BMW 730Ld: al volante del coche que todo chófer moderno querrá conducir para jugar con sus gadgets

Hacía algo más de dos años que no me subía a un BMW Serie 7. Desde abril de 2014, cuando tuvo lugar la prueba del anterior BMW 740d, no sentaba mis posaderas en el buque insignia de BMW, el coche de representación de la marca muniquesa.

Durante la última semana he usado para moverme todo un BMW 730Ld de última hornada, un coche tan avanzado tecnológicamente que me ha hecho pensar que realmente no habían pasado solo dos años entre el uno coche y el otro, sino dos décadas. Te invitamos a que vengas con nosotros a pasear en la berlina de lujo más avanzada del mundo.

Aquel BMW 740d que probé hace un par de años, a pesar de que se defendía con dignidad en un segmento que parecía un tanto anclado en el pasado, sin grandes avances tecnológicos más allá de motorizaciones menos contaminantes y pequeños detalles para satisfacer las necesidades de los clientes acostumbrados al lujo y el glamour, parecía un coche un tanto antiguo, vetusto. O al menos eso es lo que me parece a mi ahora cuando trato de recordarlo.

En este segmento de las grandes berlinas de lujo, todo cambió en diciembre de 2013 cuando Mercedes presentó el nuevo Clase S. La berlina grande de la marca de la estrella supuso un salto de calidad y tecnología tan grande para su segmento, que BMW ha necesitado dos años más de desarrollo para poder sacar un producto que le plantase cara.

Audi por su parte sigue trabajando a ritmos forzados para sacar el nuevo A8 cuanto antes y no seguir perdiendo cuota en un segmento tan jugoso como este. Pero vayamos al detalle con el nuevo Serie 7, que además llega a nuestras manos en su versión de batalla larga y repleto de extras para que no falte de nada.

Diseño inequívocamente BMW

El nuevo BMW Serie 7 presentado el año pasado es, sin lugar a dudas, un BMW. No lo digo solo por los gigantescos riñones que presiden el frontal, los más grandes jamás montados en un BMW, sino también por el resto de rasgos que lo identifican.

Un morro muy largo, un habitáculo situado bastante retrasado, la curva Horfmeister en la gigantesca ventanilla trasera y la adopción de líneas rectas a lo largo de la trasera no dejan lugar a dudas.

Lo veas por donde lo veas lo identificarás como un BMW, y en cierta medida parece una especie de Serie 3 Berlina estirado, en el caso de esta versión de batalla larga, hasta los 5,24 metros. No se ve como un coche excesivamente largo, engaña a la vista.

El diseño es sencillo, continuista con el estilo que han adoptado los modelos de la marca en los últimos años, pero al mismo tiempo transmite modernidad y vanguardismo. Me gusta, aunque no se si me gusta más el Mercedes Clase S.

Un interior de gran calidad y vanguardismo

En el interior es tal vez donde encontremos un avance más destacado. Bueno, tal vez no, admito que cuando me senté a los mandos del nuevo BMW Serie 7 llegué a pensar que había viajado una década al futuro sin haberme dado cuenta.

Al excelente nivel de acabados, los materiales de primera calidad y los detalles únicos de los coches de este segmento, se unen en este modelo una serie de gadgets que marcan la diferencia respecto a la competencia.

Todos los mandos de climatización son táctiles, y aunque este tipo de sistemas suelen generar bastantes dudas sobre su funcionamiento, he de admitir que el del Serie 7 funcionan mucho mejor y de forma más intuitiva de lo que me esperaba.

El cuadro de mandos formado por una pantalla de 10,3 pulgadas detrás del volante, se complementa con otra pantalla táctil del mismo tamaño situada en posición central, pero eso no supone algo destacable si tenemos en cuenta que el Clase S incorpora un cuadro de mandos con dos pantallas de 12,3 pulgadas cada una.

Lo que realmente marca la diferencia en este coche es el sistema de control por gestos (BMW Gesture Control) del que mucho me habían hablado. Era muy escéptico sobre este sistema, ya que soy de los que considera que si puedes sacar la mano del volante, apenas hay diferencia entre girar una rosca o dibujar una circunferencia con la mano en el aire.

Ahora, después de una semana conduciendo un nuevo coche del futuro de BMW (el otro es el BMW i8) admito que el sistema de control gestual puede ser una alternativa a las pantallas táctiles en menos tiempo del que pensamos. Aunque ahora que lo pienso correctamente, ya es un complemento a las pantallas táctiles y este coche es un buen ejemplo. Su manejo en general es mucho más sencillo de lo que pensaba, y solo hace falta adaptarse un poco al tipo de movimientos que el coche identifica para cada función.

Puedes cambiar de emisora de radio moviendo la mano de izquierda a derecha o subir el volumen de la radio dibujando circunferencias en el aire delante de la pantalla central. El movimiento más fácil de hacer es el de subir el volumen, y el resto me costaron algo más de tiempo de adaptación.

