Ni China ni el coche eléctrico tienen la culpa de que los coches sean más caros. Las propias marcas son las responsables, según un estudio

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No es una sensación, el precio de los coches se ha disparado en los últimos años. No solamente en España, donde han subido cerca de un 40% entre 2014 y 2024, sino en toda Europa. El fenómeno es generalizado y, de Volkswagen a Renault, la industria le echa la culpa a la Unión Europea y a sus normas cada vez más exigentes, así como al camino forzado hacia el coche eléctrico. Y para la Unión Europea, la culpa es de las marcas.

Pero, ¿es realmente así? La inflación, por supuesto, también tiene un papel importante en el aumento visible del precio de los coches (+20% en España entre 2020 y 2025). Pero no es la única responsable. Según un reciente informe de la ONG francesa Institut Mobilités con la ayuda de la consultora C-Ways, la culpa sencillamente la tendrían las propias marcas de coches. Vamos, que los precios han subido porque así lo han querido.

A coches más caros, menos ventas

Los precios de los coches han subido por culpa de los fabricantes. Y con los coches cada vez más caros, las ventas han caído en toda Europa, explican desde la ONG. En 2019, se vendieron 15,3 millones de coches en el continente mientras que en 2024 fueron 10,6 millones, según datos de la ACEA. ¿De quién es la culpa, de los fabricantes o se debe a causas ajenas? El Institut Mobilités y la consultora C-Ways intentaron discernir, con datos, las distintas causas del hundimiento del mercado europeo en sólo cuatro años.

En un mundo y una industria interconectada a nivel global como la del automóvil no todo es blanco o negro, pero el estudio del Instituto es especialmente interesante porque intenta separar las causas exógenas (aquellas sobre las que los fabricantes no tienen control, como el precio de las materias primas) de las endógenas, las que pueden controlar, como la política de precios de los coches nuevos y las decisiones que toman los fabricantes (dónde fabricar, qué tecnología equipan sus coches y cual no).

Entre 2020 y 2024, el informe calcula que el aumento medio del precio de los vehículos nuevos fue de 6.800 euros, es decir, un 24% más. Un salto gigantesco que inevitablemente ha expulsado del mercado a una gran parte de los compradores habituales (los cuales compran ahora de segunda mano, provocando un aumento de la demanda y por tanto de los precios).

Y si se venden menos coches nuevos, la renovación del parque automovilístico se ralentiza. Así, los coches envejecen en casi todos los países de la Unión. En España, por ejemplo, la edad media de los coches no ha dejado de crecer y ahora más de la mitad de los coches tienen 15 años.

“Algunos fabricantes culpan a las normas europeas como principal razón de este aumento, mientras que otros señalan con el dedo a una política oportunista de oferta y precios por parte de los fabricantes, para optimizar sus resultados a costa de los volúmenes”, señala el informe.

Los fabricantes de coches tienen la culpa

El estudio se centró en Francia, pero es fácilmente extrapolable a Europa ya que las políticas de precios de las marcas se hacen a nivel de la UE, y en especial a España por ser dos mercados similares en volumen, tipo de coches, edad del parque móvil, etc. Del 24% de subida de precios en Francia, el Instituto ha calculado el siguiente desglose: el 6% se debería a la inflación natural (costes laborales, subida de las materias primas).

No obstante, el informe admite una limitación. No ha podido aislar “el impacto del enriquecimiento reglamentario (Euro6DFull, GSR2) únicamente en los precios de venta”. Es una lástima que el estudio no haya podido calcular qué parte del aumento de los precios se debe realmente a estas normas, que es precisamente el argumento esgrimido por Luca de Meo, CEO de Renault, y Stellantis.

Lo que sí se logró en el estudio, sin embargo, fue estimar la contribución de las propias políticas de los fabricantes a la explosión de los precios de los coches nuevos. Del aumento del 24%, la mitad puede atribuirse directamente a las decisiones tomadas por las marcas.

"Las dos palancas en manos de los fabricantes, el desplazamiento hacia arriba de sus gamas y el pricing power, explican más de la mitad del aumento de los precios de transacción (12% del 24% agregado) observado en Francia durante el periodo de estudio” explican los autores. Las marcas han subido en gama sus coches y les han puesto precios en consonancia.

El pricing power, o poder de fijación de precios es la capacidad que tiene una empresa para establecer unos precios más elevados, cobrando más por sus productos o servicios, sin perder clientes. Un ejemplo de empresa con un elevado poder de fijación de precios es Apple, especialmente con su iPhone.

Este efecto del poder de fijación de precios representa alrededor de un tercio (+4%), y el desplazamiento hacia arriba en la gama de los modelos, los dos tercios (+8%), aunque existen diferencias significativas entre los fabricantes. Es decir, lo que venimos viendo y contando desde hace años, la gran mayoría de marcas han decidido vender menos y más caro, con márgenes cada vez más elevados.

El estudio señala incluso marcas que han contribuido notablemente a elevar el precio medio de los coches con su poder de fijación de precios. Volkswagen lo ha hecho hasta finales de 2024, momento en el que la crisis que experimenta provocada por su dependencia del  mercado chino (ejemplificada por la situación de Porsche y Audi) y las bajadas de ventas que sufre allí y en Europa le ha llevado a, por fin, bajar los precios de todos sus coches, empezando por el Volkswagen Golf.

Stellantis, bajo la dirección de Carlos Tavares, ha sido también uno de los fabricantes que elevó en gama casi todos sus marcas, especialmente Peugeot y DS, y logró unos beneficios sorprendentemente altos en 2023, hasta que llegaron al límite y las ventas de sus coches se estrellaron.

El grupo Renault también subió en gama sus modelos, para dejar sitio por debajo a su gallina de los huevos de oro, Dacia. La marca rumana, justamente, es señalada por el informe como el ejemplo del poder de fijación de precios que tiene una marca. Si bien todavía conserva modelos baratos, como el Dacia Sandero (el coche más vendido en Europa), su nuevo Dacia Duster ha subido de precio, sin que las ventas de este modelo se resientan.

"Tradicional campeona de los precios bajos, Dacia ha experimentado el mayor aumento de gama y precio de todas las marcas. La escasez de componentes electrónicos en 2022-2023 ha reforzado y facilitado esta estrategia". Con la llegada del Bigster y del próximo “C-Neo” (un familiar crossover híbrido de 4,60 m), el precio medio de los Dacia va a seguir aumentando.

Por otra parte, en el informe se muestran pesimistas. Consideran que aún podría haber subidas de precios, impulsadas por dos factores. “En los próximos años, dos fenómenos podrían empujar los precios al alza: la inevitable continuación de la electrificación y la deseable reorientación de la cadena de valor en Europa (impulsada por las políticas industriales y fiscales que favorecen el Made in Europe)”.

¿La solución? Por una parte, la voluntad de las marcas de bajar los precios, como ha hecho Volkswagen, lo cual puede darse de bruces con la voluntad de los accionistas de una marca que piden una rentabilidad cada vez mayor, y por otra parte “volver a una combinación de segmentos típica de la década anterior”. Es decir, menos SUV y más utilitarios polivalentes y asequibles y más compactos.

Imágenes | Volkswagen, Peugeot, Motorpasión

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