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¿Puede una empresa con más de 100 años de historia ser una 'startup'?

Toyota Motor Europe ha presentado recientemente en sociedad a los 5 ganadores del Toyota Startup Accelerator, su programa de apoyo a nuevos proyectos empresariales, y entre los que destaca la presencia de la startup española Carga Tu Coche.

Esta apuesta por las empresas emergentes no es un hecho aislado, pues Toyota apoya desde hace años, a través de sus fondos y programas, la materialización de ideas rompedoras y revolucionarias en todo el mundo.

Pero aún hay más, porque el gigante nipón ha contribuido a las startups de las últimas décadas con su propia historia y filosofía. Y también como modelo, pues aunque estemos hablando del mayor fabricante de automoción del mundo, Toyota sigue practicando aquellas técnicas que la hicieron surgir y crecer como organización.

'Startups': no todo es Silicon Valley

Tenemos una idea muy romántica de las startups, como esas empresas que empiezan como un grupo de amigos en un garaje de California y al poco tiempo se convierten en una multinacional millonaria. En la mente de todos tenemos Facebook, Google o Apple, o las españolas Cabify, Glovo o (para los más veteranos) Tuenti. Pero lo cierto es que estas empresas de fulgurante éxito son conocidas como “unicornios” por su extrema rareza, y la realidad es que la gran mayoría no sobreviven tras un par de años de actividad.

En todo caso, podemos definir una startup como una empresa emergente que surge a partir de una idea de producto y servicio de nicho, y que se encuentra en sus primeras fases de negocio. Para financiarse, suelen recurrir en primera instancia a las 3 F (Family, Friends and Fools), y posteriormente a una serie de rondas de financiación en donde bancos, fondos de inversión o los famosos business angels (inversores particulares con experiencia) conceden préstamos a cambio de un beneficio futuro o una participación de la empresa.

Asociamos las startups como empresas de base tecnológica, pero lo cierto es que pueden surgir en cualquier sector con oportunidades de nicho. Tampoco es necesario que tengan un rápido crecimiento, aunque sea el objetivo de muchos fundadores, que solo piensan en crecer para acabar vendiendo su proyecto a una gran empresa.

Una startup puede ser un pequeño negocio local que se autofinancia con sus propios beneficios, o una persona que hace de su hobby una forma de vida, como un maestro de guitarra o un youtuber.

Trabajar en una startup es una experiencia increíble. Como suelen ser pequeñas empresas, todo el mundo hace de todo y acabas aprendiendo un montón de cosas y formándote en muchas áreas. El teletrabajo, la flexibilidad de horarios o los famosos perks (incentivos no monetarios, desde desayuno gratis hasta seguros médicos) son algunas de las ventajas que, sin embargo, sirven más para compensar las habituales desventajas: inestabilidad laboral, muchas horas extras y salarios más bien reducidos.

¿Quieres conocer un poco más cómo son las startups? Te recomendamos algunas series

StartUp: Un joven empresario, una joven programadora y un traficante se unen para crear una Start-Up en el sector del crimen.
Sillicon Valley: Narra, en clave de comedia, el camino de un joven ingeniero en el mundo de las startups tecnológicas.
Start-Up (la coreana): Sin duda, la que mejor refleja el mundo de las startups, con notas “a pie de pantalla” de los términos y conceptos más habituales.
Halt and Catch Fire: Ambientada  en la carrera que supuso el mercado de los ordenadores personales en los años 80.
The Dropout: Basada en hechos reales, cuenta uno de los mayores fraudes ocurridos en el mundo de las empresas emergentes.

El origen de las startups podría estar en Japón

Tablero Kanban en la planta de Toyota de Motomachi. Principios de los 60.

También es habitual pensar que la startup como forma de empresa surge en Estados Unidos; y en parte es cierto, ya que el país norteamericano acoge a casi la mitad de las empresas emergentes del mundo. Sin embargo, el origen de su concepto, filosofía y práctica se encuentra muy lejos, más concretamente en Japón. Como ya vimos en este artículo, los métodos Lean (incluido el Lean Startup) desarrollados en los 80 por los americanos, no deja de ser una versión importada del Sistema de Producción Toyota diseñado por Taiichi Ohno, Shigeo Shingo y otros ingenieros en el Japón de posguerra.

