Estados Unidos acusa a China de querer robar su tecnología de coches eléctricos, aviones... y todo en general

No es nada nuevo que Estados Unidos acuse a China de meter mano en su propiedad intelectual, sobre todo en lo que a la esfera tecnológica -y comercial- se refiere.

El director de la agencia, Christopher Wray, ya había avisado de que la Oficina Federal tiene 1.000 investigaciones activas sobre intentos de robo de propiedad intelectual en Estados Unidos, principalmente en China, y ha vuelto a atacar recientemente asegurando que el país comunista quiere robar tecnología de aviones y de coches eléctricos.

La 'cleptomanía tecnológica' de China provoca una vuelta al macartismo

Christopher Wray se convirtió en el octavo director del FBI el 2 de agosto de 2017. Foto: FBI.

Wray, que está convencido de que "Pekín busca robar la tecnología estadounidense por cualquier medio necesario", asegura que las investigaciones que hay en marcha abarcan "casi todos los sectores de la industria".

Si bien puede ser difícil detener los robos, Wray instó a las empresas a reforzar su seguridad, reexaminar sus líneas de suministro y tener en cuenta la advertencia al pensar en hacer negocios con empresas chinas para evitar dar ventaja al país con el que aún mantienen una guerra comercial.

Según informa Reuters, el jefe de contrainteligencia del FBI, John Brown, dijo que había arrestado a 24 personas el año pasado en casos relacionados con China y otras 19 en 2020.

Y desde el Centro Nacional de Contrainteligencia y Seguridad estadounidense se estima que el robo de secretos comerciales por parte de China le cuesta a los Estados Unidos "desde 300.000 a 600.000 millones de dólares al año".

Recordemos que hace dos años, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ordenó investigar las importaciones de coches al país en nombre de la seguridad nacional, y pidió a los fabricantes que revelaran datos sensibles sobre finanzas, cadenas de suministro y otros delicados temas bajo amenaza de cárcel.

Lo mismo ocurrió meses después con el veto a Huawei, justificado con el hecho de que Estados Unidos no puede permitir a ninguna otra nación competir por la hegemonía del 5G, ya que está en juego, según aseguró Trump, la seguridad nacional estadounidense y su prosperidad.

Actualmente es Huawei Technologies la compañía -con sede en Shenzhen, China- que más contribuciones técnicas ha aportado al estándar 5G, seguido de cerca por Ericsonn (sueca), Hisilcon (china), Nokia (finlandesa), Qualcomm (estadounidense) y Samsung Electronics (surcoreana).

Y la cosa ha ido más allá. Hace tan solo unos días, el fiscal general de Estados Unidos, William Barr, dijo que Estados Unidos y sus aliados deberían considerar tomar una "participación de control" en Nokia (de Finlandia) y Ericsson (de Suecia) para contrarrestar el dominio de Huawei en el 5G.

Según Reuters, Barr está convencido de que China se ha convertido en el "principal adversario geopolítico", y el país no tiene reparos en perseguir a investigadores y académicos chinos sospechosos de 'atentar contra la seguridad nacional'.

Las listas negras han vuelto, lo que nos lleva inevitablemente a recordar a la caza de brujas de McCarthy.

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