Contenidos contratados por la marca que se menciona

+info

Saciamos nuestra curiosidad a los mandos del Toyota bZ4X: un tipo atrevido que, sin levantar la voz, derrocha personalidad

Pocas dudas albergábamos. Teníamos bastantes ganas de ponernos al volante del primero de los coches 100% eléctricos de la nueva gama de Toyota, el Toyota bZ4X. Lo hemos confirmado: queda patente que el fabricante se ha atrevido con algo nuevo.

Mucho se ha escrito al respecto de la estrategia eléctrica de Toyota. Hay hasta quien incluso niega a estas alturas de la película que el fabricante japonés apueste por la electrificación. Lo cierto es que, si analizamos en frío la historia, poco tiene que demostrar Toyota en lo que a innovación se refiere.

Esta reflexión venía muy a cuento para nuestra prueba del mes porque, por lo general, cuando Toyota apuesta por una nueva tecnología, en este caso de motorización, suele acompañarla de más detalles que le dan una identidad propia.

Ocurre de forma muy significativa con el Toyota bZ4X. Aunque contiene señas y detalles básicos de la casa, estos se combinan con toques muy genuinos y que entrañan algo de riesgo, tal y como ocurrió en su día con el Toyota C-HR, un modelo precursor de un estilo (imitado en muchas ocasiones) dentro de la galaxia de los crossovers.

Imagen sutil, con detalles algo atrevidos

Y es que, aun SUV, el bZ4X no es, precisamente, un modelo conservador en su diseño. En la recogida de la unidad, con acabado Style Plus y variante de tracción AWD, pudimos apreciar en vivo cómo el vehículo irrumpe en la gama de Toyota con una personalidad muy marcada.

Pudimos apreciar en vivo cómo el vehículo irrumpe en la gama de Toyota con una personalidad muy marcada

Se puede observar desde un frontal de eléctrico puro y liso, sin parrilla y de plano inclinado, hasta el último de sus detalles; si seguimos su perfil hasta la zaga, también con una pareja de spoilers y un baby alerón que nace del portón trasero y llama la atención al situarse sobre la línea de faros que crecen en los extremos y abrazan a su carrocería bitono con un diseño inédito.

La presencia de SUV parece dividirse en dos áreas temáticas diferenciadas en su perfil. La primera, más baja y portentosa en una base que aloja el pack de baterías de 71,4 kWh. La superior, estiliza sus líneas buscando una aerodinámica sobre una superficie de contornos lisos y, sobre todo, de lunas con mayor inclinación.

Este es el modo, original, en el que el modelo concilia su categoría SUV con la eficiencia eléctrica. Nosotros, a la hora de sumergimos en su apuesta, comenzamos teniendo muy en cuenta que esta versión de tracción total y 2.085 kilogramos de masa homologa en ciclo WLTP un margen de entre 411 y 470 kilómetros. Como adelanto al apartado que dedicaremos a su consumo, la cifra que nos guiará será una homologación de 18,1 kWh/100 km.

Impresiones de un nuevo interior

Cada cosa a su tiempo. Y es que, si seguimos un orden cronológico, no se pueden obviar las sensaciones que se producen en el primer acceso al puesto de conducción. La disposición de la batería en la base de vehículo influye en una posición más elevada, lo que influye a la hora de introducirnos en el vehículo.

Analizándolo, no supone un esfuerzo muy pesaroso para una persona de 1,70 centímetros que, además, viene de probar el Toyota Land Cruiser. Lo que sí invita es a jugar con mayor precisión con el sistema de ajuste del asiento, electrónico y automatizado.

El bZ4X otorga para nosotros una altura prominente y así lo comprobamos en los primeros kilómetros, no solo por los 20,8 centímetros de altura libre al suelo, sino por la propia configuración del habitáculo.

Una instrumentación por encima del volante

Esa unicidad eléctrica de la que hablábamos tiene su máxima expresión en el diseño del salpicadero y la unión entre la consola central y el gran reposabrazos y guantera adosados a modo de puente, y que libera un gran hueco en su base.

La instrumentación digitalizada crece como una pantalla superior y hundida hacia el fondo, con envergadura triangular en los extremos y casi con disposición coincidente con la que tendría un head-up display. No es ni mucho menos lo más habitual, pero no tardamos en acostúmbranos. Eso sí, requiere jugar con la regulación del asiento y el volante, más pequeño de lo habitual, para que este último no nos entorpezca la visión.

