Ni la autonomía, ni los puntos de carga. Un estudio señala que el peor problema del coche eléctrico es que la gente guarda demasiadas cosas en el garaje

Las barreras habituales para pasarse al coche eléctrico señalan a los propios coches (precio, autonomía) o la deficitaria infraestructura de carga pública (pocos puntos de alta potencia). Pero los usos y costumbres de los compradores también pueden ser un impedimento.

Un reciente estudio precisamente postula que el principal motivo que frena la adopción del coche eléctrico es que los usuarios convierten su garaje en una suerte de trastero en el que es imposible aparcar el coche. Esto en EEUU donde casi el 80 % de las casas tiene garaje. En nuestro país, lo tenemos aún más complicado: pocos hogares disponen de aparcamiento propio.

Sin espacio para instalar un punto de recarga en casa

Es la principal conclusión de este análisis firmado por Telemetry, consultora especializada en el automóvil y la automoción. Parte del hecho de que más del 80 % de las recargas de un coche eléctrico se hacen en los hogares, lo que supone tener un Wallbox en el garaje. Y espacio. O para empezar, directamente plaza de aparcamiento.

El coche aparcado fuera. Según este estudio, y en base a datos del Laboratorio Nacional de Energía Renovable de EEUU, el 42 % de los hogares puede cargar en su garaje, pero esta cifra se elevaría al 68 % si lo despejaran de trastos. Así, se pasaría de 31 millones a 50 millones de hogares preparados para albergar un coche eléctrico.

Y es que es habitual ver el coche aparcado delante de las viviendas unifamiliares de los suburbios residenciales estadounidenses, aun teniendo garaje. Mientras el garaje es un trastero lleno de útiles, bicicletas, herramientas varias o meramente lo que no cabe en los armarios de casa. Tanto es así que hay quien opta por comprarse un eléctrico, pero acaba tirando un cable del interior para cargarlo frente a la puerta de su garaje.

Sin instalación eléctrica adecuada o sin garaje. El estudio señala otros dos impedimentos principales que afectan a la carga de los eléctricos en los hogares. El segundo es la instalación eléctrica: cerca de un 40 % de las viviendas unifamiliares no puede instalar un cargador sin tener que cambiar todo el sistema eléctrico de su casa, lo que supone un inversión de miles de dólares que tardarán mucho en rentabilizar en lo que se ahorran en combustible con un eléctrico. Muchos de los hogares de EEUU tienen instalaciones antiguas, que no soportarían la potencia de un Wallbox.

A esta inversión se añade la del coche eléctrico que en EEUU suelen rondar los 40.000 dólares o más como aquí en España los 40.000 euros. Siguen siendo más caros que los gasolina. Y en el mercado norteamericano no es precisamente de coches pequeños que ayuden a reducir ese precio como sí ocurre aquí.

El tercero es directamente no tener garaje. Si bien el porcentaje es menor que en Europa, un 23 % de los estadounidenses vive en un piso en un edificio de apartamentos. En estos, solo el 11 % tiene plaza de aparcamiento. Algunos estados han intentado salvar esta traba exigiendo que los de nueva construcción incluyan plaza de aparcamiento, pero según Telemetry la oferta sigue siendo muy limitada.

En España, menos de la mitad de las casas tienen plaza de aparcamiento. En nuestro país hay aún menos viviendas con garaje propio. Los hogares unifamiliares son poco más de un tercio del total (un 33 %) según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) recogidos por La Vanguardia. Y eso no significa que dispongan de garaje: únicamente el 53 % de estos chalets o adosados lo tiene.

Según un estudio de El Idealista, incluyendo también pisos en comunidades, más de la mitad de las viviendas españolas (un 55 %) no dispone de plaza de aparcamiento, no pudiendo por tanto instalar un punto de carga en casa. Si nos vamos a las grandes ciudades, donde más sentido tiene hoy por hoy un eléctrico por las restricciones de los planes anticontaminación, en Madrid solo el 40 % tiene plaza de estacionamiento y en Barcelona apenas el 30 %.

Y aún así tener garaje tampoco es siempre sinónimo de aparcar el coche dentro de casa. Vivo en una ciudad dormitorio de Madrid, rodeada de chalets: muchos vecinos optan por estacionar en la calle, frente a su casa. Como el de los estadounidenses en no pocos casos es más un trastero que un garaje, como he apreciado al ver alguno abierto. También son bastante pequeños y bajos, por lo que embutir ahí el coche se hace mucho más incómodo que dejarlo en la calle.

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Imágenes | Unplash, Carlos algora i+a en X

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