Usar un elevador de coches para duplicar la capacidad del garaje: todo lo que necesitas saber

Estamos desde hace tiempo en un punto en el que los coches son cada vez más grandes pero las plazas de aparcamiento mantienen su tamaño, sobre todo si hablamos de garajes comunitarios. Si bien instalar un elevador de coches es una solución bastante asentada a nivel industrial y comercial, no es la más conocida a nivel particular.

Este sistema, que se instala en una plaza de aparcamiento, permite duplicar el espacio y poder aparcar dos coches en vez de uno aprovechando el espacio en vertical.

¿Cómo funciona un elevador de coches?

Foto: Equipo Taller.

Se trata de un elevador de funcionamiento electrohidráulico  (en la mayoría de los casos) que generalmente está compuesto por una plataforma galvanizada y corrugada, cilindros hidráulicos y una cubierta antideslizante.

Dependiendo del tipo de elevador, puede soportar cargas de hasta cuatro toneladas, por lo que son aptos para turismos, SUV o furgonetas. También se fabrican elevadores hidráulicos para motos.

Cuentan con una unidad de control desde la que se acciona la subida o bajada de la plataforma y con sistemas de seguridad.

¿Qué requisitos son necesarios para su instalación?

Foto: RFS Maquinaria.

Antes de embarcarnos en este proyecto hay que tener en cuenta que si se va a instalar en un garaje comunitario debemos contar con el permiso de la comunidad de vecinos.

Una vez lo tengamos, es interesante consultar con un arquitecto que nos explique las características del suelo sobre el que vamos a montar este dispositivo. Este paso es deseable aunque nuestro garaje sea de uso privado.

Un elevador deberá cumplir con la normativa UNE-EN 1493:2011 y la directiva 2006/42/EC, en la que se garantizan que cumple con todos los controles de calidad.

A nivel estructural se debe contar -como es obvio- con el espacio suficiente para poder instalarlo, por lo hay que tener en cuenta la altura máxima de elevación de la plataforma y la anchura.

Para hacernos una idea, algunas tienen una altura total de 3.500 mm, una anchura total de 2.560 mm y una plataforma de 4.165 mm de largo. Y sobre todo el peso máximo que sea capaz de soportar en relación al vehículo que queramos elevar.

Otro punto importante para fijar el elevador es que el suelo del aparcamiento esté totalmente nivelado y se deben extremar las precauciones si éste tiene sótanos debajo o está ubicado en una planta superior. De ahí, la importancia de consultar con expertos y de contar con el permiso correspondiente.

El forjado que se utiliza en aparcamientos y talleres (la estructura que soporta, además de su propio peso, el peso del resto de cargas como muros o tabiques) suele estar preparado para soportar mucho peso, pero es importante asegurarnos antes,.

Y es que el peso neto de algunos modelos elevadores ronda los 830 kg (y a esto se le suma el peso del propio vehículo).

También es necesario contar con una toma eléctrica de 220 V, puesto que el sistema hidráulico se activa con electricidad.

Foto: RFS Maquinaria

Algunos proveedores recomiendan colocar un magnetotérmico que garantice la protección en caso de problemas eléctricos.

A nivel legal, el propietario deberá consultar los estatutos de la comunidad de vecinos para saber si está permitida una instalación de este tipo, puesto que el seguro del garaje suele cubrir un solo vehículo por plaza.

Montaje y mantenimiento de un elevador en el garaje

El montaje siempre será efectuado por un técnico especialista en montaje de elevadores, y deberá cumplir -como mínimo- con la normativa UNE-EN 1493:2011 y la directiva 2006/42/EC, en la que se garantizan que el elevador cumple con todos los controles de calidad y montaje e incluye sus libros de instrucciones en castellano, revisiones y mantenimientos recomendados.

En este sentido, debe contar con una garantía y un contrato de mantenimiento, que deberá realizarse de acuerdo a la periodicidad que indique el manual de usuario, y siempre por técnicos homologados.

La directiva 200/42/ EC especifica que "cuando una máquina pueda ser utilizada por un consumidor, es decir, por un operador no profesional, el fabricante debe tener en cuenta esta circunstancia al diseñarla y fabricarla".

Esto significa que su uso y especificaciones técnicas no deben revestir de mucha dificultad para el usuario.

En cuanto al precio, depende del modelo del elevador, pero suelen partir de los 2.000 euros sin incluir el envío (se debe desconfiar de modelos excesivamente baratos). En función de la complejidad de la instalación y del número de columnas, se puede disparar hasta los 4.000 euros.

Foto | RSF Maquinaria

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