Bajo esta pantalla de 7 pulgadas, justo antes del volante encontramos "la mirada del coche hacia nosotros". En esa pequeña franja sobre el timón se sitúa la cámara de monitorización del conductor, capaz de leer nuestra actitud y que, activado este sistema, no duda en avisarnos de que estamos perdiendo de vista la carretera.

No duda en avisarnos de que estamos perdiendo de vista la carretera

Este pequeño adelantado de los ADAS en el salpicadero cuenta con una interfaz de comunicación con rasgos propios y elegante, que se combinan con los elementos y los menús que ya conocemos en la gama de Toyota. De hecho, el medidor del consumo es casi idéntico, solo sustituyendo litros por kWh.

Como vemos y nosotros mismo experimentamos, el diseño interior del Toyota bZ4X tiene bastante miga y es complicado asimilar todas las características de un solo vistazo.

Va el bZ4X y se pone al día

Sin duda, uno de los grandes aciertos del fabricante con este modelo ha sido poner al día el sistema de infoentretenimiento, incorporando la última versión de la casa y materializando con una pantalla a la altura de las circunstancias actuales de 12,3''.

Ahora bien, más que primar la apariencia futurista o minimalista, Toyota ha optado por quedarse con la sofisticación y potenciar mediante una gran botonera lo práctico y lo seguro. De ahí que presente un concilio entre mandos físicos y hápticos, muy fáciles de detectar y operar para las funciones que los conductores más demandamos: como la temperatura en el interior o el control del volumen, también regulable desde el volante.

Potenciar mediante una gran botonera lo práctico y lo seguro

Si volvemos al volante de pequeñas dimensiones, en sus mandos ocupa un lugar prominente la activación del control de los comandos de voz. Lo hemos probado con más asiduidad y hemos notado un mayor grado de reconocimiento y versatilidad.

En la misma línea se mueven las molduras, con esas texturas propias de los materiales reciclados, que transmiten ligereza, sencillez y ese nuevo concepto premium sostenible que están abrazando la industria.

Y, como se vio en la primera toma de contacto en Motorpasión, el coche se libra de la guantera clásica para repartir muchos espacios de almacenamiento de forma también original. Llama la atención el cajón con cierre reservado para la recarga inalámbrica del smartphone, semi-transparente y que deja entrever los brillos de la pantalla del móvil al activarse. Por supuesto, lo más seguro y aconsejable es emparejar el smartphone con el vehículo para evitar cualquier distracción.

Igualmente, en la sucesión de detalles no falta el techo panorámico y que ilumina la estética y el amplio espacio que reciben las plazas traseras. La capacidad de su maletero se queda en 452 litros.

Testando su entrega 100% eléctrica

Antes de hablar de sensaciones, hemos de seguir hablando de botones. Entre las opciones que se presentan a ambos lados de la ruedecilla central que permite alternar entre R (a la izquierda), N (posición central) y D (a la derecha) encontramos:

  • El de activar el modo uni-pedal con frenada regenerativa en el que la gestión electrónica de la retención termina por asumir el rol del pedal del freno. Resulta idóneo para situaciones de tráfico denso (o al bajar pendientes pronunciadas), pero en nuestra prueba no lo utilizamos en exceso, quizá por falta de costumbre pues exige ir controlando la retención desde el acelerador. Lo aprovechamos, eso sí, al abandonar la autovía en varias ocasiones.
  • Un X-Mode para aventuras camperas o situaciones con firme gélido (de ahí la nomenclatura 'X' de su nombre de pila). Su activación se muestra de forma colorida en el panel de instrumentos y presenta dos variantes, una más de "andar por casa" si circulamos por camino, nieve o carretera helada; y otra para barro y nieve "profundos", muy marca de la casa, en la que, sin llegar a las elevadas cotas prestacionales y de juego del Land Cruiser, permite salir de algún atolladero gracias a la gestión de la entrega entre ejes y a bajas velocidades. No tantos SUV 100% eléctricos cuentan con este poder.
  • El modo de conducción ECO. Lo hemos visto en otros eléctricos puros. Es un modo ECO muy diferente al del sistema híbrido eléctrico que nos tiene acostumbrado Toyota. Este botón, calma los ánimos, muy subidos, de su propulsión eléctrica.

Lo decimos en el buen sentido, porque disfrutamos sobremanera del impulso de sus dos motores de 80 kW, uno por eje, que alcanzan una potencia de 217,5 CV y 336 Nm de par en esta variante AWD. Las dos toneladas que arrastra se ponen a 100 km/h en 7,7 segundos. Llama la atención el contraste entre esa potencia "no tan exagerada" y la realidad de su entrega.