Durante toda la semana que tuve el coche, solo en una ocasión me ocurrió que, por mi exceso de expresividad, estaba moviendo la mano izquierda para explicar una cosa al copiloto y el sistema interpretó que quería subir el volumen. Nada grave.

Por lo demás, el BMW Serie 7 es posiblemente el mayor compendio tecnológico con ruedas de cuantos se pueden comprar hoy en día. La dotación de serie es muy completa, ya que incluye elementos como las luces LED, el BMW Gesture Control, la cámara de visión trasera, las luces que se proyectan sobre el suelo en el perímetro del coche cuando lo abres, el techo solar eléctrico (el panorámico es opcional) o el mando multifunción.

Puedes equiparlo con absolutamente de todo, desde un sistema de aparcamiento que genera una imagen externa del coche en 3D (296 euros), sistema de aparcamiento remoto (650 euros), un teléfono inalámbrico para las plazas traseras (982 euros), faros con tecnología láser capaces de iluminar hasta 600 metros por delante del coche (3.491 euros) o un sistema de sonido firmado por Bowers & Wilkins del que desconocemos el precio.

Un mando que parece un SmartPhone

Tal vez el mando a distancia sea uno de los aspectos que más llama la atención en el nuevo modelo. Hemos pasado de la clásica llave con telemando integrado a un mando que, gracias a sus grandes dimensiones y a la pantalla que incorpora, permite manejar con comodidad muchos aspectos del coche.

En la pantalla del mando y siempre que estés en un radio de unos 350 metros respecto al coche, puedes ver si está abierto o cerrado, consultar la autonomía restante, abrir o cerrar las ventanillas o activar y programar el climatizador para que se active unos minutos antes de la hora a la que tienes previsto coger el coche.

A través de este mando ya se podrá hacer que el coche entre o salga el solo de su plaza de aparcamiento si has equipado tu coche con el sistema de aparcamiento remoto (650 euros). Será en solo unos días cuanto actualicen el software que habilita este sistema tras ser aprobado por la Dirección General de Tráfico para su uso en España.

La unidad de pruebas venía equipada hasta arriba. Además de la carrocería de batalla larga, que permite disfrutar del espacio extra en el habitáculo que se obtiene tras haber crecido 14 centímetros respecto al modelo normal, también tenía la configuración Executive Lounge.

Esta disposición limita a solo dos plazas la parte trasera del coche, ya que el centro está ocupado por una consola fija en la que se integra una Tablet de 7 pulgadas desde la que los ocupantes de las plazas traseras pueden poner el asiento en la posición que más les gusta, ajustar el módulo de climatización posterior o un sinfín de cosas más.

Con la configuración del lado derecho del coche en modo cama, solo faltará que pase de vez en cuando la azafata ofreciéndote toallitas calientes para que creas que estás viajando en primera clase en un avión

Por si fuese poco, con pulsar un botón la parte derecha del coche se convertirá en casi una cama para el pasajero de la fila posterior. El asiento del copiloto se desplaza hacia adelante, el reposacabezas baja para que el pasajero pueda ver la carretera y se despliega un reposapiés que estaba integrado en la trasera del asiento.

Precisamente ahí se sitúan dos pantallas de 10 pulgadas en las que puedes ver los mapas del navegador, la televisión o navegar por Internet de forma bastante sencilla.

Si a eso unimos que el respaldo de la fila trasera se reclina bastantes grados o la mesita plegable con espacio para las bebidas, solo faltará que pase de vez en cuando la azafata ofreciéndote toallitas calientes para que creas que estás viajando en primera clase en un avión.

Un toque deportivo entre tanto confort no está de más

En este segmento en el que habitualmente surgen dudas sobre si el coche lo va a conducir el cliente final o su chófer, el confort de marcha suele primar por encima del resto de aspectos dinámicos.

En este sentido, el Clase S de Mercedes marcó un referente, convirtiéndose como conté durante la prueba del año pasado, en la berlina más cómoda del mundo. Pero BMW ha cogido ventaja de ir a rebufo, ha analizado qué hacía al S ser tan cómodo y lo ha igualado con el nuevo Serie 7.

Esta berlina ofrece un comportamiento mágico, ya que las suspensiones neumáticas son capaces de absorber con total naturaleza las distintas irregularidades del terreno por grandes que sean. Todos esos socavones que en otros coches pueden hacer que se te salten los empastes de la dentadura parecen haber desaparecido, porque el coche se encarga de que no lleguen al habitáculo.

El secreto reside en que este coche también tiene un sistema de lectura de la carretera mediante cámaras, que permite adaptar las suspensiones a lo que nos vamos encontrando en el camino. Ahora entiendo por qué el Ministro de Fomento no cree que el estado de las carreteras en España es deficiente. El va sentado en un coche semejante a este.

En lo que realmente el Serie 7 marca la diferencia respecto a su rival más directo, es en el aspecto deportivo. Este coche es infinitamente más ágil y rápido de movimientos que un Clase S, y también que el Porsche Panamera. El haber recurrido al Carbon Core, la estructura de fibra de carbono que da forma a su espíritu, es algo que se aprecia al volante.

