Bosch y la conducción autónoma: más real de lo que pueda parecer

Si días atrás os comentábamos que Bosch ya contaba con el beneplácito del TÜV, ahora tenemos ya unos primeros datos sobre cómo se están llevando a cabo sus primeras pruebas de conducción autónoma. El coche autónomo de Bosch ya circula por algunas autopistas de Alemania, lo que constituye una primera fase en esta investigación sobre las posibilidades del coche autodirigido.

Estas son unas posibilidades que, como sabemos, se remontan a 1939 y que hoy van ganando cada vez más adeptos en el campo del I+D aplicado a la automoción. Por el momento, los avances de Bosch son discretos si los comparamos con la propuesta de Google o el proyecto SARTRE, pero esa discreción esconde un futuro más prometedor, para estas tecnologías, de lo que parece.

Control de Crucero Adaptativo y LKAS en el Honda CR-V

Bosch está empleando elementos ya conocidos. Nos dicen que "las maniobras del vehículo se controlan a través de un asistente de mantenimiento de carril, del control de crucero adaptativo y de un asistente de cambio de carril". Es decir, tecnologías que ya se comercializan en los vehículos de hoy y con las que ya es posible imitar el comportamiento de un coche autónomo... siempre que se tenga en cuenta que toda esta tecnología tiene sus márgenes de error.

De hecho, los mismos fabricantes que incorporan estas tecnologías en sus vehículos disponen también de un dispositivo, similar al control de hombre muerto de otros medios de transporte, que detecta la ausencia del conductor y se pone en situación de alerta cuando soltamos el volante. Es decir, que aunque las tecnologías existen, las condicionan dos aspectos: sus propios errores técnicos y un muy humano exceso de confianza.

Para el caso Bosch ha implementado sensores de radar y vídeo de su propia cosecha, de manera que están rizando el rizo de las tecnologías ya comercializadas, dando al coche autónomo geolocalización y el resto de elementos que van a hacer que el mismo vehículo sepa por dónde circula, más allá de mantenerse en el carril. El próximo paso, sin duda, será afinar el comportamiento de estos sistemas, atacar ahí donde los fabricantes actuales todavía tienen margen de error.

Bosch y sus pruebas en autopistas

¿Por qué Bosch realiza estas pruebas en autopista? Bueno, sin lugar a dudas estas vías son las más seguras, sobre todo para el caso que nos ocupa: sin intersecciones a nivel, sin tráfico en sentido contrario y sin peatones o ciclistas, las autopistas proporcionan un entorno de prueba suficientemente seguro en el que el flujo de tráfico se organiza en un solo sentido y donde las interacciones con el resto de los elementos son menores que, por ejemplo, en una ciudad.

De hecho, el proyecto SARTRE que lideró Volvo contemplaba un ámbito de actuación restringido, precisamente, a autopistas. ¿Por qué? Si recordamos aquel sistema, basado en un vehículo guía que conducía al resto de vehículos por tecnología car-to-car, era en autopista donde, precisamente, se podía utilizar un invento así. En ciudad sería impensable. Es cierto que el de Volvo y el de Bosch son planteamientos diferentes, pero el escenario permite que unos y otros puedan trabajar, por una misma razón: la sencillez de circulación que presenta una autopista.

El único inconveniente que presentan las autopistas es una mayor velocidad de circulación, pero ese es un inconveniente a nivel, digamos, humano. La velocidad de procesamiento de los datos cuando hablamos de software, es tan elevada que la diferencia entre mover un vehículo a 14 m/s o a 33 m/s (en el caso de España, en Alemania hay de todo) no es nada que no se pueda solventar con tecnología.

Lógicamente, los pilotos que manejan estos vehículos han recibido una formación específica para reaccionar de forma ágil si se produce una situación potencialmente peligrosa. Sería, quizá, algo comparable con la situación en la que los profesores de formación vial tomamos el control del vehículo si detectamos el menor atisbo de problema en circulación.

Paso a paso, veremos cómo la investigación avanza y los coches autónomos comienzan sus frases de pruebas en ciudad. Es sólo cuestión de tiempo.

¿Qué supone la entrada de Bosch en la conducción autónoma?

Hoy por hoy, unos 5.000 ingenieros de Bosch están trabajando en el desarrollo de los sistemas de asistencia y seguridad que serán la base de la conducción autónoma. La idea es integrar estas funciones con los sensores que detectan los datos de entrada, las centralitas de control que los procesan y los actuadores que hacen realidad las decisiones programadas. El trabajo de Bosch, por lo tanto, está siendo ahora mismo de unificación.

Los resultados que se obtengan de estas pruebas se aprovecharán para desarrollar funciones específicas, cada vez más automatizadas. Sería el caso de una función de conducción en atascos, basada en la conducción autónoma cuando lo único que hay que hacer es poner primera, avanzar, volver a detenerse, volver a avanzar... Este escenario, que acarrea fatiga para el conductor, técnicamente es factible. Y lo veremos en no demasiado tiempo.

Por encima de todo, la irrupción de Bosch en el mundo de la conducción autónoma supone que empieza a fragmentarse el escenario que teníamos hasta la fecha, con muy pocos fabricantes dispuestos a allanar este complejo terreno. Y que sea Bosch, multinacional de los elementos comunes a tantas marcas, inicia el paso hacia una cierta democratización de estos sistemas.

O, si no democratización, porque sin duda por el momento se harán pagar a precio de lógica rentabilización industrial, expansión. En el momento en que un gigante de los proveedores como es Bosch entra en este juego... es que va a haber juego.

En Motorpasión Futuro | Bosch consigue la aprobación del TÜV para su sistema de conducción autónoma, Coches autónomos: ¿se comercializarán en el año 2025?

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