Del botón ECO al pedal del acelerador

Si abandonamos la teoría que nos muestran los botones y pasamos a la experiencia práctica que experimentamos, estamos ante uno de esos modelos eléctricos de impulso brutal. El botón ECO ayuda, no solo a ahorrar el desparpajo de kW, sino a contener la respuesta para una conducción más relajada.

El botón ECO ayuda, no solo a ahorrar el desparpajo de kW, sino a contener la respuesta para una conducción más relajada

No es algo que nosotros buscáramos, pero sí que tuvimos alguna oportunidad de contrastar escenarios familiares. Instalamos una sillita infantil (con suma facilidad gracias al espacio, el acceso al ISOFIX y la apertura de puertas) e invitamos a realizar un trayecto con nosotros a una niña acostumbrada, ya de por sí, a diferentes coches 100% eléctricos, de ánimos templados y poco amiga de las sorpresas. Su veredicto final fue que prefería viajar con el modo ECO activado.

Si en algo estuvimos de acuerdo niña y conductor, fue en que el brío en el impulso, sin llegar al extremo, es superior al de la media de modelos eléctricos del mercado, aproximándose con moderación a los SUV más premium, que al mundo utilitario.

Quiere que lo lleves a la carretera

Dicho y probado este aspecto natural al que tiende en mayor o menor medida toda motorización eléctrica. El paso de los kilómetros nos ayudó a confirmar la buena puesta a punto que Toyota ha realizado a la hora de canalizar el torrente de energía.

Al internarnos por carreteras con perfil de montaña, plagadas de curvas, el comportamiento del bZ4X cada vez fue agradándonos más. Presenta un sistema de suspensión especialmente firme y una dirección con cierta dureza y, sobre todo, muy coherente con nuestras demandas.

Escapa con éxito del estereotipo del coche eléctrico que agota su batería y prestaciones más allá del territorio urbano.

Lo probamos en diversos tramos. Incluso en ciudad, sin salir de los límites obligatorios, sentimos un gran trabajo para que el conductor mantenga una buena precisión en la maniobra.

Sin el mencionado modo ECO activado, curiosamente experimentamos una sensación familiar y común en otros modelos de Toyota (pese a montar otro tipo de bloques); y diferente si lo comparamos con otros eléctricos puros: la retención es ligeramente menor y la vocación del coche es de persistir algo más en el impulso, aun sin tocar durante varios segundos el acelerador.

Su actitud en carretera y vías rápidas lo convierten en un modelo muy digno para afrontar viajes que van más allá de los límites urbanos. Escapa con éxito del estereotipo del coche eléctrico que agota su batería y prestaciones más allá del territorio urbano. A una velocidad más elevada, de autovía, no muestra un impulso deportivo o escandaloso, pero sí sobradamente contundente.

Más silencioso, si cabe

Esta percepción se refuerza con el pulimiento acústico que el fabricante nipón le ha dedicado. Destaca en relación a esos otros eléctricos en ser silencioso, con una rodadura sutil y una insonorización consolidada. Esa sensación de aislamiento externo contribuía a que, en algunas ocasiones, pareciera, sin ser así, que íbamos a menor velocidad.

Si a esta cualidad en pos del confort le sumamos el despliegue tecnológico en asistencias a la conducción, nos confirma que estamos ante un SUV 100% eléctrico de cualidades más que interesantes. A lo largo de los últimos años, hemos ido constatando como Toyota ha implementado sus ADAS en un lapso de tiempo bastante breve.

El bZ4X ha recibido los últimos avances en la materia y, en este acabado, hemos probado algunos de forma recurrente. A la mencionada cámara de monitorización de la conducción se suman el asistente de salida segura, el sistema de recordatorio del asiento trasero, el ajuste dinámico de luces en carretera o el control de mantenimiento en el carril.

Escapadita al camino

No condujimos en situaciones aventureras, pero sí le dimos la alegría de sacarlo del asfalto durante unos 20 kilómetros, alternando pistas en buen estado, con la presencia puntual de roderas algo profundizas y piedra suelta. En un par de ocasiones, abandonamos la pista y navegamos campo a través.

Nuestra impresión fue bastante acorde con lo que señala Toyota para este modelo. El sistema X-Mode destaca y se demuestra resolutivo cuando la adherencia desciende. Puede mantener un ritmo alegre en camino.