Así, por ejemplo con el modo Sport activado, podrás disfrutar de la conducción deportiva como si estuvieses al volante de un coche a medio camino entre el Serie 3 y el Serie 5, cuando realmente estás en el rey de las berlinas de BMW. El peso en báscula de esta versión de batalla larga es de solo 1.870 kilos, frente a los 1.975 kilos de su rival el Mercedes. 100 kilos se notan cuando estás al volante.

Esa agilidad no solo se demuestra en el modo Sport, también en el resto destaca por encima de otros aspectos como el confort de marcha. El motor de esta unidad es el más pequeño de los dos diésel disponibles, pero también es responsable de que lo percibamos como un coche sumamente rápido. El 730Ld equipa el motor 3.0 TwinPower turbo de 265 caballos con el que anuncia unos consumos de solo 4,6 l/100 km.

Puede que alguno piense que 265 son pocos caballos para mover con dignidad un coche de este segmento, pero después de ponerlo a prueba en todo tipo de circunstancias, os aseguro que este motor es más que suficiente. El reducido peso del conjunto de 1.870 kilos, el par motor de 620 Nm desde 2.000 RPM y su perfecta sincronía con la caja de cambios de ocho velocidades Steptronic son las claves de este buen comportamiento.

Si todavía no me creéis, vayamos a las cifras de prestaciones oficiales. Este coche hace el 0 a 100 km/h en 6,2 segundos y alcanza una velocidad punta de 250 km/h. Todo ello con un consumo medio que si bien no hemos conseguido igualar, si que nos hemos quedado relativamente cerca haciendo 6,1 l/100 km.

El precio del BMW 730Ld es de 99.743 euros, un poco por encima de los precios de sus rivales más directos. Un Mercedes Clase S 350 BlueTec con carrocería larga cuesta en su versión básica 94.825 euros. Un Audi A8 L con el motor 3.0 TDI cuesta 94.510 euros. Eso nos hace pensar que detalles como el Carbon Core o la tecnología que incorpora de serie encarecen el precio.

La parte positiva es que la dotación de serie es muy completa, por lo que el precio de una unidad del 730Ld equipada hasta arriba no pasará en ningún caso de los 130.000 euros.

El sistema de iluminación del interior del BMW Serie 7 permite elegir entre seis colores diferentes, que se adaptan a tu estado de ánimo o al color de ropa que lleves ese día

Ahora entiendo que después de siete días conduciéndolo, subiéndome y bajándome de las plazas traseras y jugando con sus múltiples gadgets, cada día que lo cogía descubría algo nuevo en él. Creo que ya tengo una disculpa para pedirlo de nuevo, porque no me ha dado tiempo a conocer todo lo que ofrece.

BMW 730Ld: nuestra puntuación

8.7

Diseño exterior8
Diseño interior8
Calidad9
Habitabilidad9
Maletero9
Motor8
Seguridad9
Comportamiento9
Comodidad10
Precio8

A favor

  • Diseño
  • Tecnología interior
  • Tacto de conducción
  • Prestaciones motor diesel pequeño
  • Dotación de serie

En contra

  • Retrovisor derecho anulado en modo lounge
  • Precio vs rivales
  • Precio de opciones
  • Mando demasiado grande
  • Manejo de alguna función del sistema de control por gestos

BMW ha hecho un excelente trabajo con el Serie 7. Han lanzado una berlina de lujo que es capaz de igualar a su máximo rival en cuanto a confort, le supera en dinamismo y por si eso fuese poco, en el aspecto tecnológico supone un salto cualitativo importante. Si bien hasta ahora los gadgets tecnológicos no eran un factor de compra clave en este segmento, estoy seguro de que estos juguetes ya empiezan a marcar una diferencia a la hora de decantarse por un modelo u otro, sobre todo entre los clientes más jóvenes que aspiran a tener una berlina de lujo, que son muchos fuera de nuestras fronteras.

Yo, después de haber probado este nuevo Serie 7 y el Clase S, no tengo dudas de con cuál me quedaría. Primero el BMW y segundo por muy poco el Mercedes. Ahora le toca el turno a Audi. ¿Qué escalón del pódium ocupará el nuevo A8? Queda poco para saberlo.

Ficha técnica

Versión probada       Long Wheelbase
Cilindrada 2993 cm³   Tipo de tracción Trasera
Bloque motor 6 cilindros en línea TwinPower Turbo   Combustible Diesel
Potencia máxima (CV @ rpm) 265 @ 4000   Capacidad del depósito 78 litros
Par máximo (Nm @ rpm) 620 @ 2000-2500   Consumo urbano 5,5 l/100 km
Masa en vacío 1870 kg   Consumo extraurbano 4,1 l/100 km
Velocidad máxima 250 (autolimitada) km/h   Consumo mixto 4,6 l/100 km
Aceleración 0-100 km/h 6,2 segundos   Capacidad maletero 515 litros
Transmisión Steptronic de 8 marchas   Precio 99.743 euros

El coche para esta prueba ha sido prestado por BMW. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas

Autor | Héctor Ares. o en Instagram

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