coche, consumo, etc…) como del sistema de navegación My Way que incluye Bluetooth para conectar nuestro teléfono. Por último, el sistema de música Hi-Fi Light con entrada de audio auxiliar viene incluido en el mismo paquete en el que viene el My Way.

Nuestra unidad llevaba los asientos tapizados en cuero oscuro, dándole todavía más clase al interior. La verdad es que estos asientos, los más deportivos, tienen unas grandes orejas que recogen bastante bien el cuerpo y evitan zarandeos incómodos si conducimos de forma alegre.

Las plazas traseras, aunque no demasiado amplias, son suficiente para gente de talla media. Hablamos del habitáculo trasero de un coche que no supera los cuatro metros, pero que transmite más sensación de amplitud que el de un Mini, por ejemplo. El espacio para la cabeza no es malo, aunque si somos altos sí que rozaremos el techo, que cae un poco en la parte trasera.

Aunque el DS3 está homologado para cinco pasajeros, la quinta plaza es prácticamente testimonial, ya que es muy estrecha. Como en muchos coches modernos, nos servirá para un momento determinado, pero un adulto iría muy incómodo en dicha plaza durante un viaje largo. Otro punto en contra de los asientos traseros es que no tienen forma envolvente. Son bastante planos.

Sin duda el pasajero que va colocado tras el acompañante es el que más cómodo puede ir. Gracias al diseño de la guantera, que parece estar hundida (y por cierto, es amplia y está refrigerada), el espacio para las piernas del acompañante es bastante generoso, por lo que puede adelantar el asiento más que el conductor, creando al mismo tiempo más espacio para las piernas del pasajero trasero. En mi caso (1,80 metros), si estoy bien colocado para conducir, el ocupante que va detrás de mí va apretado.

Otro de los detalles interesantes de la parte trasera del habitáculo son los asideros en posición vertical de los que pueden hacer uso sus ocupantes, que facilitan considerablemente la entrada y salida del mismo, y que además pueden servirnos para agarrarnos si el conductor decide emular a Loeb, ya que sustituyen a los asideros de techo.

Quizá uno de los puntos débiles del DS3 sea su iluminación interior. La falta de luces en la parte delantera (sólo hay un plafón, en el centro del habitáculo) hace que la iluminación no sea muy homogénea, dificultando además tareas de lectura o consulta de mapas, por ejemplo.

El maletero, sin embargo, es uno de sus puntos fuertes en comparación con otros modelos del segmento. Sus 285 litros lo colocan por delante de muchos de sus competidores como el Mini (160 litros), el Fiat 500 (185 litros), el Alfa Romeo MiTo (270 litros) o incluso el Volkswagen Polo (280 litros). Si abatimos los asientos traseros (que por cierto, no dejan una superficie plana) la capacidad aumenta hasta los 980 litros.

No obstante, la boca de carga no es muy ancha por lo que algunos bultos puede que no quepan. A su favor hay que decir que la boca está a una altura apropiada, a diferencia de modelos como el Alfa Romeo, donde está demasiado elevada como para facilitar la carga del maletero. Bajo el piso de éste se encuentra la rueda de repuesto, que es de tipo galleta.

Mañana seguiremos con el Citroën DS3, centrándonos en sus aptitudes dinámicas y las sensaciones que transmite al conducirlo. No te lo pierdas.

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