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De la vieja leyenda del Toyota Sprinter Trueno al nuevo heredero Toyota GR 86

Los deportivos de Toyota llevan sorprendiendo al mundo desde los años 60. Una línea que ha ido evolucionando junto a las diferentes modas de cada década y que ha convertido a algunos modelos en verdaderos iconos para la historia. La llegada del nuevo Toyota GR 86 refleja la herencia de más de media década de coches con un sello distintivo que siguen vigentes aún hoy en día.

Los primeros supercoches ligeros

El padre de los coches deportivos japoneses comenzó su andadura como un “peso pluma” biplaza que ya daba muestra del elemento característico de estos coches: su delantera alargada. En el año 1967, el Toyota Sports 800 –también conocido como Toyota 8– obtuvo gran popularidad en el automovilismo, alcanzando la tercera posición en las 24 horas de Fuji. Y es uno de los coches más recordados por quienes aman los clásicos del motor.

Toyota 8 o Toyota Sports 800.

Al poco tiempo, la compañía japonesa decidió diseñar un deportivo pensado para el conductor y no tanto para el piloto. Ahí, empezó a surgir el germen de esa idea de adaptar los modelos de competición a las calles. El concepto de “Gran Turismo” surgió poco después del Gran Premio de Japón en 1964 y bajo las siglas “GT”, el Toyota 2000GT saltó a la palestra como un deportivo de habitáculo pequeño y distribución compacta.

Exhibía una altura muy baja que apenas levantaba 116 cm del suelo y una presencia más elegante con sus faros elevados. Si a ello le sumamos que fue el coche que Sean Connery condujo como James Bond en ‘Sólo se vive dos veces’, el paso por todas las pasarelas estuvo asegurado.

Detalle del faro del Toyota 2000GT.

Deportividad 'underground'

Esa primera iniciativa que comenzó con el diseño del Toyota 8 para las carreras, condujo a que la compañía decidiese seguir esta línea de competición con otro modelo histórico. El Toyota Corolla Sprinter Trueno tuvo varias generaciones y versiones, aunque fue el coupé de 1983 como parte de la quinta generación de Toyota Corolla el que levantó pasiones por todo el mundo.

Su chasis tenía la denominación AE86, código que describía a toda la gama y que significaba los siguiente:

  • la letra A indicaba la serie del motor que montaba (concretamente 4A-GE),
  • la letra E indicaba que era un Toyota Corolla,
  • el número 8 representaba la quinta generación del mismo y
  • el número 6, la versión específica dentro de la generación.
El Hachi-Roku fue de los más populares por ser pionero en los espectáculos de drifting

El Toyota Corolla AE86 fue popularizado cariñosamente con el apodo de ‘Hachi-Roku’, que significa “ocho-seis” en su traducción del japonés, y se trataba del último Toyota Corolla de tracción trasera. En las carreras no tenía rival por su bajo peso (941 kg en versión liftback), buen reparto de pesos y potente motor, además de que en carretera de montaña respondía a la perfección en las curvas más cerradas.

Es esto, precisamente, lo que llevó a que se convirtiera en un coche pionero en los torneos de drift. La leyenda japonesa del automovilismo, Keiichi Tsuchiya, utilizó el Hachi-Roku en sus espectáculos de drifting. Aunque iba a alcanzar un estatus de leyenda al ser el primer protagonista en el manga de 1995 y serie de animación japonesa “Initial D” de Shuichi Shigeno, aparecida poco tiempo después.

Toyota Corolla AE86, también llamado Sprinter Trueno o Hachi-Roku.

Camino a lo más alto del podio

Poco antes había nacido un modelo destinado a triunfar en lo más alto del podio. Aunque su producción arrancó en los años 70, el Toyota Celica iba a preparar su ataque al título del Campeonato Mundial de Resistencia (WRC) dos décadas después. En su versión de carretera, el confort y la conducción eran el objetivo principal, aunque pronto la prioridad fue desarrollar más su respuesta en curva.

Ahí conquistó a los más entusiastas y se destapó como el primer vehículo de un fabricante japonés en alzar el título en 1990. ¿A los mandos? Nuestro querido Carlos Sainz, quien también consiguió llevar el Toyota Celica a un honorable segundo puesto en el campeonato de constructores. Dos años más tarde, Toyota vio futuro y creó un modelo específico para el WRC llamado Toyota GT Four RC (Rally Competition) que consiguió sendas glorias en 1993 y 1994 con Juha Kankkunen y Didier Auriol al volante.

