Nadie usa el GPS de los coches nuevos pero algunas marcas quieren cobrarte por ello, así que planean cargarse Android Auto y Apple CarPlay

Android Auto y Apple CarPlay están consiguiendo que cada vez más conductores no quieran saber nada del software nativo de sus coches. Ya no es que no quieran usar el navegador GPS integrado, es que directamente pasan de pagarlo a la hora de comprar el vehículo.

Mientras tanto, algunas marcas quieren ganar dinero con este tipo de equipamiento a costa de las cada vez más habituales suscripciones. Como Android Auto y Apple CarPlay es un problema para conseguirlo, directamente quieren eliminarlos.

El objetivo es que acabes pasando por caja

Pagar por usar cosas que antes eran gratis está a la orden del día. Más allá del debate de si es justo o no desembolsar dinero por acceder a ciertos servicios que antes se ofrecían de forma gratuita, es una cuestión que cada vez gana más peso en la industria del automóvil.

Bien sea porque forma parte del equipamiento de serie del coche que compramos o porque lo pagamos como un opcional, nos hemos acostumbrado a utilizar un montón de funciones que ahora podrían necesitar una suscripción para seguir a nuestra disposición.

Son varios los fabricantes que están explorando hasta dónde pueden llegar con las polémicas funciones por suscripción en algunos de sus modelos, es decir, con el equipamiento o las funciones a los Netflix en los coches.

Algunas marcas de coches creen que han encontrado un filón obligando a sus clientes a pagar una cuota mensual o anual por utilizar ciertas cosas, como los asientos calefactables en el caso de BMW, los servicios conectados del sistema de infoentretenimiento en el caso de General Motors, algunas funciones de conducción semi autónoma e incluso más potencia en el caso de los Mercedes-Benz eléctricos.

Otras firmas, como Dacia, se ríen directamente de esta estrategia y consideran que es ridículo intentar hacer más caja con funciones a las que el mero hecho de comprar el coche debería dar acceso para siempre.

Sin embargo, la realidad es que cada vez son más las compañías que apuestan por el pago por uso, como Audi y Volvo. Por mucho que no les guste a los clientes. Y es que cuesta entender que una marca te cobre por utilizar funciones que ya vienen equipadas en el vehículo que compras, pero que están “capadas” y requieren una suscripción para desbloquearse.

Como decía hace unos días un usuario de Reddit, tampoco sienta bien que ahora haya que pagar por cosas que antes podían utilizarse sin desembolsar un extra: “Mi nueva camioneta requiere un plan de datos de 15 dólares al mes para usar las funciones que mi coche anterior ofrecía de forma gratuita (mapas, comandos de voz básicos o mandar mensajes de texto a través de la voz)”.

Esto último es especialmente relevante ahora porque la tecnología nos ha facilitado mucho la vida a lo largo de los últimos años, brindándonos la posibilidad de utilizar, por ejemplo, aplicaciones de navegación con información del tráfico en tiempo real a través de Apple CarPlay y Android Auto.

Estos sistemas se han convertido en imprescindibles en cualquier coche nuevo y, en los últimos años, han logrado relegar a un segundísimo plano a aplicaciones nativas del coche por las que antes pagábamos. Sin ir más lejos, al navegador GPS.

Durante muchos años, las marcas ganaron mucho dinero vendiendo sus navegadores GPS como equipamiento extra. La alternativa era comprar un GPS externo que tampoco era barato y no era tan cómodo de utilizar como un navegador integrado.

Pero llegaron los smartphones, Android Auto y Apple CarPlay y acabaron con ellos. Hoy por hoy, todo el mundo tiene un móvil inteligente con una tarifa de datos y estas aplicaciones permiten proyectarlo en la pantalla del coche. No hay que pagar más por ello, al menos de momento.

Como, además, es más cómodo utilizar Google Maps o Waze que un navegador integrado y, por normal general, suelen ser aplicaciones mucho más efectivas, la gente se ha olvidado por completo de los navegadores GPS del coche.

La conectividad que tanta importancia tiene para las marcas se ha cargado una de sus fuentes de ingreso: los GPS nativos y, de paso, muchos conductores tampoco están dispuestos a pagar los servicios conectados de la marca porque utilizan la conectividad de su propio smartphone, es decir, su tarifa de datos.

Obviamente, los fabricantes son conscientes de ello, por eso se inventan nuevas fórmulas para hacer dinero, como cobrar una suscripción por utilizar los asientos calefactados o por desbloquear 100 CV más para que el coche sea más rápido.

Pero no es suficiente. Hay marcas que se han dado cuenta de lo buenos que pueden ser los sistemas de Android y Apple y han decidido integrarlos en sus coches, de manera que no es necesario conectar un smartphone para utilizar apps como Google Maps o Spotify.

De esa forma, las marcas se ahorran el desarrollo de software propio que, casi con total seguridad, funcionará peor y aprovechan para cobrar por una conectividad que se antoja imprescindible para aprovechar todas las funciones de esta tecnología.

Otras compañías, como General Motors, directamente apuestan por eliminar de sus coches la conectividad a través de Android Auto y Apple CarPlay, alegando motivos de seguridad. Con esa estrategia no queda más remedio que utilizar el sistema de infoentretenimiento del coche, ese que ya casi nadie utiliza porque prefiere tirar de Apple CarPlay y Android Auto en cuanto se monta al vehículo.

Lo que pretende General Motors es que, sin Android Auto y Apple CarPlay, sus clientes utilicen funciones “beneficiosas”, como la planificación para cargar sus vehículos eléctricos en función de la ruta seleccionada. General Motors también se escuda en que utilizar el móvil al volante causa distracciones, pero lo cierto es que ni siquiera es necesario sacarlo del bolsillo para aprovechar Android Auto y Apple CarPlay.

La compañía americana también justifica su decisión por los problemas de estabilidad que tienen estos sistemas, como malas conexiones, conexiones caídas o respuestas lentas que acaban haciendo que los conductores echen mano del teléfono, según Tim Babbitt, jefe de producto e información y entretenimiento de General Motors.

Por supuesto, es algo que los usuarios no han recibido nada bien, pero General Motors espera ganar hasta 25.000 millones de dólares al año sólo con las suscripciones para 2023. Y esos beneficios no incluyen las ganancias que puede reportar el análisis y posible venta a terceros de los datos recopilados por el sistema de cada coche.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 17 Comentarios