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Llantas y tapacubos: bellezas y aberraciones por cuadruplicado

Las llantas son una parte muy importante para todo amante del motor. Son motivo de debate y de controversia. Son protagonistas en arreglos y customizaciones. También han sido usadas para diferenciarse y llamar la atención. Y gracias a las llantas se han conseguido hermosos diseños, pero también se han cometido auténticos delitos estéticos.

Qué es y qué no es la llanta

Conviene aclarar lo que es la llanta y lo que supone para nuestro coche, porque existe mucha confusión incluso entre aficionados al motor. Cuando hablamos técnicamente de llanta, nos referimos a la parte metálica de la rueda, la pieza de estructura cilíndrica encargada de sostener al neumático para que conserve su forma. Sin embargo, en muchos países de latinoamérica se le denomina llanta al neumático e incluso a la rueda entera. En este caso, nos centraremos en la acepción clásica de la palabra.

Como vemos, se trata de una pieza muy visible de nuestro vehículo, por lo que puede llegar a jugar un papel muy importante en la estética. Siendo como es además un elemento muy customizable, los aficionados al tuning y al motor en general prestan mucha atención al aspecto de sus llantas, jugando con formas y colores.

Tenemos las tradicionales de acero, que generalmente van cubiertas con un tapacubos de plástico que además de estética las protegen de la suciedad y las inclemencias del tiempo. Pero también son cada vez más frecuentes las de aleación, que además de aportar ese componente estético en una sola pieza, resultan más ligeras que las tradicionales de acero. Por último, existen las llantas de metales más ligeros y resistentes, como las de aluminio o manganeso, reservadas para los vehículos de gama alta o de competición.

Llantas, más que un adorno

Pero las llantas no son sólo un elemento estético de nuestro vehículo. Es una pieza fundamental en la seguridad al volante y en el consumo de combustible. En el primer caso, porque son encargadas en parte de absorber las irregularidades de la vía por la que circulamos (sea asfalto, tierra, barro…), por lo que nos aportan más seguridad y comodidad en la conducción.

También son importantes en la estabilidad del vehículo, y nos conceden una mayor precisión y mejor respuesta en los movimientos al volante. Por último, dependiendo del material y la forma de sus elementos, una llanta puede ofrecer una mayor o menor disipación térmica de la rueda en su conjunto, lo que influye directamente en el desgaste del neumático y en la capacidad de frenado.

Por el otro lado, juegan un papel fundamental en la aerodinámica de nuestro automóvil, ya que pueden ofrecer mayor o menor resistencia al aire, y mayor o menor fricción y adherencia al asfalto. Además, como hemos visto arriba, dependiendo del material en el que estén fabricadas serán más o menos ligeras, lo que multiplicado por cuatro contribuye sustancialmente al peso total del vehículo. Todo ello incluye de manera significativa en el consumo final del vehículo, por lo que es importante tener una llantas adecuadas a nuestras necesidades y tenerlas en buenas condiciones de mantenimiento.

La llanta, del carro al tuning

La llanta nació como una extensión de la propia rueda, mucho antes de la utilización del caucho. Consistía en un aro metálico y plano que protegía tanto los elementos de la rueda como el propio empedrado de la vía; cuanto más ancha era la llanta, mejor se repartía el peso del carro sobre la calzada. Con la invención de la cámara de aire en 1887 por John Boyd Dunlop, la llanta empezó a utilizarse para sujetar dicha cámara y para evitar que se deformara. Hoy en día, como hemos visto más arriba, la llanta ha alcanzado un gran protagonismo en la estética y el rendimiento del automóvil. Por ello, supone un elemento fundamental tanto para la cultura del tuning como para el racing. Incluso en el detailing, que no busca tanto la customización del vehículo, la llanta es protagonista de los cuidados de los profesionales.

En cualquier caso, la industria ofrece una gran variedad de diseños de llantas, jugando con la forma y la disposición de sus elementos, que ofrecen no sólo una renovación total del aspecto del vehículo, sino en ocasiones también un aumento de sus prestaciones. Así, podemos encontrar llantas de palo ancho, que ofrece un aspecto limpio y deportivo; llantas multirradio, que aporta sobriedad y elegancia; llantas con diseño en malla o red, que da un aspecto más moderno y sofisticado; llantas cóncavas, que añade más carácter a cualquier tipo de palo; o llantas con garganta, que da sensación de mayor profundidad y grosor del neumático.

También marcas como Toyota, que fabrican de forma oficial una gran variedad de kits de personalización, ofrecen a sus seguidores muchas opciones de cambiar las llantas de fábrica. Aunque el diseño original de modelos como el Toyota Supra ya ofrecían llantas suficientemente espectaculares y muchos aficionados se limitan a embellecerlos con diferentes acabados en mate, dorados, cobrizos… También modelos legendarios en el racing como el Toyota Celica incluía de serie llantas de alto rendimiento para la competición.

Lo que se puede y no se puede hacer con tus llantas

Para que nos hagamos una idea, a continuación vamos a ver algunos ejemplos de seguidores de Toyota que han sabido sacarle partido a sus automóviles con la modificación de sus llantas.

Y para terminar, ejemplos de otros amantes del tuning a los que directamente se les ha ido de las manos lo de llamar la atención.

Imágenes | Toyota | iStock: seewhatmitchsee, Евгений Хабаров, Vasyl Dolmatov.

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