Donald Trump anuncia una revolución industrial con recortes en los que no se salva ni la NASA

Donald Trump se ha reunido recientemente con los peces gordos de la industria del automóvil en Detroit, Estados Unidos, para anunciar el "revolucionario" plan que tiene en mente para proteger a su industria: "Se ha acabado el asalto al sector automotriz estadounidense", ha dicho. Y también, en una expresión menos coloquial que esta, que va a tirar a la basura todas las regulaciones de la Agencia de Protección Medioambiental (EPA).

El discurso proteccionista acompañado de un "no quiero amigos en el extranjero" ha sido aplaudido por empleados y directivos del sector del automóvil, incluida Mary Barra (General Motors), el polémico Sergio Marchionne (FCA) y Mark Fields (Ford). El magnate ya ha empezado la guerra contra el libre comercio y unos recortes que afectan hasta a la NASA.

Los aplausos no resultan disonantes si tenemos en cuenta que hace unas semanas una asociación empresarial que representa a General Motors, Toyota, el grupo Volkswagen y otros nueve fabricantes pidieron a la EPA que retirara las normas de eficiencia energética aprobadas por Obama, aludiendo a una pérdida de más de un millón de empleos a causa de esta normativa.

Tras anunciar que el negacionista del cambio climático Scott Pruitt iba a asumir la dirección de la EPA, Trump ha pedido a las grandes compañías estadounidenses que se unan a lo que denomina "una nueva revolución industrial". ¿En qué consiste?

  • Eliminar todas las normativas que socaven la producción de vehículos estadounidenses.
  • Eliminar cargas a las compañías a cambio de que contraten y crezcan en Estados Unidos.
  • Vetar la entrada de vehículos a Estados Unidos procedentes del extranjero sin una carga de impuestos.
  • Terminar con los acuerdos de libre comercio: "No necesitamos amigos en el extranjero".
  • Tumbar los estándares de eficiencia de combustibles de la EPA, que sufrirá un importante recorte en los presupuestos.
  • Recortar en ciencia, tecnología y medio ambiente.
La Casa Blanca eliminará un programa de vehículos limpios del Departamento de Energía que impulsó a compañías como Tesla, Nissan y Ford durante la última recesión industrial, pero que no ha encontrado un nuevo proyecto en seis años.

De momento, estos recortes van a afectar a todos las áreas que se alejen de lo más puramente empresarial. El Departamento de Medio Ambiente sufrirá un recorte de 2.600 millones de dólares; el de Energía de 1.700 millones; el de Salud 15.000 millones; el de Transporte 2.400 millones; la NASA verá reducido su presupuesto en 2.400 millones mientras que el de Seguridad Social sufrirá un recorte de 10.000 millones.

Según declaró en Detroit, la semana que viene tendremos nuevas noticias de su revolución, ya que anunciará un nuevo plan relacionado con el empleo en el sector automotriz. En relación a esto, el miércoles General Motors anunció la recontratación para 2018 de 500 trabajadores de una planta de ensamblaje de Michigan que iban a ser despedidos. Que comience el juego.

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