La distancia libre al suelo también ofrece garantías, y más en relación con esa gran grupo de SUV, en especial esos que prometen salidas campestres seguras para ahogarse con el primer escalón que se topan. De este modo, el modelo eléctrico aporta seguridad, al mismo tiempo que, si se nos antoja, podemos acordarnos de que el sonido de la rodadura sí existe al convocar el poder de su aceleración y tierra suelta bajo sus pies.

kWh/100 km, he ahí la (nueva) cuestión

No desaprovechamos la oportunidad y realizamos una buena recolección de los datos de consumo. Retomando esa cifra homologada de 18,1 kWh/100 km, hay que recordar que todavía estamos en una fase de desarrollo de la movilidad 100% eléctrica en la que la autonomía y el rendimiento eléctrico marcan la diferencia para muchos conductores que sopesan las ventajas y riesgos de asumir el salto.

Dada nuestra experiencia a los mandos de modelos híbridos eléctricos y enchufables, sabemos con Toyota es una marca que se caracteriza por mostrar cifras de homologación que en condiciones reales suelen ser alcanzables para los conductores.

Entre las condiciones reales con las que lidiamos esta vez encontramos una ola de calor, con trayectos realizado a temperaturas superiores a 36º C. Así pues, la activación del climatizador fue casi obligatoria y esto afecto de forma irremediable a nuestras cifras. Recopilamos algunos datos de nuestros trayectos:

TIPO DE RECORRIDO

DISTANCIA (KM)

Modo ECO

¿A/C ACTIVO?

CONSUMO (kWh/100 KM)

Carretera convencional

54,7

NO

18,3

urbano

8,6

NO

15,0

URBANO Y AUTOVÍA

18,9

NO

NO

18,1

carretera convencional

31,3

NO

NO

17,9

AUTOVÍA (CON DESNIVEL DE -300 METROS APROX.)

26,0

NO

NO

9,5

AUTOVÍA (CON DESNIVEL DE +300 METROS APROX.)

36,7

NO

22,3

URBANO

11,0

NO

11,7

AUTOVÍA

12,5

NO

20,1

Nuestra actitud al volante fue bastante regular. Sin llegar a mostrarnos excesivamente derrochadores, sí que mantuvimos una conducción despreocupada e impulsiva en todos los trayectos. A la hora de incorporarnos a autovía, si la ocasión lo permitía, apuramos al máximo la aceleración del Toyota bZ4X.

Otro detalle que hemos retrasado hasta ahora, es que las llantas de este acabado, pese a su atractivo diseño y dimensiones de 20 pulgadas, ponen su granito de arena para elevar de forma liviana el consumo.

Así, al final de nuestra prueba, obtuvimos una cifra media de consumo media de 18,8 kWh/100 km, con una combinación interesante entre tipos de carreteras y ambientes; y sin cuidar para nada el ahorro de energía eléctrica. Podemos concluir que el fabricante ha consolidado una buena eficiencia para este modelo, lo que repercute en esa gran batalla que es la autonomía para los coches eléctricos.

Nuestro tipo de conducción nos habría llevado a recorrer unos 380 kilómetros con una sola carga. La impresión fue, además, que cuidando algo más la eficiencia de la marcha habríamos podido alcanzar, sin problemas, los 400 kilómetros, y más teniendo en cuenta que los tramos urbanos apenas superaron el 20% del total de kilómetros que recorrimos y las altas temperaturas veraniegas.

En conclusión, el Toyota bZ4X forma parte de una generación de eléctricos en los que la ansiedad por la autonomía, aunque persiste, empieza a perder fuelle. Se pueden afrontar viajes largos con un modelo así, y está diseñado para ello.

Una generación de eléctricos en los que la ansiedad por la autonomía, aunque persiste, empieza a perder fuelle

Con todo, al superar cierta frontera tendremos que pensar en la recarga. Eso sí, como punto a favor su tecnología le habilita para devolver la energía a la batería a una potencia de 150 kW, lo que le mantiene dentro de la perenne y casi ya legendaria regla de recuperar el 80% en 30 minutos.

En ese sentido, pocas discordancias o sorpresas obtuvimos en nuestra prueba con respecto a la hoja de ruta del fabricante con la movilidad 100% eléctrica. El Toyota bZ4X muestra todo el potencial que está por llegar, con una identidad propia y una base tecnológica que se apoya, en lo espiritual en la mítica experiencia híbrida eléctrica made in Toyota.

También te puede gustar

Portada de Motorpasión

Ver todos los comentarios en https://www.motorpasion.com

VER 1 Comentario