Fases del Lean Startup

También son un pilar básico de las startups las famosas Metodologías Ágiles (o simplemente Agile, en inglés), tan necesarias para adaptarse con rapidez a los cambios del mercado.

Algunas de ellas, como el SCRUM (muy usado en empresas de software) o el Design Sprint (muy practicado por Google) se inspiran en conceptos básicos en el Toyotismo como el Jidoka (“Automatización con toque humano”), el Monozukuri (“Hacer las cosas de forma correcta”) o el Poka Poye (“Diseño a prueba de fallos”). Otros conceptos como el método de fabricación Just In Time o el sistema de visualización por tableros Kanban, son heredados directamente del Sistema de Producción Toyota.

Proceso de funcionamiento de una startup

Que Toyota sea una consolidada multinacional con más de 100 años de historia, no quiere decir que no pueda poner en práctica las técnicas propias de las startups.

Cuando compite en el Dakar o prueba un motor de combustión de hidrógeno en una carrera, también está desarrollando un Producto Mínimo Viable que con el tiempo acabará llegando a las calles. 

Si ofrece una mayor cantidad de opciones de coches eléctricos, o apuesta por las baterías más pequeñas, es porque previamente ha realizado Design Thinking para validar las necesidades reales del mercado. Y cuando desarrolla escobas voladoras o robots astronautas, es porque está dando rienda suelta a la creatividad de sus empleados.

Fondos de inversión y programas de aceleración

Como vemos, Toyota no se guarda sus secretos para las startups de todo el mundo. Tampoco sus recursos, pues no duda en apoyar económicamente a empresas emergentes si consideran que aportan beneficios a la sociedad.

En 2017 desligó una parte del Toyota Research Institute para fundar Toyota Ventures, una firma de inversión para proyectos en fase inicial. Desde entonces ha invertido en 38 startups de diversa índole, principalmente a través de dos fondos. Por un lado, el Frontier Fund va dirigido a proyectos de smart city, fintech o salud digital, entre otros. Por el otro, el Climate Fund se centra en soluciones innovadoras para lograr la neutralidad en carbono.

El Toyota Startup Accelerator, dirigido a innovaciones en materia de movilidad, economía circular y ecosistema de la huella de vida, es otro ejemplo de los programas que desarrolla el fabricante nipón. Lanzado por Toyota Motor Europe en colaboración con ISDI Business School, el principal ecosistema europeo de emprendimiento, esta segunda edición reunió las candidaturas de más de 150 proyectos de 40 países. De todos ellos, 5 fueron los escogidos el pasado diciembre para participar en un programa de aceleración de 6 meses, formados y mentorizados por ejecutivos y expertos de Toyota. Son estos cinco proyectos los que han sido presentados recientemente en sociedad, con motivo de la entrega de premios.

Destaca la presencia de la startup española CargaTuCoche, que ofrece servicios de instalación de puntos de recarga para coches eléctricos, con el valor añadido de adaptarse a las necesidades del cliente y dejar la instalación lista en menos de cinco días. Otros ganadores han sido Revolve Wheel (Alemania), HySiLabs (Francia), PurCity (Dinamarca) y Microwave Solutions (Suiza).

Revolve Wheel

Silla de ruedas activa adaptable al equipaje de cabina de los vuelos.

HySiLabs

Sistema de transporte de hidrógeno en estado líquido.

PurCity

Sistemas de captación de CO2 para purificación de aire.

Microwave Solutions

Proceso de reciclaje de residuos mixtos complejos.

CargaTuCoche

Instalación de puntos de recarga para vehículos eléctricos.

Pero Toyota no descansa en su papel de business angel, y ya ha lanzado la convocatoria de 2022 de Toyota Ventures. En esta ocasión, con el punto de mira puesto en las fábricas flexibles, inteligentes y conectadas, en la búsqueda de soluciones que respondan a su compromiso por los procesos de producción sostenibles.

Desde el pasado mes de mayo, decenas de startups de este área optan a fondos de entre 500.000 y 2 millones de dólares para impulsar sus proyectos.

Imágenes | Toyota, UXPlanet/Flo Ferreyra, producción propia

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