Toyota GAZOO Racing, la inspiración para el nuevo deportivo

De esta manera, Toyota se fue abriendo un hueco en el mundo de la competición automovilística y fue participando cada vez en más y más campeonatos: Campeonato Mundial de Resistencia (WEC), Campeonato Mundial de Rallys (WRC), Las 24 Horas de Nürburgring, Super GT y Super Formula en Japón, NASCAR en Estados Unidos y el Rally Dakar, entre otros.

Así nació Toyota GAZOO Racing (TGR), un sello que aglutinaba todos los vehículos y actividades de la compañía en materia competitiva. En 2018 y 2019, Toyota GAZOO Racing logró dos victorias en Le Mans y el título de pilotos y constructores del WEC, además del campeonato de marcas del WRC. La competición se convirtió en pieza fundamental de su estrategia, lo que dirigió las ideas, que tanto éxito habían tenido en carrera, hacia las calles.

El apellido GR para una gama entre la competición y las calles

Con estos precedentes, la marca japonesa consideró que sus vehículos de competición podían darse un lavado de cara para convertirse en verdaderas estrellas sobre el asfalto urbano. La terminología GAZOO Racing se incorpora a los modelos deportivos urbanos con las siglas “GR” en el Toyota GR Supra, el Toyota GR Yaris, el Toyota GT86, el Toyota Yaris GRMN, el Toyota Corolla GR-SPORT y el Toyota Yaris GR-SPORT.

Con la inspiración de las carreras, estos vehículos forman una gama mucho más dinámica, con actitud y con un equipamiento exclusivo que bebe de los auténticos coches de competición que tantos éxitos han alcanzado. Una filosofía que no solo traslada los aspectos estéticos, sino también los conocimientos y la tecnología forjadas en competición.

La gama deportiva de Toyota comenzó con dos pura sangre diseñados para las personalidades más exigentes. En 1982 el Toyota Supra llegó a Europa como un heredero del Toyota Celica. Sin embargo, no fue hasta su cuarta generación, de 1993, cuando ya se adivinaron incluso las raíces del Toyota 2000GT en su largo morro y sus líneas fluidas.

El Supra fue el primer modelo que recoge lo sembrado por los coches precedentes y lo fusiona en un mismo vehículo que, para mediados de 2019, se comercializó con el apellido “GR”. Herencia de los primeros deportivos de Toyota y gen de competición todo en uno.

  • Potencia: 340 CV
  • Velocidad máxima: 250 km/h
  • Aceleración 0-100 km/h: en 4,3 segundos

Toyota Toyota GR Supra supuso la llegada del primer modelo de Toyota GAZOO Racing, un camino al que se unió, a finales de 2020, el Toyota GR Yaris. Este modelo sí que está influido en su totalidad por el Campeonato del Mundo de Rally (WRC), pues la experiencia ganadora del título de aquel año llevó al equipo de expertos a desarrollar un vehículo de carretera con la tecnología del automovilismo más radical. Unas líneas de diseño menos herederas que las de los primeros deportivos, pero que quieren reflejar el espíritu de carrera de clásicos como el Hachi-Roku.

  • Potencia: 261 CV
  • Velocidad máxima: 230 km/h
  • Aceleración 0-100 km/h: en 5,2 segundos

El heredero al trono: Toyota GR 86

Y es aquí cuando llegamos al último eslabón de una cadena de más de sesenta años en la que Toyota ha ido modelando y construyendo su filosofía de marca. Ligereza, diseño con el sello alargado del frontal, buena respuesta en curva, éxito en competición y exclusividad para presentar el tercer modelo de la línea de deportivos GR de Toyota, tras el Toyota GR Supra y el Toyota GR Yaris.

En su presentación virtual de este año, el nuevo Toyota GR 86 quiere convertirse en el heredero al trono de la deportividad. Ya su nombre nos da algunas pistas de por dónde quiere ir: la competitividad de GAZOO Racing (GR) junto al carácter provocador e inconformista del Hachi-Roku (86). Una excepcional aerodinámica con buen reparto de pesos le ofrecen una respuesta equilibrada en cada curva.

Una inspiración bastante directa del Toyota Supra GT86 en el que se sentaba Brian O'Conner, el protagonista de la saga 'Fast & Furious' y que cosechó alabanzas de crítica y público. La historia deportiva de Toyota continúa ahora en el Toyota GR 86, pero estamos convencidos de que el cuento no termina aquí.

Imágenes | Sala de prensa de Toyota

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