Una familia de Dearborn, Michigan, aprovechó vivir en el cogollo de la industria automotriz estadounidense para montarse un plan delictivo a gran escala. Se dedicaban a robar componentes directamente de la plantas de ensamblaje de Ford, llegando a acumular enormes alijos de piezas robadas que luego vendían online.
Una larga investigación que se llevó a cabo con la propia Ford les ha cerrado el chiringuito.
Según detalla Detroit Free Press la Policía ha arrestado a un padre, sus dos hijos y un empleado jubilado de Ford en lo que se ha descrito como "una operación de robo multimillonaria que involucraba componentes y accesorios fabricados por Ford". Las alarmas saltaron al abrirse una investigación sobre un empleado que supuestamente estaba vendiendo componentes robados de Ford en un negocio de Detroit.
Entre los artículos robados se encontraban capós, parachoques, faros y muchas otras piezas que sustraían de tres fábricas distintas del fabricante y que luego vendían en eBay a través de un negocio fachada. Y aunque aún no se ha determinado el alcance de la red criminal, apunta a que es masivo y ha supuesto millones de dólares en pérdidas para Ford.
Hasta el momento los cuatro hombres enfrentan cargos por robo de vehículos, extorsión y organización delictiva, pero la investigación sigue en marcha y es probable que encuentren más almacenes ilegales con material propiedad de Ford, que sorprendentemente nadie detectó que estaba siendo robado durante más de dos años.