Especial mantenimiento: Neumáticos (parte 2)

Ya que miramos el neumático para comprobar la profundidad de su dibujo, debemos observar otros indicadores que podrían obligarnos a sustituir los neumáticos. Tenemos que buscar imperfecciones tanto en la banda de rodadura como en los flancos. Los roces de aparcar, grietas o pedazos de goma sueltos o despegados pueden desembocar en un accidente y deberíamos llevar el coche a un especialista para que compruebe si esos daños son graves o no, normalmente esto depende de si el daño ha llegado a la lona o no.

Por ejemplo uno de los neumáticos de las fotos (sobre el que explico más abajo las medidas) tenía un dibujo más que suficiente, muy por encima de los testigos, pero tenía gran cantidad de tacos levantados, un daño causado por conducción por caminos sin asfaltar. Es un daño que aunque parezca leve puede poner en peligro nuestra seguridad.

Un desgaste irregular de los neumáticos también puede significar que tenemos un problema de alineación o de los amortiguadores, esto lo trataremos en detalle en el especial de suspensiones. Adicionalmente, un mal equilibrado, la pérdida de un contrapeso de la rueda o la falta de uno de los tornillos o tuercas de la rueda pueden provocar vibraciones y desgastes irregulares. El asunto vibraciones también lo trataremos minuciosamente en el especial de suspensiones.

Cuando comprobemos la integridad de los neumáticos, quizá observemos un desgaste anormal en la zona exterior de las ruedas derechas (en el hombro del neumático). No nos asustemos, es un desgaste completamente normal producido por unos elementos que crecen como setas en las carreteras de toda España. Gracias a los lumbreraslas autoridades que han decidido plantar rotondas como si no hubiese mañana, las ruedas derechas de nuestros coches sufren unos esfuerzos de giro mucho mayores a las del lado izquierdo y se desgastan mucho más.

Para distribuir el desgaste normal y el desgaste “rotondero” entre todas las ruedas, se recomienda rotar los neumáticos. Esta operación consiste en cambiar las ruedas de eje o de lado, debemos hacerlo atendiendo al manual de usuario de nuestro coche. Como recomendación, podemos aprovechar si llevamos el coche al taller para cualquier cosa (una revisión por ejemplo) para pedir que nos roten las ruedas (normalmente no suelen cobrar nada).

Esta es una maniobra que utilizando un gato y unas borriquetas (no, las de apoyar tableros no, como la roja de esta foto) podremos realizar nosotros mismos en un par de horas con un poco de práctica. Si optamos por cambiarlos nosotros mismos, debemos tener cuidado no caiga aceite o combustible sobre nuestros neumáticos, porque estos pueden degradar la cubierta y en caso de ocurrir, limpiar lo antes posible el aceite o combustible de la superficie del neumático.

Leyendo los neumáticos

Cuando veamos conveniente, ya sea por desgaste, ya sea por tiempo, cambiar los neumáticos necesitamos saber que neumáticos tenemos que poner en nuestro coche. Si llevamos nuestro coche a un taller oficial del fabricante de nuestro coche nos cambiarán los neumáticos por otros de las mismas características pero normalmente la elección de marcas de los neumáticos estará limitada a dos o tres marcas. Es obligatorio tras la sustitución el equilibrado de las ruedas y recomendable revisar la alineación, si nos ofrecen un precio sin equilibrado nos están dando gato por liebre.

Tampoco podremos normalmente elegir si queremos montar unos neumáticos de baja resistencia a la rodadura o un semi-slick de competi, en el taller oficial la elección es como hemos dicho limitada. Si queremos montar el neumático que queramos tendremos que ir a un taller no oficial o montarlos nosotros (si nos atrevemos a hacerlo en un box), pero antes de hacer esta elección tenemos que saber las medidas de nuestro neumático para coger el apropiado para nuestro coche.

En los neumáticos encontraremos una inscripción como la de la fotografía de arriba. En este caso es 215/75 R16 M+S 107H. ¿Y qué cojinetes significan todos esos números y letrujas mezcladas? Vamos con ellas, la primera cifra antes de la barra (/) es la medida en milímetros de la anchura del neumático, en este caso 215 milímetros. La cifra tras la barra es la medida del flanco en porcentaje respecto a la medida del ancho de la banda de rodadura, en este caso, el flanco mide un 75% de los 215 mm de la banda de rodadura, esto es, lleva un flanco de 161,25 mm.

La inscripción RXX, indica las pulgadas de la llanta sobre la que se debe montar el neumático. En este caso el R16 significa que es un neumático para llantas de 16 pulgadas y la R significa que lleva las lonas en disposición radial (actualmente el 99% de los neumáticos). M+S significa que es un neumático para conducción en situaciones de baja adherencia como barro (mud) o nieve (snow). La última inscripción del neumático que va dentro de un óvalo es el índice de carga del neumático seguido del código de velocidad de este neumático. En este caso, puede cargar 975 kg por rueda e ir a una velocidad de 240210 km/h.

Además para saber si nos toca cambiar el neumático por tiempo hay que buscar una inscripción en un óvalo consistente en cuatro números. Este número nos indica la fecha de fabricación del neumático de forma resumida, los dos primeros números indican la semana del año en que se fabricó (del 1 al 52), y los dos últimos nos indican el año de fabricación. En el caso del neumático de ejemplo (aunque no se ve bien en la foto), el número era el 0110, es decir, la semana 1 del año 2010, lo que viene a significar enero de ese año.

Aunque depende de la calidad del neumático (podemos preguntar al fabricante del neumático), como norma general hay que cambiar los neumáticos cada tres o cuatro años, aunque apenas se hayan rodado kilómetros con ellos, porque el caucho se cristaliza con el tiempo y pasa de ser flexible a quebradizo, por lo que si nos pasamos de ese tiempo habrá un momento en que el neumático se agriete y empecemos a perder trozos del neumático, hay que evitar que esto suceda cambiando el neumático predictivamente.

Por último acabaremos recomendando que además de ver el estado del neumático y el nivel de desgaste del mismo, durante nuestra revisión mensual revisemos la presión de los neumáticos, con el tiempo los neumáticos van perdiendo presión y tanto la temperatura ambiente como la del propio neumático también pueden hacer variar la presión del neumático, por ello siempre que miremos la presión debemos mirarla cuando el neumático esté frío, de otro modo obtendremos una lectura errónea.

Si tenemos menos presión de la recomendada por el fabricante, debemos aumentarla hasta conseguir una presión adecuada a la carga del coche. La presión recomendada suele venir en la tapa del depósito de combustible, la tapa de la guantera o en una pegatina en el pilar B de nuestro vehículo, y suelen venir dos o tres presiones para los neumáticos dependiendo del nivel de carga del coche.

Recordemos que una presión excesiva provocará el desgaste de la parte central de la banda de rodadura, mientras que una presión por debajo de lo recomendado provocará desgaste en los laterales del neumático.

Pues nada, a cuidar de nuestros neumáticos, si queréis aportar o corregirnos algo, ya sabéis, ordenadamente en los comentarios.

Fotografía | Flickr (I, II)

Fuente | NeumáticosK.P. Backfisch/ D.Heinz

Más información | Como leer un neumático (Circula Seguro, I, II (En inglés)), estructura de un neumático
En Motorpasión | Especial mantenimiento del coche

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