Se compró un Mercedes GLE de 100.000 euros en una subasta, pero le olía todo a quemado: las pastillas de freno eran de madera

La policía investiga si se trata de una negligencia o de un acto premeditado

Daniel Murias

Las subastas de coches son una lotería. No se pueden probar ni realmente inspeccionar a fondo el coche, pero también son la oportunidad de hacerse con un coche a precio de derribo. Un alemán se compró así un Mercedes GLE, que valía unos 100.000 euros cuando salió al mercado no hace tanto, por un precio muy bajo.

Su alegría le duró poco. Camino de vuelta, al volante de su coche, se sorprendió que cada vez que frenaba olía a madera quemada. Además, al Mercedes, le costaba frenar. No tardó mucho en darse cuenta de que las pastillas originales habían sido sustituidas por pastillas de madera con la palabra Brembo escrita a mano encima. 

Pastillas de frenos "bio", pero poco eficaces

Un coche que no frena no es necesariamente un caso para la policía, sino para el taller. Sin embargo, en un caso de fallo de frenos en el distrito de Ludwigsburg, se ha recurrido a las fuerzas del orden. Según ha informado la policía de Ludwigsburg a través de su cuenta de Facebook, el conductor de una empresa se percató, al recoger un turismo, de que el coche no frenaba. 

Su empresa había adquirido el Mercedes GLE 400 a través de una plataforma de subastas. El conductor que fue a recogerlo avisó a una grúa y, a continuación, a la comisaría de policía. El SUV de lujo fue entonces trasladado a un concesionario para revisar los frenos. 

El polvo de madera quemada en las llantas delanteras ya llamó la atención de los mecánicos y los funcionarios. Una inspección más detallada reveló pastillas de freno de madera en el eje delantero. Estaban cortadas con precisión y encajaban perfectamente en el hueco. Para rematar, el desconocido carpintero había refinado sus obras con un rotulador con la inscripción “Brembo”. 

¿Por qué usar unas pastillas de freno de madera? ¿Es una broma de mal gusto? Obviamente, no es un caso de falsificación. Mercedes es una de esas grandes empresas que cuenta con un pequeño equipo dedicado exclusivamente a la búsqueda de falsificaciones en todo el mundo. El año pasado, gracias al trabajo de la policía y de los empleados de Mercedes, se detectaron y retiraron del mercado más de 1,5 millones de recambios falsificados. Pero esto no incumbe a ese equipo.

Si se baraja la hipótesis de un fallo intencionado, también podría haber otra explicación. En los talleres, algunos mecánicos utilizan a veces cuñas de madera para evitar que los pistones se salgan de las pinzas de frenos, especialmente en caso de pruebas tras purgas y antes de volver a montar las pastillas, las buenas. 

Por la razón que fuera, las pastillas correctas para este GLE no debían de estar disponibles y se usaron esas cuñas para poder poder encender el coche, por la razón que fuera, o para mover el coche dentro del taller. Como en todos los coches actuales, para arrancarlo es preciso pisar el pedal de freno. De ahí, el uso de cuñas de madera, para que los pistones no se salgan de las pinzas y poder encender el coche. 

Después de mover ese coche a alguna zona del taller, por una razón desconocida los frenos siguieron con las cuñas hasta que se llevó el coche a subasta. Se trataría entonces de un caso de negligencia involuntaria que podría haber provocado graves daños materiales y, sobre todo, lesiones corporales. La policía tratará de localizar los talleres que realizaron el mantenimiento de este GLE.

Imágenes | Mercedes, Policía de Ludwigsburg

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