La cara negativa de los biocombustibles

La idea inicial de la producción de biocarburantes es, en esencia, buena. Sintetizar combustible a partir de restos orgánicos, para depender menos el petróleo de origen fósil. Cada día se generan en el Mundo miles de toneladas de biomasas: restos de podas, parte inaprovechable de cultivos, serrín, hojas… esta materia se puede utilizar para crear combustible para motores especiales, pues los tradicionales motores de gasolina o de gasóleo no los admiten sin una serie de transformaciones a priori.

¿Cuál es el problema? Nos lo explican los compañeros de El Blog Salmón. Se están encareciendo los precios de algunos alimentos, ¿por qué? Sale más rentable producir biocombustibles a partir del mismo cultivo que para consumo humano, y nadie le hace ascos a ganar más dinero. Se reduce la oferta, se mantiene la demanda, sube el precio. Además, la carestía de los cultivos lleva a un aumento del coste de alimentación del ganado, con lo que engordamos el problema.

Algunos fabricantes de automóviles están intentando promover la producción de biocombustibles para dar de beber a sus motores flexibles. Saab es un buen ejemplo de ello, ya que en Suecia las matriculaciones de coches flexibles son muy importantes, pero por otro lado, la producción de biocombustible en aquel país no depende tanto de los cultivos sino de biomasas. La razón de ser de estos propulsores es que las emisiones netas de CO2 son menores que usando petróleo fósil, ya que las biomasas durante su crecimiento han absorbido este gas.

En cambio, otros fabricantes como BMW se niegan a hacer motores flexibles para no involucrarse en los problemas derivados de los biocombustibles, de los cuales los fabricantes de coches no creo que sean responsables directos. Eso sí, sus motores funcionan con pequeñas cantidades de biocombustible, como E5 (5% etanol), E10 (10% etanol) o B7 (biodiesel al 7%), como ya os contamos antes.

Ahora bien, ¿en qué quedamos? ¿Los biocombustibles son un remedio peor que la enfermedad? Es relativo. La extracción del petróleo ha causado guerras, millones de muertes, desastres ecológicos, aumento de las alergias y enfermedades respiratorias, conflictos económicos… Los biocombustibles, si no se producen de forma sostenible, representan un problema. Debería existir una regulación al respecto para impedir la subida de los precios de los alimentos, sabiendo la cantidad de gente que pasa hambre en el Mundo.

También comentan en el blog económico que tanto la UE como EEUU fomentan el cultivo de maíz con subvenciones, mientras que la importación del mismo está sujeta a graves aranceles. ¿Qué pasa? Que los países en desarrollo que puedan fabricar maíz a gran escala están perdiendo una importante fuente de ingresos. Otro efecto colateral importante es que para conseguir superficies de cultivo para fabricar biocombustibles en masa, es necesario deforestar y talar muchos árboles. No supone una contribución a aliviar el problema.

El petróleo, los biocombustibles, propulsión híbrida, motores de hidrógeno… todos estos medios tienen inconvenientes que hay que superar. En teoría el hidrógeno es ideal, ya que su combustión es 100% limpia, sólo se genera vapor de agua. El problema es que es necesaria mucha energía para producirlo. Los híbridos tienen el problema de que dependen de baterías cuyos elementos son muy contaminantes al final de su vida útil. Del petróleo, para qué os voy a contar. No diré nada que no sepáis ya…

¿Biocombustibles sí o no? A menos que se haga de forma sostenible, no interesa. El caso español es bastante paradógico. Apenas hay coches con biocombustible rodando por nuestras carreteras, pero sin embargo, somos uno de los primeros productores mundiales. Tiene gracia, por que prácticamente todo el petróleo que consumimos lo estamos importando.

Vía | El Blog Salmón
En Motorpasión | Prueba: Saab 9-5 2.0t Biopower: parte 1, parte 2, parte 3

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